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La movilidad sostenible, clave de bóveda de las ciudades del futuro

Diversos especialistas debatieron acerca del futuro y presente del transporte en un encuentro organizado por El Periódico de España

La movilidad sostenible, clave de bóveda de las ciudades del futuro.

La movilidad sostenible, clave de bóveda de las ciudades del futuro.

Julio de Manuel Écija

Hipodamo de Mileto está considerado el padre del urbanismo. El arquitecto griego planeó el trazado de distintos lugares del mundo heleno como el Pireo, uno de los puertos más importantes de la Antigüedad; Mileto, cuna de la filosofía occidental, o Rodas, uno de los centros comerciales y científicos más importantes del Mediterráneo Oriental durante el periodo macedonio y romano.

Sus ideas y planificaciones han supuesto la base de la organización territorial de multitud de civilizaciones: desde las urbes romanas hasta la misma Manhattan, con su trazado de damero. El genio griego estableció que las ciudades debían articularse en torno a tres ámbitos: un espacio sagrado, uno público y uno privado.

Con los años ha desaparecido la importancia de lo sacro. Sin embargo, la coexistencia del espacio público y privado sigue siendo el debate central del urbanismo contemporáneo, aunque con un importante ingrediente extra. A las ideas clásicas de Hipodamo, se le añade un componente que ha marcado las ciudades del siglo XX y XXI: la movilidad, tanto dentro como entre urbes.

Con el cambio climático y las transformaciones sociales, el paradigma del transporte se está modificando para abarcar áreas vinculadas con el bienestar ambiental y ciudadano. Por esa razón, El Periódico de España organizó una jornada con la que dar visibilidad a esta nueva realidad cada vez más presente. Bajo el título 'Movilidad sostenible: un cambio social para cuidar el medioambiente', el evento contó con las voces de destacados especialistas del transporte y las infraestructuras que trataron de tomarle el pulso a las principales coordenadas de la movilidad urbana en un encuentro celebrado en el Espacio Bertelsmann, en Madrid.

Presente prometedor

Para entender hacia dónde debe ir la movilidad sostenible, hay que conocer cuál es el punto de partida en España. La mesa de expertos, a grandes rasgos, valoró que nuestro país cuenta con una posición consolidada, con virtudes y defectos, que obligan a trabajar. "Estamos en un momento apasionante y de capacidad de liderazgo", señaló Alberto Calvo, subdirector de Coordinación y Estrategia Comercial de Adif. "Tenemos un nivel de motorización alto, las infraestructuras son buenas y estamos entre los primeros países del mundo en seguridad vial", indicó Francisco Aparicio, presidente del Instituto Universitario de Investigación del Automóvil (INSIA) y presidente de la Asociación Española de Profesionales de la Automoción (ASEPA).

El principal escollo se encuentra en la sensibilización acerca de la movilidad sostenible. "La sostenibilidad no es solo un concepto medioambiental. Si tuviera que ponerle un adjetivo de hacia dónde va, sería también una movilidad inteligente, donde la digitalización será una herramienta para el ciudadano", sostuvo Arturo Pérez de Lucía, director general de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE). "Urge un cambio de conciencia", indicó Beatriz González, socia-directora adjunta de Murarte Global.

David García, director de Comunicación del área de Construcción de Grupo FCC, valoró que la movilidad española "progresa adecuadamente" y que se debe hacer pedagogía para difundir "al conjunto de la ciudadanía" los nuevos cambios. "Los grandes problemas de movilidad están en la conectividad y la permeabilidad del espacio urbano con todos los espacio periurbanos. Si somos capaces de solucionar esa conectividad, podremos tener una movilidad segura, innovadora, sostenible, accesible e inclusiva", aseguró.

Divulgación ciudadana

Este escollo ha llevado a que parte de la ciudadanía mire con suspicacia los planes de movilidad sostenible. "Hay un gran desconcierto que está generando un retroceso en los consumidores y que se demoren las compras. El mercado de segunda mano está creciendo muchísimo y esos coches contaminan muchísimo más que los actuales", aseveró Aparicio. "Hay mucha necesidad de divulgar e informar", indicó González. "Cuando hablamos de movilidad, hablamos también de bicicletas, patinetes o caminar. Sin embargo, la realidad es que estamos construyendo ciudades para los coches y son para las personas", agregó.

García consideró que el problema es que "no existe un consenso" sobre la definición de movilidad sostenible: "Es necesario que todos los que participamos en el diseño de las ciudades definamos los mismos conceptos, tenemos que reflexionar sobre cómo vamos a integrar estos modelos y que cale el mensaje a todas las capas sociales".

