Carnaval de Canarias

La armé buena anoche tratando de descargar un contenedor de garbanzas rellenas de conejo en salmorejo de las de mi madre y un camión cisterna de vino de Ravelo. Aunque hice bien porque los fines de semana, mi cantina se llena de gente del carnaval pa’ echarse un buen condumio y una buena conversa, y no era cuestión de quedarme sin mercancía.

Uno de los que estuvo por aquí fue Primi, director de Bambones, con quien hablé un rato acerca de las ampollas que han levantado sus declaraciones en la prensa acerca de que el Carnaval de Canarias, no existe.

Aproveché, no solo para darle la razón, sino para comentarle que esa afirmación la mantuvo siempre Enrique González, el padre de las murgas de Canarias, quien decía que lo que hay son distintos Carnavales que se hacen en Canarias, algunos brillantes, otros un poco menos; muchos de ellos hechos por grupos de Santa Cruz y otros a su imagen y semejanza.

Hay islas donde han incluido alguna peculiaridad que los hace distintos como Los Achipencos en Fuerteventura o los Indianos en La Palma y otros en los que podemos disfrutar de auténticos ritos ancestrales, como Los Buches en Arrecife o Los Carneros en El Hierro.

Cada uno tiene su aquello pero, a la mayoría de mis clientes, les molesta que la tele, o los políticos, hablen del de Canarias como si en todos sitios fuese el mismo, quitándole a cada uno su idiosincracia, brillantez o arraigo popular.

Lo que no cabe duda es que lo dice la historia: si hay uno que es el más importante, el de más tradición y el de más relevancia internacional, ese es el nuestro, más allá de tonterías o absurdos argumentos de hacer región, como hablar de un inexistente Carnaval de Canarias.