Gana Joroperos en su medio siglo de historia

Cariocas obtiene el segundo, Tropicana el tercero y Río Orinoco fue accesit. | Rumberos vence en el apartado de presentación

M. Plasencia

M. Plasencia

Joroperos vuelve tras un paréntesis y gana para celebrar su medio siglo en el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife. La actuación de la comparsa lagunera le hace valedora del primer premio de interpretación… y ya van 15.

Entre ellos y Cariocas estaba la terna, ambas con actuaciones impecables dignas de un espectáculo en los mejores escenarios del mundo y al final el jurado se decantó por los de Fernando Hernández relegando al grupo de Valleseco al segundo premio. 

El tercer premio de interpretación fue a parar a Tropicana mientras que el accesit recayó en Río Orinoco, que celebra su primer galardón en este apartado de su historia.

Mientras, en el apartado de presesentación, los vencedores fueron los componentes de la comparsa Rumberos, seguidos de Joroperos con segundo y Cariocas con el tercero. Cierran con un accesit al mejor disfraz la comparsa Tabajaras.

Antes de los premios oficiales, Río Orinoco entregó el premio el Chamo a Rogi Monzón, de la comparsa Rumberos. Además, Fiestas entregó un reconocimiento a Joroperos por sus 50 años en el Carnaval, momento que la comparsa lagunera aprovechó para sacar al escenario algunas de las fantasías lucidas en su trayectoria mientras sonaba la eterna batucada.

La cantera

El ritmo trepidante de Tropicana Infantil fue el protagonista de los primeros acordes sobre el escenario. Desde Candelaria y dirigidos por Natalia González, la comparsa llenó el escenario del Recinto Ferial con una actuación basada en pasos rápidos y que concluyó con el sonido más esperado de este certamen: la batucada.

Mientras aún se llenaban las gradas y sillas del público, el sonido apagado por falta de microfonía y no por el esfuerzo del colectivo, sirvió para que el resto del grupo llevara a cabo una de las maravillas de este concurso: un cambio de vestuario, con el que acabaron su intervención en el acto, además con mayor riesgo en los pasos.

Concurso de comparsas del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife

Dos de las pequeñas de Joroperos Infantil durante su actuación. / Andrés Gutiérrez

Pero si la dosis de cantera no era suficiente, la noche sirve para que Joroperos recuperara su formación infantil. El colectivo que preside Fernando Hernández entregó la responsabilidad al coreógrafo Francisco Morales y los pequeños y pequeñas componentes demostraron que a los laguneros les quedará cuerda unos años más.

Haciendo gala del mismo estilo basado en un musical, Joroperos Infantil sorprendió con un inicio melódico con pasos dde danza clásica, que fueron dando paso a ritmos más carnavaleros como la samba, la bosanova, el merengue y la salsa. Todo ello ayudado por el brillo de su fantasía en rojo y dorado y antes de acabar con la clásica despedida de su formación adulta.

Un momento de la actuación homenaje a Isauro Rivero por parte de Valleiros.

Un momento de la actuación homenaje a Isauro Rivero por parte de Valleiros. / Andrés Gutiérrez

Homenaje

Antes de que comenzara la competición, Valleiros puso todo el sentimiento en el escenario para homenajear al que fuera su presidente, Isauro Rivero, recientemente fallecido. Ante la ovación del público, la comparsa que finalmente declinó optar a premio, pudo dedicar su actuación su alma mater como debe hacerlo: bailando.

La batucada no faltó sobre las tablas mientras el público acompañaba con las palmas. Los tambores retumbaron justo antesde que la emoción embargara a Valleiros, que fueron despedidos por una ovación de los espectadores.

El concurso debía comenzar con Rumberos, la comparsa madre de todas las demás fundanda en 1965 por Manolo Monzón. Hoy en manos de sus hijos, Juanjo y Rogi, Rumberos comunicó a primera hora de la tarde que tenían ciertos problemas con la fantasía y solicitaron al Organismo Autónomo de Fiestas y Actividades Recretativas (OAFAR) del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife trasladar su actuación al último puesto.

Así se explica el retraso de media hora respecto al inicio previsto así como el cambio de orden, confirmado por el propio concejal de Fiestas del consistorio capitalino, Alfonso Cabello, que indica que a pesar de que se trata de problemas ajenos a la organización, la demora hasta las 20:30 obedece a la "sensibilidad" de Fiestas para "garantizar q todos las comparsas puedan estar".

