Que canten los niños

¿Se dará cuenta alguien de que la mayoría de los niños de hoy prefieren una videoconsola o un móvil antes que un pito murguero?

Elaboración del disfraz de Distraídos y ensayo de la murga infantil

Elaboración del disfraz de Distraídos y ensayo de la murga infantil / María Pisaca

Pedro Mengibar

Pedro Mengibar

Por fin llegó el gran día. Esta noche se celebrará en el recinto el primer concurso de esta edición; se abre el telón y sonará a carnaval con las murgas infantiles.

Un año más comprobaremos si eso de apoyar a la cantera es una realidad o es una de las típicas frases de nuestro carnaval. Veremos si surtirá efecto la decisión del concejal de Fiestas de que el concurso de los niños de hoy y mañana será gratuito.

Podremos darnos cuenta si las murgas infantiles siguen siendo eso, infantiles o hay componentes en ellas que están a punto de sacarse el carnet de conducir. Estaremos atentos a ver cuántas de ellas tocan la trompeta en sus canciones, una costumbre que ha ido históricamente vinculada a las murgas y que en los últimos años ha ido despareciendo en pro de la comodidad.

Disfrutaremos entre hoy y mañana de un concurso que, aunque pocos se hayan dado cuenta, ha ido en detrimento, no en vano hasta hace pocos años los grupos superaban la veintena y este año serán solo quince las murgas en litigio. ¿Se dará cuenta alguien de que la mayoría de los niños de hoy prefieren una videoconsola o un móvil antes que un pito murguero?... ¿o seguiremos anclados en la manida frase de que a los niños hay que darles cariño y hay que apoyarlos?

Son preguntas que me hago en mi cantina, preparando el condumio de mi viejita para la avalancha de esta noche, mientras en la radio suena la canción de José Luís Perales, ... ¡que canten los niños!

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