Trabachones abre hoy, a las 21:15 horas, la gran final de murgas adultas del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife. La primera que actuará en calidad de telonera será la Afilarmónica Ni Fú-Ni Fá. Después de Zeta-Zetas, la última de la final, amenizará la deliberación Gambusinos, murga de Fuerteventura y ganadora –en marzo– del certamen de Las Palmas, para continuar con Ni 1 Pelo de Tonto hasta que se desvelen los ganadores.

Primera fase, final adelantada.

Entre las ocho finalistas elegidas por el jurado, pasan a la gran fiesta de la crítica, el pasacalle y el espectáculo cuatro colectivos que protagonizaron la primera fase: Zeta-Zetas, Mamelucos, Trapaseros y La Sonora; dos de la segunda: Burlonas y Diablos Locos, y otros tantos de la tercera: Trabachones y Bambones. De otra forma, para el jurado, la primera fase fue una final adelantada, según su veredicto.

Regreso de Trapaseros y estreno de La Sonora.

Respecto a la final de 2020, repiten seis de los protagonistas de entonces: Zeta-Zetas, Mamelucos, Burlonas, Diablos Locos, Trabachones y Bambones, después de caerse Desbocados. De esta forma, quedaban dos plazas libres respecto a hace dos años. De ahí que parezca que la final tiene más plazas que murgas con méritos.

Trapaseros recibieron la recompensa a su trabajo y apuesta por Santa Cruz. Padres del Certamen de Murgas del Norte a comienzos de la década de los años noventa, en 2018 quedaron descalificados por pasarse de tiempo en el concurso comarcal y desde entonces decidieron apostarlo todo por Santa Cruz. Antes, en esa bicefalia, alternaban Santa Cruz con el Norte. En 2012 lograron un histórico segundo de Interpretación y en 2015, un tercero. Curiosamente, desde que renunciaron al Norte para quedarse en Santa Cruz –2019– no habían logrado un pase a la final, con la que se reencontrarán con parafernalia.

Los de Los Realejos, con Juanka López al frente y el regreso de Julio Alexis Fernández Calzadilla a la dirección musical –tras el paréntesis de Josito Suárez (Nietos de SaryMamels)–, ocuparon una de las dos plazas vacantes respecto a 2020; la otra, que dejó libre La Traviata, que ha decidido cerrar sus puertas después de trece años, era una lotería.

En un segundo, o tercer escalón, Triqui, Ni Pico o, incluso, unos Chinchosos parecían con opciones para esa octava plaza. Sin embargo, con una baraja tan abierta, saltó la sorpresa y el jurado se decantó con La Sonora, de Carlos Estévanez y Óscar Gómez.

Alegrías.

Para alegrías, las de las chicas de Adela Peña, no porque Burlonas no se lo merecieran; antes bien, estuvieron sensaciones. Pero el pase a la final reconocido por el jurado es el certificado de calidad al trabajo realizado en los últimos cinco años, tiempo más que suficiente para tutear a los que antes veían desde la grada.

Otra alegría, Trabachones. Con Trabas en el olvido, en 2020 afrontaron una metamorfosis y se reinventaron, con Domingo López Fumero y la apuesta por Yone Expósito, tercera generación de la factoría Lenguas y Lengüines. Yone es la excelencia: la suma de director y letrista. Una murga seria, armada y con planta que, tras su refundación, afronta su segundo pase a la final.

Dinastía trónica.

Ver a Diablos Locos en la final es lo más habitual en los últimos 25 años. Pero este año tenía un mordiente: Tomy Carvajal, tercera generación trónica, nuevo directo. Es sinónimo de éxito, marca tendencia con el relevo generacional de la mano de los okaidi y es un modelo de murga para garantizarse otros 25 años de vida, como poco. Ahora, junto a Tomy, con Acaymo Magia Correa, que le ha venido a dar un plus de calidad musical.

Ser ganador en los últimos cuatro años de tres primeros de Interpretación convierte a Zeta-Zetas en la murga a batir. En fase fueron su principal enemigo y pasaron por debajo de la espectacular presentación, de más calidad que la vista en la gala de la reina. Las fotos del tándem Javi Lemus-Santi Martel aparece en el google murguero como sinónimo de innovación, originalidad, espectáculo y murga 3D. Es un todo o nada, como su apuesta artística con otro mago de las voces, Richar Casanova.

Pulso de estilos.

La final recreará el pulso de estilos: del espectáculo visual de Zeta-Zetas, al que se suman las parafernalias de Trapaseros, que volverán a entrar en acción, a exponentes de la letra por encima de la puesta en escena, caso de Bambones y Burlonas.

Bambones reivindicará la letra. Su magisterio. Y quieren dejar en olvido que cualquier tiempo pasado fue mejor, cuando ellos eran el referente y luego se hablaba de marcas blancas a las que se asociaba a Trapaseros, por el estilo musical fruto de compartir director musical, Julio Alexis Fernández Calzadilla, o, incluso, por la similitud de algunos arreglos de la era Zeta-Zetas, con David Padilla.

Completan la nómina de finalistas Mamelucos. Comienzan la Era BZC, tras la marcha en la dirección musical de Xerach Casanova. Airam es un archiconocido de la modalidad, con el agravante de haber sido el letrista al que muchos han acudido para cubrir sus repertorios a ser ahora rival directo y la cara de una murga que afronta una transición.

Estreno de directores.

2022, año de estreno en la final de dos directores: Airam Bazzocchi, en Mamelucos, y Tomy Carvajal, en Diablos.

Se suma un noveno finalista: el sonido. La mayoría de las murgas no se han sentido cómodas lo que ha contribuido a ver a Zeta-Zetas, mejor en su presentación que en el tema; o Mamelucos fijos discontinuos salvo su minuto de oro; o Bambones con sordina.

Será una gran final. Al menos por el número de espectadores, 5.552, que agotaron en 48 horas las localidades; con el añadido de que es el aforo mayor que se verá esta edición en el recinto ferial y el plus de que es la fiesta de los pasacalles. Esta noche, la gran final.