Una pareja del cuerpo de baile de Río Orinoco.

Una pareja del cuerpo de baile de Río Orinoco. / Andrés Gutiérrez

Río Orinoco

Así las cosas, los primeros en intervenir fueron los participantes de Río Orinoco que repiten diseño de Daniel Baute con aspiraciones a revalidar el primer premio de presentanción del Carnaval de junio y que lleva por título Extravaganza.

Empiezan en grupo para dar paso a una samba con la que ocupan todas la tablas y con solista en la parranda. Enseguida llama la atención del grupo con el diseño colorido en medio del primer cambio en tonos blancos y dorados.

La falta de limpieza en los cambios de ritmo se suple por la perfecta conjunción del cuerpo de baile. La salda dio paso a una de las señas de identidad de las coreografías de Daniel Baute: los pasos en pareja, con portés sencillos pero bien ejecutados.

El trabajo de David Afonso como responsable musical se dejó notar en la mejoría de la parranda, que se atrevió con un rap, arriesgado también para el cuerpo de baile, y posteriormente con acordes de rap.

Entre las ventajas de esta actuación más que digna se encuentran sus 98 componentes, que permitieron que se vaciara en ningún momento el escenario. Solo algunos altibajos, derivados precisamente de la complejidad y el ritmo de los pasos, impidieron que alcanzaran la perfección. Un paso de gigante fruto del trabajo año tras año.

Un momento de la actuación de Tropicana en el concurso de comparsas.

Un momento de la actuación de Tropicana en el concurso de comparsas. / Andrés Gutiérrez

Tropicana

Un inicio potente en la parranda con tonos de musical de Nueva York fue la tarjeta de presentacion de Tropicana. Los de Candelaria apostaron pronto por su ritmo habitual: la samba braiseña, en la que el cuerpo de baile dio pasos totalemente marcados, con mucho movimiento de brazos.

El colectivo dirigido por José Bolaños, no obstante, fue de menos a más, no solo en la interpretación del coro, sino con cambios de ritmo bruscos. Recuperaron la buena sintonía justo tras varios movimientos con sonido tribal, en los que los tocados ayudaron a dar mayor vistosidad.

Intentaron conectar con el público tuvieron gracias a su segundo menos carnavalero, con aires de rock con los que ganaron en originalidad gracias sobre todo al diseño de Sedomir Rodríguez. La selección musical, demasiado arriesgada, restó vistosidad a la trepidancia con la que acostumbra a desctacar la formación coreografíada por Loren Díaz.

El mometo álgido fue precisamente cuando recuperaron la samba más rápida, para terminar la actuación por todo lo alto antes de despedirse con una de las mejores batucadas del concurso.

Un momento de la actuación de Joroperos en el concurso de comparsas.

Un momento de la actuación de Joroperos en el concurso de comparsas. / Andrés Gutiérrez

Joroperos

Regresan tras el paréntesis del pasado junio y lo hacen en medio de la celebración de su 50 aniversario. Joroperos, con el liderazgo de su presidente Fernando Hernández, se plantó sobre las tablas del Recinto Ferial con un inicio de Broadway. Solo unos instantes para dar comienzo a un ritmo solo de percusión totalmente trepidante y marcado por el cuerpo de baile a la perfección.

Movimientos casi imposibles por su rapidez fueron clavados en coordinación a la perfección durante toda la actuación en la que no permitieron un respiro. Ni siquiera en las transiciones, en las que ya con algo más de pausa dieron protagonismo a lo que se conoce como el traje grande y con un acompañamiento soberbio por parte de la parranda.

El brillo de la fantasía, diseñada por borja Abreu, fue un aliado en la segunda parte de la intervención de la comparsa lagunera, en la que volvieron a apostar por ritmos novedosos antes de cerrar con acordes latinos. Los pasos fueron ejecutados por la totalidad del cuerpo de baile formando un espectáculo visual excepcional.

Y cuando parecía que habían llegado al cúlmen, se marcaron una coreografía a ritmo único de golpes de percusión en los que no hubo un solo segundo sin movimiento. Joroperos convierte cualquier ritmo musical un estilo de comparsa de altura.

Parte del cuerpo de baile de Cariocas durante su intervención en el concurso de comparsas.

