La reina del Carnaval de los mayores, que fue guía turística, trabajó en el Parador Nacional del Teide y en el hotel Botánico. Es una embajadora de lujo para presentar la fiesta de la máscara.

«¿Así que la abuela es la reina?». Después del momento gala, en el que tenía sus ilusiones puestas en revalidar el éxito de 1971, cuando fue proclamada reina de las Fiestas de Invierno de su pueblo natal –la localidad palmera de Tazacorte–, la ilusión de María del Carmen Ramos Quintero –más conocida como Rosi– era el reencuentro con su familia. Junto a su madre, Cándida Quintero Rodríguez, con la que reside en Los Realejos, se reencontró en la trasera del escenario con dos de sus tres hijos –una se trasladó desde La Palma–, si bien otra residente en Murcia no lo pudo hacer.

Eso sí, en el día después de su proclamación como reina del Carnaval de los mayores de Santa Cruz de Tenerife, reconoce que tuvo una penita cuando comenzaron a nombrar a la cuarta dama, luego a la tercera, a la segunda y a la primera. «Pensé: a ver si me voy a quedar sin subirme en la carroza», comenta con una jovialidad que deja en el olvido que se acostó a la una de la madrugada y se levantó a las cinco para maquillarse con tiempo suficiente para sortear la cola de la autopista del Norte y llegar a tiempo a las entrevistas concertadas en las emisoras de radio. A las cinco de la tarde, con móvil en mano, y entre las penúltimas entrevistas que le hacía Televisión Canaria, reconocía que ya tenía ganas de coger su coche y regresar conduciendo a casa.

Nacida en 1954, por las venas de María del Carmen corre purpurina de color azul y su vida está marcada por la profecía de los volcanes de La Palma. 1971, con la erupción de Teneguía, participó en la elección de la reina de las Fiestas de Invierno en representación de la murga local Sin Ton Ni Son, y fue elegida soberana, lo que la transformó en la protagonista de un cortejo que recorrió las principales calles del pueblo. «Hasta me fueron a buscar en un coche», comenta María del Carmen.

Hija única, el Carnaval de Tenerife puede presumir de tener este año reina madre, pues la progenitora de María del Carmen la acompañó en la gala. Su madre nació en Tazacorte en 1936 y gracias a su entrega sacó a la familia para adelante. «Ella me lleva 17 años. Mi padre se marchó a Venezuela cuando yo tenía dos años y medio y ha sido mi madre, mi amiga, mi hermana, mi confidente... mi todo. Por eso, mi ilusión es estar con ella y hacerla lo más feliz que pueda todo lo que le queda de vida».

María del Carmen fue reina de las Fiestas de Invierno de Tazacorte en 1971, cuando el Teneguía entró en erupción, y ahora vuelve a ganar cuando la Isla Bonita se recomponen de la erupción que se registró meses atrás. De ahí que sea la reina del volcán que la ha acompañado en las dos elecciones. «También mi madre vivió la erupción de San Juan», apostilla. «Cuenta que venía de una verbena cuando explotó».

Sobre su nombre, también tiene su anécdota. «Mi padre quería que me llamaran Rosario, como su madre, pero al final fue mi tío a inscribirme en el ayuntamiento y me puso Carmen, como su novia», cuenta con gran desparpajo.

Detrás de la eterna sonrisa y la vitalidad de la reina del Carnaval de los mayores se descubre la personalidad de una mujer emprendedora que siguió el ejemplo de su madre. En un primer matrimonio se trasladó a Murcia y luego rehizo su vida de regreso a Tenerife, donde desarrolló primero su actividad como guía turística, un sector que no le es ajeno, puesto que también ha desempeñado su profesión en el Parador Nacional del Teide, el club de golf de Tacoronte, el Hotel Botánico... «Pero todo eso ya te lo conté en la vez anterior», comenta en referencia al reportaje que publicó este periódico cuando la presentó como la reina de los volcanes. «¿Sabes? Ahora todos los medios de comunicación me llaman así».

Cuando estaba centrada en los preparativos como candidata a reina, María del Carmen advirtió que después de la gala de la elección le gustaría visitar su Isla, donde no ha estado desde que se produjo la erupción. «Ahora sí puedo viajar para ver cómo quedó tanto mi pueblo como toda la Isla en general, gracias a todas las muestras de cariño que he recibido», añade.

«Le debo una visita a la Virgen de Las Angustias, pero yo creo que cuando me vea me va a echar de tanto que le he pedido», cuenta con su sonrisa, después de volver al momento reencuentro. «Allí viste a mi grupo Las Mirandas; y hasta vino una amiga mía que es como una hermana de Gran Canaria, y toda mi familia».

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Gala de elección de la reina de los mayores del Carnaval 2022 Carsten W. Lauritsen

María del Carmen es la mejor embajadora que podría tener el Carnaval como profesional que ha trabajado en el sector del turismo, amante de las ocho islas canarias y conocedora de las tradiciones, y hasta prácticamente, como componente de dos grupos, uno La Guanchería, y otro también de corte de bailes folclóricos.

Una nueva referencia a su familia. Esta vez María del Carmen recuerda a su esposo: «Es un marido 10, hasta pidió permiso en el trabajo», le agradece. Con una sonrisa pilla comenta, «me lo busqué cinco años más joven que yo».

La reina del Carnaval agradece el cariño y la entrega de Alfonso Baute, su diseñador. «Aquí lo tienes: el gran Alfonso», y cumplimenta también a quien ha hecho posible su participación, la firma patrocinadora: el Centro de Terapias Alternativas Oroterapias. Y por si había alguna duda, el traje: «Es una pasada», cuenta con la ilusión de subirse a la carroza. Antes, un guiño a las siete compañeras con las que protagonizó la gala, en especial Carmen Rosa, que es la bomba. María del Carmen será para siempre la reina del volcán.