Onys, un grupo coreográfico con más de ¡160 componentes!

Olga, Noa y Sergio. Ellos son Onys, la madre, su hija mayor, de 5 años, y el padre, a la que hay que sumar a Maite, de 2. Son la razón de ser del nombre del grupo coreográfico que participa desde hace tres ediciones en el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife y que tiene su origen en la academia que regenta Olga López en el pueblo de El Sobradillo, en el distrito Suroeste de la capital tinerfeña.

Desde su origen quedó constancia de la vocación familiar de este colectivo que echó a andar hace casi un lustro gracias al entusiasmo d e Olga López, profesional del mundo del espectáculo que ya desde pequeña soñaba con tener su propia academia de baile. Yasí ocurrió en Tenerife en la navidad de 2022. Nacida en Pamplona, Olga continuó su formación profesional en Barcelona donde conoció a su esposo, natural de Santa Cruz, profesional del mundo audiovisual y se trasladaron al Suroeste del capital donde pusieron en marcha la escuela.

En su equipo, entre otras, destaca Paula Concepción, que al igual que Olga es profesora, coreógrafa y bailarina que cautiva con su discurso, con el que se maneja también como con el baile.

La academia de baile Onys se creó hace cinco años y nació para el Carnaval hace tres ediciones para dar respuesta a las demandas de los padres y madres que plantearon probar la experiencia de participar en el concurso coreográfico. Dicho y hecho.

Componentes de la academia Onys

De los doscientos componentes de la academia, 162 integran las filas del grupo coreográfico, en el que tienen cabida desde los pequeños de hasta cinco años –que integran un grupo de 25 niños–, hasta otras mayores que suman hasta cuatro décadas. Si llamativo es el alto número de componentes, no pasa desapercibido el carácter familiar de este colectivo no solo en su nombre sino en su día a día, de lunes a viernes, donde Nayleth prepara su actuación con su hija Iraydee de cara al concurso coreográfico que se celebra el próximo domingo 9 de febrero.

Es el caso también de las hermanas Raquel y Rebeca, en el grupo de las treintañeras que preparan su coreografía donde la propia Olga, la propietaria de la academia, predica con el ejemplo y compartirá escenario con su hija Noa.

Paula Concepción, que el Carnaval pasado participó como coreógrafa, se muestra entusiasmada porque este año también saldrá como componente, lo que le llena de satisfacción por poder desarrollar su doble sobre el escenario.

En la conversación con Paula y Olga ponen de manifiesto el carácter familiar y también el tamaño acorde de la academia lo que le obliga a organizarse en grupos, de lunes a viernes, para facilitar los preparativos según edades. Y ahora, de cara al Carnaval, utilizan el campo de fútbol de Tincer, en el distrito Suroeste, para empastar las coreografías que montar en grupos más reducidos. De 25 pequeños en el caso de los niños de hasta 5 años, o medio centenar de participantes por grupo en el caso de los alumnos de entre 6 y 10 años. Así, cuando llegan los fines de semanas aprovechan para montar todas las coreografías que se van preparando en pequeños grupos.

Pocos hombres

Entre los retos a sortear, la escasa presencia de hombres, una tendencia que varía en las nuevas generaciones, cuenta Paula. Y es que se impone el reinado de las mujeres también entre los adolescentes que integran Onys, que cuenta con Alejandro y Abel. «Afortunadamente esta tendencia se está cambiando con las nuevas generaciones, que prueban y se quedan». 

Así, en uno de los grupos con medio centenar de componentes se encuentra seis niños: Adrián, Íker, Thiago, Ian, Héctor y David. Paula confía en desdibujar ese estereotipo que parece limitar el tutú y la purpurina a un solo sexo para juntos ser egipcios y faraones.

Con la ilusión de una niña la noche de Reyes se incorporó Paula a la academia Onys que conoció por Instagram. «Me gustó la vibra», admite, para apuntar que después de una experiencia formando en la Universidad de La Laguna, deseaba volver con los grupos para desarrollar sus ganas de educar, tanto en la academia como en el colectivo coreográfico. «Este grupo me hace sentir», admite Paula, que se maneja tan bien con la palabra como con la coreografía: «el baile es lograr emocionar, tocar la ‘patata’ a la gente».

De cara al concurso que se celebra el próximo domingo, Paula adelanta que los 162 componentes lucirán un diseño de gomaeva que darán vida a Egipto desde la especialidad de la casa: la danza urbana. La coreógrafa y bailarina admite que el motivo que preside la nueva edición del Carnaval, ‘Secretos de África’ es una temática compleja, a la vez que ahonda en el riesgo que supondría hacer apropiación cultural de un estilo que se desconoce. De ahí que confíe en ir más allá de trajes tribales a sabiendas de que el público se encontrará el domingo 9 de febrero ‘grupos tochos’.

Cinco y media de este sábado 1 de febrero. Paula y Olga, junto a su equipo, enfilan el ensayo para preparar su repertorio de cara al concurso de grupos coreográficos, donde el encanto pasa por unir los bailes preparados según edades. Onys es uno de los diecisiete colectivos que protagonizan una modalidad puntera en el Carnaval.