Parte del cuerpo de baile de Cariocas durante su intervención en el concurso de comparsas. / Andrés Gutiérrez

Cariocas

Acordes de banda sonora fueron el inicio de la comparsa de Valleseco, que conquistó nada más arrancar al ritmo de I will survive, que acompañaron de delicados pero cuidados movimientos en el cuerpo de baile. Sorprendieron en la parranda perfecta, pese a la dificultad musical, pero si levantaron más de una ovación en el público fue gracias a los portés dignos de animadoras de Estados Unidos.

La comparsa de José Manuel González ganó en ritmo en el cambio, en el que explotaron su principal aval: melodías más latinas en las que los pasos de salsa inundan todas las tablas y que además el cuerpo de baile es capaz de ejecutar a la perfección incluso en los cambios de ritmos, solo interrumpidos para ganar en sensualidad gracias a una versión comparsera de Jennifer López.

Músicas conocidas adaptadas con gran diligencia por Tano Mújica en la parranda y por Ezequiel Dibelo fueron una constante en la actuación de Cariocas, que fue ganando en intensidad a medida que avanzaba el tiempo. Ricky Martin o Chayanne sirvieron de inspiración para una actuación impecable.

En el final, por todo lo alto, hicieron gala de la trepidancia que caracteriza históricamente a Cariocas, con movimientos de todo el cuerpo de cada uno de los bailarines hasta llevar al público al éxtasis en su foto final. Además, el diseño que ha hecho para ellos Juan Carlos Armas los convierte en candidatos a todo.

Un momento de la actuación de Tabajaras en el concurso de comparsas.

Un momento de la actuación de Tabajaras en el concurso de comparsas. / Andrés Gutiérrez

Tabajaras

La comparsa santacrucera apostó por la elegancia para arrancar su actuación en el concurso y solventar la papeleta de intervenir tras las dos anteriores. Aún así, la potencia en la parranda les permitió al menos no desentonar en el certamen, una ventaja que no pudo ser acompañada por el cuerpo de baile.

No se trataba de fallos de ejecución, sino que les lastra la escasez de componentes respecto a otras formaciones. Pese a ello firmaron una digna intervención en la que además mostraron mucha mejoría respecto al Carnaval de junio. Un estilo más tradicional tanto en la selección musical como en las coreografías fueron una constante en la comparsa que dirige Celso Hernández.

Ganaron en intesidad a medida que avanzó su actuación, sin llegar a deslumbrar matuvieron con solidez los pasos, sencillos, en el cuerpo de baile, y los acordes en el coro, para terminar con un porté ejecutado con cierta dificultad.

Una bailarina de Danzarines Canarios durante el concurso de comparsas.

Una bailarina de Danzarines Canarios durante el concurso de comparsas. / Andrés Gutiérrez

Danzarines Canarios

Desde El Toscal se plantaron en el Recinto Ferial con ritmos tribales que ganaron protagonismo en la coreografía antes de que el cuerpo de baile y parranda se fundieran en comparsa. Merengue fue el ritmo elegido para ocupar casi cada centímetro del escenario y que permitió giros perpetuos, coordinados o en escala.

El tocado del diseño de Isidro Castellano fue aprovechadopor su coreógrafa, Patricia Monroy: le dio protagonismo al cuello, con movimientos continuos ganando en vistosidad y sin perder de vista que el baile debe sustentarse en las piernas. Un no parar de movimientos durante el primer tramo del espectáculo antes de dar paso a una segunda estructura en la que los pasos los marcó la salsa.

El cambio de vestuario y de nuevo el merengue permitieron apreciar mejor la coordinación del cuerpo de baile, ganando en elegancia y en espíritu comparsero pero sacrificando la vistosidad. Sin demasiados alardes, las estructuras en grupo y portés recurrentes aportaron el riesgo necesario para firmar una actuación aspirante al podio.

Su final, a diferencia de lo que suele ser habitual para la comparsa de Luis Hernández, se basó en una salida con sencillos pasos de baile para cerrar su intervención con un protagonismo absoluto del coro.

Cuerpo de baile de Abenaura durante su actuación.

Cuerpo de baile de Abenaura durante su actuación. / Andrés Gutiérrez

Abenaura

Un fallo de sonido con el solista restó la espectacularidad que esperaba Abenaura para su inicio. Aún así, la formación logró mantener el ritmo en la que es su segunda participación en el Carnaval tras su estreno el pasado verano. La comparsa de Domingo García, que es presidente, director y coreógrafo, mantuvo una coreografía sencillas pero bien ejecutada, con mucho ritmo primero para dar paso a una salsa cuidada luego.

