El regreso de Fidel Castro

Cuatro años después de haber colgado el uniforme militar con el que desfiló

por Santa Cruz, Antonio Meseguer rescata a su personaje, eso sí, con guayabera

Antonio Meseguer, ‘Fidel Castro’, saluda al alcalde Bermúdez.

Antonio Meseguer, ‘Fidel Castro’, saluda al alcalde Bermúdez. / MARÍA PISACA

Humberto Gonar

«¿Tu sabes por qué vuelvo a salir de Fidel Castro al Carnaval? Te lo voy a decir, pero no lo puedes publicar en el periódico. Llevo cuatro años disfrazándome como La abuelita de Fidel y... ¿tú sabes la incomodidad que supone cuando te entran ganas de orinar ir al baño y tener que desmontar todo el traje, la falda...? Al final, se te viene el tiempo encima y la falda acaba toda mojada».

De esta forma más humana que bucólica explica Antonio Meseguer (Santa Cruz de Tenerife, 1946) su decisión de volver a dar vida a Fidel Castro, uno de los personajes populares insignia del Carnaval chicharrero al que dio vida durante cuatro décadas. De eso hacen ya cuatro años, cuando lo jubila para encarnar otro personaje, La abuelita de Fidel. Y todo tiene un porqué. Se decantó por este personaje porque de esa forma podía salir con su característica barba.

El parecido de Antonio Meseguer lo llevó a encarnar el personaje cubano. «La gente es falsa, pero un niño no dice mentiras», explica, para referirse a que en una ocasión, cuando llegó un barco cubano, alguien del pasaje le regaló un cuadro de Fidel Castro que colocó en su casa. Un día, el hijo de Antonio, al pasar delante de la foto dijo: «papá», y en ese momento cayó en la cuenta de que el parecido que le atribuían los familiares y amigos era cierto.

Enamorado del Carnaval que conoció como emigrante en Trinidad y Tobago, es un referente de la fiesta

Antonio no se amilanó e hizo de ese parecido un disfraz, no por afinidad política, ni ideología, sino simplemente por sacarle punta y chiste a su semejanza.

Molido como un zurrón en el día después de la Cabalgata en la que volvió a desfilar como Fidel tras cuatro años, Antonio mira atrás y recuerda sus orígenes. Nacido en la céntrica calle chicharrero de Suárez Guerra, su padre fue conserje de la Masa Coral y su madre, costurera. Además de trabajar con el sastre Germinal, también confeccionó disfraces para la Masa Coral. Antonio conserva una fotografía, con cuatro años, como mascota de la Masa, y otra con seis, con el charro mexicano, «cuando las rondallas tenían más de 120 componentes».

Trinidad y Tobago

Junto a sus padres y hermanos, Consuelo y Alfonso –Antonio es el mediano–, emigraron a Venezuela y fue precisamente en Trinidad y Tobago donde conoció el Carnaval que le enamoró, en una época de su vida que coincidió entre los 12 y 19 años, que dejó el embrión por salir a las calles cada febrero, como así ocurrió a su regreso con menos de veinte años a su Santa Cruz natal.

A partir de ahí, de nuevo en Suárez Guerra, comienza a trabajar en uno de los comercios hindúes de la calle del Castillo durante un corto período de tiempo, hasta incorporarse a la Casa Hamilton, que tenía consignataria, agencia de viajes, consulado británico y hasta peritos tasadores de seguro, departamento en donde desarrolló su actividad durante 31 años, hasta que cerró. Su vida laboral la concluyó en las obras de la Autopista del Norte y del tranvía y, por último, como jefe de almacén en Fiestas.

Carnaval y Antonio Meseguer caminan de la mano desde sus cuatro años, si bien fue en 1971 cuando se incorpora en las filas de la Afilarmónica Ni Fú-Ni Fá, para cambiar la murga por las rondallas Peña del Lunes, de la que llegó a ser directivo, y la Masa Coral Tinerfeña, con la que se inició en el Carnaval de mascota.

El sábado de Carnaval del año 2006 recibió tres puñaladas de un individuo en la zona del bar British, en la misma plaza de España, pero ni eso le hizo perder el entusiasmo ni dejar de salir. De hecho, al año siguiente acudió a su cita con el público, esta vez con escolta de la Unipol que le dispuso el entonces concejal de Seguridad Hilario Rodríguez. La trayectoria continuó hasta hace cuatro años, cuando decidió colgar la guerra y encarnar La abuelita de Fidel que se incorporó a Las Lecheras & Company –la compañía viene por Antonio Meseguer y Cantinflas–. Este año, Fidel Castro vuelve al Carnaval, eso sí, con guayabera para sortear el coñazo de las faldas, se ríe este enamorado de la fiesta.