Quince grupos coreográficos protagonizaron el primer certamen que se desarrolla en el recinto ferial, lo que permitió ver en servicio el decorado diseñado por el arquitecto grancanario Carlos Santos. Junto a las actuaciones y la alta presencia de público, sorprendió el ritmo del festival, que voló en hora y media.


Y se hizo la luz. Cinco de la tarde y más de tres mil personas –en su mayoría familiares y amigos de los componentes de los quince grupos– llenaron dos terceros del aforo del recinto ferial en el Festival Coreográfico que supuso la puesta de largo de la escenografía de la Ciencia Ficción diseñada por el arquitecto grancanario Carlos Santos. Dado que la ceremonia inaugural del Carnaval con el público sobre el escenario y que el primer certamen, el de rondallas, tuvo lugar en el teatro Guimerá, las quince formaciones coreográficas estrenaron el recinto ferial de la capital tinerfeña.

El colectivo Loli Pérez, de Güímar, se alzó con el primer premio al mejor disfraz, galardón que ya obtuvo en 2019, edición en la que por primera vez, después de la década de los ochenta, se rescataron estas distinciones. En 2019 ganó, a la siguiente, en 2020, cuando se incorporaron tres galardones también en Presentación, el colectivo de Loli Pérez quedó en segunda posición y ahora vuelve a marcar el paso en el certamen de baile.

El segundo puesto recayó en los grupos coreográficos del Patronato Cultural de Arona, mientras que el tercero fue para la formación Yufunk Dance School.

Junto a la novedad del escenario, el público volvió a dar calor a sus formaciones favoritas. Casi sobró la pregunta de la presentadora, cuando dijo se hacía calor en el recinto ferial, que más parecía una sauna; suerte que el resto de certámenes comenzarán a partir de las 20:00 horas. Además, la dirección artísticas, con Enrique Camacho a la cabeza, se encargó de que el Festival Coreográfico volara. Más de setecientos componentes de quince grupos más que bailar casi se puede decir que volaron sobre el escenario._En una hora y media estaba despachado el certamen, el resto fue esperar a la deliberación del jurado que tampoco se hizo de rogar en demasía. Aunque se había anunciado la participación de Moana, este colectivo no salió finalmente por «problemas internos», según la versión facilitada desde la organización.

Club_Deportivo Odali, de Arafo (2010). Dirigidos por Davinia Pérez y Omayra Torres, los sesenta componentes de esta formación llegada de Arafo lucieron la fantasía Caleidoscopio, una creación del propio grupo y confeccionado por Ancoratex bajo la dirección de Ana María Ramos. En su repertorio incluyeron varios estilos que permitieron inaugurar el escenario al compás de sus pasos.

Stars Dance (2016). Segundo grupo en actuar y sorprendió la intervención de su coreógrafa Elena Herrera sobre el escenario y en el micrófono antes de que comenzara el baile del que se acompañaron con aros y cintas. En su alocución al público, Elena Herrera no pasó por alto que era el reencuentro con el Carnaval después de dos años y dedicó su actuación y también los aplausos al persona sanitario y de limpieza, y una sentida ovación para el cielo, en recuerdo a los fallecidos por la pandemia.

El colectivo que tiene su cuartel general de María Jiménez tiene treinta componentes y lució la fantasía Con paso firme y esperanza llegamos, de Ylenia Pérez y Elena Herrera, para desgranar su repertorio El resurgir, con coreografías de Ylenia Pérez.

Crea Hip Hop-En Paralelo_Danza (2018). Ensaya en la Escuela En Paralelo Danza, en Candelaria, y es una de las formaciones más numerosas, con 102 componentes. Lucieron Expectro Purpurunim. Bajo la dirección de En Paralelo_Danza, inspiraron su actuación en las películas de Harry Potter. De ahí el título de su puesta en escena: «Mezcla de Harry Potter», para los que hicieron uso incluso de unas varitas del mago.

Ibaute (2004). Desde San Andrés, la veintena de integrantes vistieron la fantasía Hasta el infinito y más allá, en consonancia con el repertorio instruido por Elizabeth Simón, para lo que se valieron de la bandera canaria que plantaron en el escenario de la Ciencia Ficción.

Crew of Dreams (2014). Es el colectivo que sale por el empeño de Besay López y que cuenta con sesenta componentes. Su fantasía, La resistencia, de Marta Padrón de la Rosa, con la que recrearon diferentes estilos urbanos.

Funkyguachi (2005). Es la versión más coreográfica de la murga infantil Guachipanduzy. Cuenta con treinta y cinco componentes. Bajo la dirección de Mónica Dorta, lucieron el diseño Explosión de ideas, una creación del propio grupo que apuesta por un estilo de hip-hop; fundamental el mimo y celo de Carolina Padrón y Juanjo Coello, sus representantes.

Grupos coreográficos del Patronato de Arona( (2008). Llegados desde el Sur, cuenta con 57 componentes y lucen la fantasía Resplandor latino, de María Victoria Alcaide. Apostaron por un repertorio latino de Laly Cruz.

Bohemios (1971). Formación madre de la modalidad, tiene al frente a Mabel Guiance. Estos Bohemoides 2022 con una fantasía que parece hecha con técnica de reciclaje e incorpora luz hicieron Ficción de Carnaval, aunque decidieron no participar en concurso la docena de componentes.

Grupo Loli Pérez (1998). Llegados de Güímar, es el segundo de los grupos más colectivos, con 81 integrantes. Lucieron No todos los héroes llevan capa; algunos tienen alas y visten de rayas, con el que presentaron su espectáculo Volver, de la propia Loli Pérez.

Ballet Dance (2008). Los treinta componentes llegados de Ofra lucieron Luces, cámara y acción, de María Dolores Díaz, con el espectáculo Dance in Carnival, según Cristian Martín.

Yufunk Dance School (2008). Bajo la dirección de Yurena de la Rosa, vistieron Soñando de nuevo, de su alma mater, que ideó un espectáculo a la medida de su fantasía. Son 60 componentes.

LKS-Luther King San Miguel (1992). Los setenta y dos componentes vistieron la fantasía Épico, de Moisés Delgado, el artífice de esta formación que apostó por una puesta en escena interestelar.

Azahar (1990). Un clásico y referencia del festival coreográfico, exponente del estilo de años atrás. Dirigidos por Ana Marina de Lara, sus 25 integrantes recrearon Nuestros locos 25 años, de su propia mentora.

Tenerife Dance Project (2010). El director Máximo_Raúl Fernández lidera un proyecto que viste la fantasía De vuelta al Carnaval, de Angeleta Simón Labory, también diseñadora junta a Silvia. Son 40 componentes que hicieron Remix, con el Colegio Hispano Británico como referencia.

Crazy Dancer (2011). Encarnan el relevo intergeneracional donde abuelas, madres e hijas baila el número Warriors Mix, de Lourdes Franquis. Su fantasía, ideada por Ana Ramos, va en consonancia con la puesta en escena, Crazy Warriors, que dan vida una treintena de integrantes.

Al término del festival y dado el éxito del resultado, el concejal de Fiestas, Alfonso_Cabello, considera que el festival ha llegado a la madurez que podría derivar el próximo año en un concurso, también en Interpretación.