Durante el cambio llegaron a perderse en el escenario, con cierto desfase entre la parranda y el cuerpo de baile que intentaron salvar con un efecto de luces. El uso de chácaras y tambora al que ya recurrieron hace siete mes tampoco sirvió para levantar una actuación, sobre todo para la parranda que no llegaron a sonar con la afinación necesaria para completar la actuación.

Mientras el cuerpo de baile desarrollaba pasos sencillos que pese a ello tampoco pudieron ejecutar sin fallos. Tampoco les acompañó el exceso de solistas en el coro y solo lograron conectar en los instantes finales de la actuación con una samba tradicional con la que al menos pudieron terminaron con ritmo.

Un momento de la actuación de Bahía Bahitiare

Un momento de la actuación de Bahía Bahitiare / Andrés Gutiérrez

Bahía Bahitiare

Zara Díaz es el alma mater de Bahía Bahitiare y es sinónimo de fantasías espectaculares y espectáculos sorprendentes. Ya su inicio fue trepidante, con un cuerpo de baile sencillamente perfecto acompañado solo de percusión. La parranda entró a cantar, con cierto titubeo, con música de Raphael ejecutada al estilo totalmente comparsero.

Los bailarines y los músicos suplieron los errores del coro, gracias a pasos arriesgados en medio de melodías diferentes. No obstante, las transiciones lentas restaron la vistosidad de la que sí hicieron gala en los momentos más rápidos. De hecho, la coreografía al estilo comparsero casi batucada fue uno de los momentos más dulces de su intervención.

Los brazos del cuerpo de baile no pararon mientras que fueron los pies del público los que les siguieron el ritmo, contagiados de la actuación de Bahía. Y fue a más después del cambio, inundando el escenario con un buen hacer como pocos. Más que correctos firmaron una actuación soberbia, gracias a que el coro recuperó la interpretación en el segundo tramo del show. Un final en el que recuperaron su esplendor

Comparsa Los Rumberos durante su intervención en el concurso.

Comparsa Los Rumberos durante su intervención en el concurso. / Andrés Gutiérrez

Rumberos

Tenían que abrir el concurso, pero un retraso en la confección de sus fantasías les llevó al puesto contrario: Rumberos cerró el certamen de comparsas. El grupo que fundara Manolo Monzón sorprendió con sus primeros acordes inspirados en Reino Unido, el himno del país les sirvió de excusa para arrancar el espectáculo con un movido Yellow submarine, de The Beatles.

Los primeros compases del baile, inspirados también en melodías británicas, fueron elegantes aunque sencillas pero sirvieron para mostrar el diseño de Santi Castro. A partir de entonces se fueron sucediendo diversos momentos en los que el cuerpo de baile se dividió en pequeños grupos o parejas para ofrecer una coreografía sencilla, sin alardes y por momentos sin ritmo.

La comparsa volvió con el primer cambio: más ritmo, más cuerpo de baile, más complejidad en los pasos. Más Rumberos. Las mangas brillantes fueron aprovechadas por la coreógrafa Alicia Ruiz que dio gran protagonismo a los movimientos de brazo y que ganaron en espectacularidad gracias a diversos acelerones en la melodía.

Al menos no evidenciaron que los problemas con su disfraz afectaran a su intervención en el concurso. Y terminaron tumbando caña por todo lo alto, a ritmo eléctrico en el baile y con algunos errores en el parranda.

Un bailarín de Chanel, en el jurado

El jurado que se encarga de desingar los premios está compuesto, en el caso de presentación, por Patricia Hodgson, licenciada en Bellas Artes, pintora y comisaria de arte; Marían Polín, licenciada en Bellas Artes; y Rudy del Mar Medina, diseñadora de moda y costurera.

En el apartado de interpretación, los premios el jurado está compuesto por Maite Marcos, coreógrafa de danza; Raquel Caurín, coreógrafa y bailaina profesional; Pol Soto, bailarín que formó parte de la actuación de Chanel en Eurovisión; José Luis Valero, bailarín y coreógrafo; Sabrina Lemus, profesora de canto, cantante y directora de coros; Juan Carlos Malagón, musicólogo y arreglista; y Sergio Branic, músico, compositor y arreglista.