Con cierta frecuencia dicen en ciertos estamentos sociales que cómo se puede criticar que tanto Cataluña como el País Vasco se quieran segregar de España, si parte de nosotros también queremos ser libres e independientes. Y es que la cuestión es la siguiente:

La España ibérica, la de la piel de toro, es milenaria, y tanto Cataluña como las Vascongadas están incrustadas en dicho territorio peninsular desde tiempos inmemoriables, no pudiéndose comparar con el caso del Archipiélago canario, que fue conquistado hace escasamente setecientos años, cuando el papa Clemente VI concedió a un infante castellano, Luis de la Cerda, las islas para una misión de conquista evangelizadora que tuvo resultados pocos permanentes.

Sin embargo, la verdadera conquista de Canarias no da comienzo hasta los inicios del siglo XV, cuando en 1402 los normandos Jean de Bethencourt y Gadifer de La Salle llegaron a Lanzarote y sometieron a la isla; como en Fuerteventura, donde Enrique III de Castilla los consideró vasallos suyos; hasta que al fin, en 1477, los Reyes Católicos tomaron el derecho de conquistar las Islas, con los resultados ya conocidos de exterminio y avasallamiento del pueblo canario, donde la España católica se benefició con el tráfico de esclavos, que fueron muchos más que los que la historia refleja. Por eso digo en el encabezamiento de este escrito que no es igual Juana que la hermana.

Por otro lado, Canarias es un Archipiélago atlántico y africano, llamado por los romanos Islas Afortunadas, por su clima y sus tierras fértiles. Y estamos fuera de la Europa continental, a más de 1.200 km de distancia. Y por desgracia, a día de hoy, en pleno siglo XXI, seguimos esclavizados y esquilmados por las ansias de poder de la metrópoli española.

Juan de la Rosa González

Nuestro más sentido pésame

Estimado patriota don José:

Nuestro más sentido pésame por el fallecimiento de Antonio Cubillo a su esposa Maite y a sus hijos Echeyde, Romén y Guetón. Recibid nuestro afecto.

Al margen de la personalidad del ciudadano Antonio Cubillo, sus fallos en la gestión interna del CNC, etc., los amantes de la españolidad (los europeos ultraperiféricos) deben tener muy en cuenta que la geografía, el tiempo y la historia no perdonan. Guste o no, la colonia Canarias camina hacia la independencia de la metrópoli (Madrid) y la España de la delincuencia financiera no tiene futuro en un continente que no es el suyo (África). Todo esto está muy claro para quien tenga ojos.

El colonialismo español y su Hacienda están destruyendo la economía productiva de Canarias y el poder de compra de las familias canarias, lo que lleva a la colonia Canarias al desastre. El colonialismo español está destruyendo la clase media canaria, obligando a nuestra juventud canaria a emigrar a Dios sabe dónde, llevando a la miseria a la clase trabajadora canaria y condenando al hambre a miles de pensionistas y parados canarios (incluidos niños canarios). Y esto no se arregla porque somos una colonia en ultramar (RUP), no hay "brotes verdes" ni nada que se le parezca. Como señalaba recientemente el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz en la revista Capital, "España está ahora peor que hace cinco años, no hay ninguna base para decir que estemos más cerca del final de la crisis, no hay luz al final del túnel". Lo mismo opina Walter Münchau, el analista estrella del Financial Times, para quien "España no tendrá crecimiento hasta final de la década".

El Estado colonial español es un barco que hace aguas en un océano muy revuelto. La salida de capitales totaliza 247.000 millones en ocho meses, el 24% del PIB; no hay país que pueda soportar esa sangría. El Estado colonial español ocupa el lugar 121 del mundo en posibilidad de conseguir crédito empresarial. Según el Foro Económico Mundial, España está a la cola en control del déficit, ¡por detrás de 134 países! ¿Y al final cómo se arregla la crisis socio-económica de España? Muy fácil: robando los billones generados en las Islas Afortunadas SA. Madrid también quiere expoliar el posible petróleo y gas en aguas territoriales de Canarias (12 millas).

Y encima los amantes de la españolidad quieren seguir formando parte de un país situado en otro continente (un Estado en la bancarrota).

Comunidad Canaria en Londres (CCL)