La lírica y la épica coronan a la UA el Cabo en el concurso de rondallas

Valkirias arrasa con un segundo en interpretación, los primeros en presentación y solita, para Vicky López, y el mejor arreglo musical

Sergio Lojendio

Sergio Lojendio

Tras el Carnaval postizo celebrado el pasado mes de junio, una edición marcada por el contrapunto del coronavirus, la fiesta recupera su manifestación más genuina: las rondallas, sin duda las agrupaciones que singularizan la fiesta chicharrera y la hacen única frente a cualquier otra manifestación.

La lírica se ha convertido en épica tras la pandemia; la música, que acaricia y se mete en la piel, es el mejor remedio posible para recuperar la melodía de la normalidad. Y así sucedió anoche en el Auditorio de Tenerife con ocasión del certamen de rondallas.

En este regreso resultó vencedora la rondalla UA El Cabo, a la que el jurado otorgó el primer premio de interpretación, mientras el segundo fue a parar a Valkirias y el tercero al Orfeón La Paz, además de un accésit otorgado para la Sociedad Mamel’s. 

Una de las señas de este certamen lírico son los galardones a los solistas, cuyo primer premio correspondió a Vicky López de la rondalla Valkirias, seguida de Javier Hernández de la UA El Cabo. El tercer premio fue para María Candelaria Hernández, del Orfeón La Paz, y el accésit para Leyla Melo, de Peña del Lunes 1965.

En el apartado de presentación, el diseño Las Guardianas de la tradición de Valkirias elevó al único coro femenino a lo más alto del podio, mientras que Sociedad Mamel’s se conformó con un segundo, con su fantasía Macero Guardián de la Casa del Miedo. El tercero fue a parar a Aceviños, por la fantasía Renacer, y el accésit a UA El Cabo, con el diseño Homenaje a los príncipes del Carnaval de Düsseldorf.

Además, se otorgó el premio Faustino Torres, al mejor arreglo musical, a la canción Ópera Magna, interpretada por Valkirias, mientras el premio único de Pulso y Púa fue para la UA El Cabo.

Gran Tinerfe.

González

Rondalla Sociedad Mamel’s.

Nacida en 2013 y con David Duque Infante a la batuta, lucen la fantasía Macero guardián de la Casa del Miedo, diseñada por Lito Díaz. Presentaron a concurso una selección de la ópera Attila, de Verdi, en concreto el fragmento Urli Rapina-Viva il Re, mostrando buenas modulaciones en los fortes-piano, voces bien acompasadas con unas trabajadas cuerdas; la segunda pieza, el fragmento Salida de Cecilia, de la zarzuela Cecilia Valdés, tuvo como protagonista la voz de la soprano ligera Mª Elizabeth García, que quizá se desenvolvió mejor en los agudos, pero que defendió su rol con soltura y una adecuada teatralidad. Terminaron con Homenaje a María Grever, una selección de canciones de amor de la excelente compositora mexicana (Te quiero, Dijiste, Júrame) con un correcto Eliseo Pérez Esteban como solista, más cómodo y mejor desenvuelto por momentos en la escala de barítono.

Orfeón La Paz.

Creado en 1918 se estrena en la dirección con Sergio Rodríguez. Visten un diseño de Nancy Tonini Fuentes titulado Scapino, estrella del Carnaval. Su repertorio incluyó, como primer tema, una selección de la opereta La Viuda Alegre, con música de Franz Lehár; las cuerdas muy limpias, aunque con algunas dudas del coro en varias entradas; la segunda pieza, La canción del arlequín de La Generala, del gran Amadeo Vives, la protagonizó Mª Candelaria Hernández como solista, acompañada de una marioneta en su teatral interpretación, más creíble en los agudos, pero con solvencia. Como tema libre, la formación lagunera rescató la memoria del insigne músico Ernesto Lecuona con la interpretación de Siboney-La Comparsa, con el coro atacando bien los crescendos y resolviendo los cambios tonales en una actuación que, en general, resultó aceptable en su vuelta al concurso carnavalero.

Unión Artística El Cabo.

Creada en 1942, esta rondalla ha cumplido ya nada menos que 80 años en el Carnaval tinerfeño. Al compás que marca su director, Israel Espino, lucen una fantasía que es original de ese gran corazón y enorme voz que es Argelio Bermúdez, titulada Homenaje a los Príncipes del Carnaval de Düsseldorf. Su primer tema a concurso, el coro I Masnadieri, de Verdi, sostendido por un nutrido grupo de voces masculinas que supo resolver con rigor los stacattos, una buena modulación y acompasando los tempos. La segunda pieza, una selección de la zarzuela Luisa Fernanda, del maestro Moreno Torroba, descubrió unas cuerdas ordenadas, que en ocasiones asemejaban vientos, y la presencia como solista de Besay Pérez, un excelso tenor que anoche se convirtió en humano -arrastraba problemas físicos- y manifestó ciertas indecisiones que se hicieron sentir en su interpretación. Para cerrar su participación, la UA El Cabo escogió una selección de La hija del regimiento, del genio Donizetti, con Javier Hernández, el tenor sabandeño -de tan particular y redondo timbre- desenvolviéndose con soltura en los recitativos, asumiendo además con desparpajo la comicidad de su rol y estableciendo un diálogo fluido con el coro. Para la despedida, una marcha mítica: Cosacos de Kazán. 

Masa Coral Tinerfeña.

Peña del Lunes 1965.

Esta rondalla se creó en 1980 y en esta edición estrena director, vistiendo la creación Carnaval asiático, rescatada de la recordada diseñadora Laura Afonso. Lo cierto es que este grupo le insufló al concierto un aliento fresco, diferente, alejado de esa cierta rigidez de los clásicos, un tono que el público agradeció con palmas de acompañamiento. Su interpretación de Evita cautivó al auditorio, con Leyla Díaz Mello convertida en una excpecional intérprete de música ligera, suelta y convincente. Con Los nardos, de la popular zarzuela Las Leandras, un coro bien empastado terminó de establecer su comunicación con el público, que sellaron con el Gracias por venir que inmortalizara Lina Morgan, toda una declaración de principios de cuál es el espíritu que mueve a esta agrupación.

Los Aceviños.

Las Valkirias.