Doble ración de Carnaval

Ya habían pasado las tres de la mañana, cuando el último cliente abandonó mi Cantina. A pesar de algún palo de agua que cayó anoche, la gente aguantó hasta las tantas, conscientes de que ya se acaba el Carnaval.

Y lo hará a lo grande, con fiesta en la calle desde la una de la tarde, hasta que el cuerpo aguante. En mi negocio hay división de opiniones: Hay quien dice que el Carnaval de Día debería retomar los derroteros iniciales, cuando se celebraba de una a seis, luego había un parón para que actuaran los grupos y a eso de las once, se reactivaba otra vez hasta las seis de la mañana. De esa forma, había una penúltima oportunidad de disfrutar del trabajo de nuestros grupos que ensayan seis meses para su concurso y, en el mejor de los casos, para una o dos actuaciones más. Además éstos argumentan que quedó lejos aquel carnaval familiar de tarde ya que, al no haber pausa, la dinámica es similar a la nocturna y a las siete de la tarde el aroma a vejiga, borracheras, botellones y otras costumbres tan típicas de la noche la aguantan hasta los más pequeños.

En mi negocio, una vez más, se impone el desacuerdo. Mi opinión es que, la tarde, debería enfocarse a un carnaval más familiar; así, entre otras cosas, los niños no tienen por qué gozarse los excesos nocturnos a pleno día; sin embargo, para otros lo importante es que, de una manera u otra, disfrutemos a modo de despedida de esta doble ración de carnaval.