En este sentido, el vehículo eléctrico está llamado a ser uno de los principales vectores en la transición de la movilidad. "España es muy competitiva en la industria automovilística, pero tenemos la obligación de trabajar en la descarbonización y la electrificación acompasando a la industria. Si no, no tendremos coches porque nadie podrá comprárselos", señaló Pérez de Lucía. El director general de AEDIVE planteó que la movilidad eléctrica en España debe impulsarse con medidas de la Administración: "Echamos en falta una reforma fiscal que aplique ventajas para fomentar la electrificación, una mayor agilidad en la concesión de licencias y permisos para el despliegue de puntos de recarga y una mayor apuesta por la concienciación".

La otra opción que puede favorecer el uso del transporte sostenible es la promoción de sistemas públicos de movilidad. El autobús, el tranvía, el metro o la red de cercanías son cruciales para fomentar la conectividad entre las urbes. "Estamos en un proceso de transición para integrar cada vez más atributos propios de la movilidad sostenible como la digitalización o la accesibilidad. Nosotros lo estamos atacando desde el diseño para mejorar la conectividad física de la ciudad", señaló Calvo. "Materiales de construcción, elementos que garanticen el confort climático, sistemas de flujo que combinen los diferentes transportes públicos. Queremos dar la vuelta a la ‘pirámide’ de la movilidad para que el coche no esté en la cúspide", agregó.

Cooperación pública

Si Hipodamo planteaba tres espacios diferenciados cuando diseñó ciudades como la colonia ateniense de Turios en la Magna Grecia, los especialistas del urbanismo, las infraestructuras y la movilidad insisten en la necesidad de que los diferentes actores trabajen estrechamente. Para conseguir los logros establecidos por la Agenda 2030, empresas, administraciones y sociedad civil deben aunar esfuerzos para que aspectos como la movilidad sostenible no se quede en palabras vacías.

Un ejemplo que marcará el futuro y presente del transporte es el anuncio del fin del motor de combustión convencional. La Unión Europea ha aprobado esta semana la prohibición de vender vehículos diésel y gasolina a partir de 2035. Desde ese año, todos los automóviles comercializados deberán ser cero emisiones. "Lo que más contamina no es el dióxido de carbono, sino las micropartículas. Por otro lado, el ruido es también un factor contaminante que genera muertes debido al estrés. Debemos acotar para conseguir una movilidad coherente que esté en línea con los criterios de salud·, planteó Pérez de Lucía.

Para conseguir dicho logro, esos esfuerzos deben materializarse. "Seamos claros: todo el mundo habla de la colaboración público-privada, pero menos predicar y más practicar. Necesitamos un marco jurídico que favorezca esa colaboración; la relación que las organizaciones privadas mantienen con las administraciones públicas es rígida", afirmó García. "Los gobiernos tienen espacios públicos que hay que gestionar. Si ceden esos espacios y permiten a las entidades privadas intervenir, podrán mejorarlos y comunicarse con la sociedad civil", señaló González.

Estas iniciativas no solo tienen que provenir desde la Administración para que la empresa se encargue del "trabajo sucio", sino que las mismas compañías pueden establecer medidas para fomentar la transición. "Las empresas deben establecer planes de movilidad que favorezcan que el empleado pueda llegar a su lugar de trabajo sin usar el coche. Con la tecnología, se puede fomentar y obtener un cambio de conciencia como establecer lanzaderas o fomentar el teletrabajo", explicó González.

"Una cosa que me preocupa no es tanto la colaboración público-privada como la colaboración público-pública", indicó Pérez de Lucía. El director general de AEDIVE puso como ejemplo que, para desplazarse entre dos ciudades periféricas situadas al norte de Madrid, era más sencillo trasladarse a la capital y luego moverse a la ciudad de destino que intentar ir directamente debido a la falta de interconexiones públicas. "La movilidad no se puede analizar en formato isla, ya que esta no tiene fronteras. La falta de colaboración público-pública es uno de los grandes problemas que tenemos", añadió.

"Necesitamos una planificación clara y unos riesgos que no siempre recaigan en la entidad privada. Tenemos que conectar ese espacio periurbano potenciando el consorcio público y la micromovilidad. Es un elemento crítico y un trampolín para la sostenibilidad, porque la sociedad todavía no está concienciada en el uso del transporte público", apuntó García. Para ello, González insistió en la comunicación como forma de llegar a esa conciencia: "Los gobiernos deben dejar de ser tan opacos y tienen que divulgar con la ayuda de las empresas privadas".

De la misma manera que las doctrinas de los antiguos griegos marcaron la forma en la que las civilizaciones venideras entendieron el espacio y la ciudad, los “Hipodamos” de hoy, especialistas en una amplia variedad de campos, están señalando los pasos que se deben transitar para que las generaciones futuras disfruten de un mundo menos contaminado y con mayor bienestar: sostenibilidad en sentido amplio, concienciación y cooperación de todos los actores.