José Antonio Vera: «Soy partidario de un concurso insular de murgas»

Después de tres décadas, Vera cieera ciclo. Con él nació la murge, el concurso del Norte y hasta la experiencia en Santa Cruz. Su murga le pidió aire fresco y él ha abierto las ventanas de par en par y dejado paso

José Antonio Vera, director artístico de Tiralenguas, en su actuación en fase en el concurso de Santa Cruz

José Antonio Vera, director artístico de Tiralenguas, en su actuación en fase en el concurso de Santa Cruz / Andrés Gutiérrez

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Santa Cruz de Tenerife

¿Cuándo se planteó que había llegado el fin de su ciclo como director de Tiralenguas?

Lo venía pensando hacía ya tiempo. Tampoco me costó mucho tomar la decisión. Son muchos años, mucha dedicación, y de repente llega un punto en que uno se plantea: ya está. Yo soy una persona que cuando me planteo algo, lo hago. No soy de quedarme a medias. Pero, bueno, la murga es mi familia y no es fácil, la verdad.

¿Qué siente ahora que ha tomado esa decisión?

Siento mucha paz porque sabía que era lo que tenía que hacer. Es algo que se venía gestando dentro de mí y, en el fondo, me siento tranquilo y feliz. Tomé la decisión correcta. Estoy orgulloso de todo lo que hicimos con Tiralenguas, pero también creo que llegó el momento de cerrar este ciclo.

¿Qué experiencia le deja haber sido director de Tiralenguas?

A nivel personal, he aprendido muchísimo. He crecido como persona y como director. Creo que la murga ha dejado huella. Nos tocó estar en muchas finales tanto en el Norte como en Santa Cruz; hacer repertorios que fueron muy bien recibidos. Pero lo más importante: Tiralenguas ha sido una gran familia, y eso es lo que más me llevo.

¿Qué significa Tiralenguas para usted?

Tiralenguas es mi familia. Así, sin más. La murga, más que un grupo, es como un segundo hogar para mí. He pasado tantos años, tantas vivencias...

¿Cuál fue el punto clave que te hizo tomar la decisión de dejar la dirección de la murga?

No fue un solo punto. Fueron varias cosas. También hubo un desgaste natural. La murga pasó por varias etapas, y también lo hicimos nosotros. A veces el cuerpo te pide un descanso. El cansancio, la necesidad de renovación, todo influye. Uno ya siente que llegó su momento y ya no tiene más que aportar.

¿No pasar a la final en febrero afectó en su decisión?

A veces pasan esas cosas. Los Trapaseros también estuvieron tres o cuatro años sin pasar a la final. Y nosotros, que antes pasábamos sin problema, también nos tocó vivirlo. A veces no gusta, no sale bien, no es nuestro día, y ya está. He vivido tres finales con Tiralenguas, me hubiera gustado llegar a más, pero bueno, he cumplido mi objetivo, y llegar a la final ya fue un superobjetivo.

Hace dos años se fue el letrista, Josué González, y continuó usted.

Sí, Josué quería descansar. Estaba con varios proyectos de trabajo, una empresa que montó, y me dijo que quería desconectar un poco. Y yo le dije que si quería seguir con la murga, lo podía hacer en parte. De hecho, le ofrecí hacer la mitad del repertorio, para que no se sintiera tan presionado. Pero al final decidió descansar, y lo entendí perfectamente. Fue un tipo que lo dio todo en la murga. Éramos cuatro que teníamos que ver con todo: Wito se marchó por temas de trabajo y Nino también decidió dejarlo. Al final quedé solo, como director. Y al final, tomé mi decisión y ya no hay marcha atrás.

¿Cómo se ve de cara a 2026?

Pues nada, ser un espectador más, disfrutar del carnaval como cualquier otra persona. No tengo más que aportar. Simplemente, vivir el carnaval de otra manera. Ya no tengo la misma responsabilidad. Y eso también es un cambio grande. Ya no soy parte activa de la murga, pero seguiré disfrutando como un carnavalero más.

¿Se ve en otra murga?

No, no, no. Yo soy Tiralenguas, y ya está. No me veo en otra murga. Para mí, Tiralenguas es todo. Ya casi no me considero murguero. Es como si fuera mi familia. No veo otra opción.

¿Cómo se encuentra?

Ahora he tenido tiempo para concentrarme en mi trabajo, en mis cosas personales, como el buceo, que es algo que me gusta mucho. Me siento tranquilo. Pero claro, ahora también me siento extraño, porque llevo muchos años viviendo el Carnaval de una manera muy intensa. Me dijeron que quería aire fresco y le he abierto las ventanas de par en par.

¿Te ve dirigiendo otra murga o en otro rol?

No, no. Yo soy Tiralenguas. Casi ni me considero murguero. Para mí, la murga era mi familia. No me veo en otra murga. Ahora seré un espectador más, un carnavalero más que apoyará desde fuera, disfrutando del repertorio y de los espectáculos. Esa es la única forma en que lo veo.

¿Ha hablado con alguien más de la murga después de decisión?

Había hablado con Xerach Casanova [el director musical], le comenté mi decisión y le pedí que siguiera porque él también es de Tiralenguas, le encanta la murga. También hablé con los letristas para que sigan trabajando igual...

¿Sabe si ya tienen director?

No sé absolutamente nada. Hace dos martes que tomé mi decisión y la comuniqué. No les pregunté si tenían claro quién iba a ser el nuevo director.

¿Qué opina del futuro de las murgas? ¿Pasa por un concurso insular?

Siempre he defendido un concurso insular como en Las Palmas, donde todas las murgas estén juntas y se potencie el espectáculo. Los concursos del Norte están algo en decadencia y Santa Cruz también necesita renovarse.

¿Porque el concurso de murgas del Norte está en decadencia y las murgas del Norte y las murgas del Norte llevan la voz cantante en en Santa Cruz?

No, la voz cantante siempre la llevan las murgas que se lo trabajan. Un año la lleva una murga, otro año la lleva otra. Este año, por ejemplo, Diablos Locos, que siempre está arriba, este año no. Eso también le ayudará a superarse. Todo lo que viene por detrás es como el Barça, ¿no? El Madrid, el año pasado, con el mismo equipo, fichando al mejor jugador del mundo, y llega una generación de chavales que no tienen ni pelos en la c... y se comen a toda Europa. Es el hambre, el aire fresco. Eso te hace decir: “¡Epa! Ponte las pilas, que estos vienen fuertes”. Pero no, la voz cantante no la lleva nadie en particular, siempre va cambiando.

Han ganado peso y protagonismo las murgas del Norte en Santa Cruz.

Las murgas del Norte no se han dormido. Se han superado y han aportado calidad a Santa Cruz. Eso es bueno para el Carnaval, para el público y para la imagen que proyectamos hacia fuera. Si una murga del Norte o del Sur trabaja y ofrece buenos espectáculos, eso suma, sea de donde sea.

¿Se arrepiente de haber dejado el concurdo del Norte para ir a Santa Cruz?

Cada año aguantas cosas que te hacen pensar si vale la pena seguir. Uno de los factores determinantes fue la sensación de falta de transparencia y las nuevas normas en el Norte, que, terminaron minando la ilusión: Si tienen setenta componentes y no podías subir más de 60 porque otras tenían 20. Eso fue matando las ganas.

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