Ya es otoño

Juan Santiago

Juan Santiago

Las Palmas de Gran Canaria

El otoño es mi estación favorita del año. Es curioso: la mayoría de las personas eligen verano o invierno pero para mí, el otoño lo tiene todo: los últimos días de un verano caluroso, las mejores puestas de sol, el tiempo cambiante que te obliga a sacar el abrigo que te encanta, las reuniones de amigos con el tema de fondo de las Navidades y las nuevas metas para el año que llega. Por si fuera poco, pasamos del gazpacho, las ensaladas y cervezas heladas a cremas reconfortantes, platos de cuchara humeantes y vino tinto ¿Puede ser mejor el otoño? Pues sí, porque viene de la mano de boletus, níscalos, rebozuelos… Benditas las setas de otoño, especialmente sin son salteadas con cariño con un buen chorro de aceite de oliva del bueno, con unas finas láminas de ajo, bien salpimentadas y piel de limón recién rallada. Esta semana leía a mi columnista favorito, Jesús Terrer, y escribía: “El dolor, como el amor, se pudre dentro si no lo expresas”. Y no puedo estar más de acuerdo: la vida está hecha para ser compartida y el otoño es la estación ideal para hacerlo. Tiene las últimas cañas con las nuevas amistades hechas en el verano pero también las primeras copas de listán negro con amigos y familia. Otoño es, sin duda, buenos momentos y esto es lo único que le pido a la hostelería: buenos momentos. Ya he dejado atrás las pomposas experiencias gastronómicas cargadas de mensajes aburridos que cubren el ego de los chefs y busco más locales genuinos, con buenas croquetas, muchos vinos por copa, quesos… Más quesos, unas buenas bravas, postres caseros y buen café de especialidad al terminar. ¿Es mucho pedir? Creo que no, y este otoño seguiré buscando esos locales con encanto donde pasar esos buenos momentos.

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