Carnaval 2025 | Entrevista
Besay Pérez: "Vuelvo a las rondallas porque se lo prometí a mi abuela antes de morir"
El 'niño de la Peña', que tantos éxitos ha vivido con El Cabo hasta que cerró su etapa hace dos años, desvela la lesión que sufrió en la última final que cantó con Zeta-Zetas, celebra la nueva disposición del escenario en el recinto o que el concurso de murgas infantiles sea gratis.

Besay Pérez, entre el presidente de ElCabo, a la izquierda, y el director de la rondalla. / El Día
¿Por qué regresa al Carnaval?
Regreso al Carnaval por una promesa que le hice a mi abuela antes de morir; falleció el 11 de junio de 2024, dos días antes de mi cumpleaños. Ella siempre se quedó con la espinita de por qué me había ido de las rondallas.
¿Y por qué se fue de las rondallas?
Me fui de las rondallas porque sentí que no tenía nada que ofrecer.
¿Eso se lo dijo a tu abuela?
Ella siempre insistía para que volviera; me decía que las rondallas no me ocupaban mucho. Y me prometía que ella iba a verme, como hacía cada año. También bajaba al Auditorio para escuchar a El Cabo y a Javi Hernández. Ella era muy de él.
¿Su abuela tiraba más por Javi o por usted? (risas).
Por su nieto, y más le valía (se ríe). Pero también de Javi, que la trató muy bien. Además ella era de El Cabo. Cuando falleció, Javi le dedicó una folía muy sentida en un encuentro de solistas que se celebró en El Cotillo días después. Este año Javi no sale porque va a ser papi y de ahí la insistencia de mi abuela para que yo volviera.
¿Y cómo fue la promesa?
Antes de fallecer me dijo: si me muero vuelve este año, por favor, vuelve y cántame Granada y Amapola, dos obras que no se pueden repetir porque se interpretaron hace menos de cinco años, las bases lo impiden.
¿Y entonces?
Me quedo con esa espinita, pero espero que la obra que está preparando Israel Espino con El Cabo guste.
¿Qué obra prepara?
Voy a hacer un fragmento de Marina, que ya interpreté hace diez años, en 2015.
Han pasado diez años y ha dejado atrás unos cuantos kilos.
Entonces tenía diez años menos y 75 kilos más. Vuelvo por esa promesa a mi abuela, pero en realidad nunca me he desvinculado del Carnaval. Tengo muchísimos amigos en los grupos, pero subirme a un escenario... Ya no lo veo viable salvo por este motivo con El Cabo y por mi abuela.
Al final es más un rondallero que un murguero.
Siempre he sido y soy rondallero. Lo de murguero fue colateral, y fue muy bonito. Comencé por un año y duró muchos.
Este año se ha hablado de Besay en las filas de Trapaseros...
Sí, y Besay en Mamelucos y en un montón de murgas. Intenté salir este año en Mamelucos, pero me fue imposible. Cuando me voy de Zeta-Zetas hace dos años me bajo del escenario el día de la final para irme a Urgencias del Hospital malo, con una lesión en las cuerdas vocales. Había bajado muchísimo de peso. Admití que eso no era para mí.
¿Cerró las puertas a su regreso a las murgas?
Sigo vinculado sentimentalmente, pero no como componente. Este fin de semana he colaborado en Trapaseros y Diablos Locos, donde he ido a cantar como artista invitado. Me gusta oirlos, pero pienso que es muy sacrificado eso que hacen todos los murgueros que están desde septiembre ensayando tres días a la semana y saliendo del local a las doce y pico. Curran mucho.
¿Se echará tanto de menos a Javi Hernández como a Besay?
No seguí los concursos el año pasado, cuando me desvinculé de las murgas. Me llamó Santi Martel, fui y los vi, pero creo que cada etapa tiene su momento y ahora es la etapa de Ángel Cabrera con Santi Martel, con una directiva renovada. Goza de una etapa distinta, como cuando se fue Benito Cabrera en Sabandeños y llegó Israel Espino. Zeta-Zetas volverán más fuerte. Lo difícil es seguir en activo y máxime si no pasas a la final y te quedas con un mucho dinero invertido. Emocionalmente yo creo que me desvinculé.
¿Se siente más libre?
Cuando uno se vincula a un grupo pierdes amigos de otros. Y pierdes la racionalidad, la objetividad sobre todo. Hace falta estar fuera para darte cuenta de cosas. Por ejemplo, el año pasado yo escuché a Javi, a Vicky y me encantó y la aplaudí, y le di un abrazo.
¿Estás más cómodo en las rondallas?
Llevo 23 años en rondallas. Si me preguntas hace diez te hubiese respondido totalmente distinto. Ahora vivo todo con más tranquilidad.
¿Con más objetividad?
No, más tranquilidad, más paz. Antes estaba más preocupado por el premio. Ahora le doy la importancia que tiene. Es un concurso con una historia arraigada en un Carnaval muy potente, pero ya está. Al día siguiente de la Gala de la Reina la gente se olvida de los resultados del concurso, de todos, porque la gente sale el viernes a la calle, y es lo que importa. Al final es un premio al trabajo, a la originalidad, a las letras, pero lo que queda es el Carnaval de la calle.
Regresa a las rondallas y causa baja El Orfeón.
Es una baja muy, muy sensible; cualquier baja de rondalla es nefasta.
¿Qué le pasa a las rondallas que no tienen el auge de décadas atrás o el éxito de las murgas?
Llevan 23 años haciéndome la misma pregunta... Ocurrió con las murgas. Todo son etapas. Siento que ahora la murga está volviendo a la crítica, al contenido, a la letra. Hubo seis o siete años que era más espectáculo. La rondalla es todo tangible, con un arreglo, dos temas líricos y uno libre. Al final una murga es tan movible como la propia sociedad.
Vale, pero qué le pasa a las rondallas. Dice el presidente de la federación que los jóvenes lo ven como una cosa del ayer.
Pero al final es una cosa del ayer. Nos hinchamos el pecho diciendo que somos un género que ya tiene más de 100 años. A lo mejor hay que abrir el formato de concurso y que sea algo más movible. Hacer un concurso que no empiece a las cinco de la tarde y termine a las once de la noche. O un veredicto que no tarde una hora. Al final una rondalla tiene pulso y púa que necesita parar para afinar, y el coro se encorseta en 30 minutos.
¿Cuál es su sitio favorito para el certamen de rondallas?
Un año haría la prueba en el teatro Guimerá para ver cómo suena.
¿Y se llenaría?
Claro que se llenaría.
Pero siempre se dicen que las entradas están agotadas.
Siempre se dice que las entradas están agotadas. No puede ser que se repartan a las rondaías 150 entradas que devuelven dos días antes del concurso y no da tiempo, no es viable para vender. Esa es la realidad. No se debe repartir es el aforo entre los grupos del Carnaval.
¿La rondalla es su mejor promoción artística?
No, la rondalla es mi mejor vínculo para no perder mi vínculo, mi raíz, con el Carnaval. Mi proyección está en mi repertorio piano y voz, que el 25 de enero tengo un concierto en La Matanza, y tengo varios conciertos en febrero...
Pero antes el Carnaval prestigiaba a Besay.
Creo que por suerte se me sigue vinculando como una voz del Carnaval. Siempre he tenido un respeto muy grande al Carnaval. Estoy ilusionado por volver a casa: El Cabo. Y bueno, yo creo que mi regreso es un canto a Miguelina (su abuela).
¿Le gusta la nueva ubicación del escenario en el recinto ferial?
Siempre fui muy partidario del escenario a lo largo. La última disposición no me gustaba. Parecía fría.
¿Comparte que las entradas de las murgas infantiles sean gratuitas?
Si, se nota que el concejal es alguien que ha estado vinculado al Carnaval antes de entrar en política, que lo vive. Es una persona bastante... potente para dirigir un Carnaval.
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