La organización –concejal y gerente de Fiestas– se reunieron al término de los sorteos con las murgas adultas para explicarle que, según el edil Alfonso Cabello, nueve murgas le han alertado para que exija el cumplimiento de las bases, para que no ocurra igual que en 2020, según los argumentos esgrimidos que señalan a Zeta-Zeta por haberse beneficiado de vacíos legales. Y deslizó una frase, a modo de opinión personal, que viene a cuestionar el primer premio de 2020: no cabía el montaje estructural que se usó en una canción de la final, en referencia a un tema de Zeta.

El gerente de Fiestas, Guillermo Martínez, tuvo una intervención magistral y conciliadora, al advertir que la mayoría de las murgas adultas e infantiles en algún momento han ido al límite de las normas del concurso, de ahí que propusiera ser igual de laxo como hasta ahora, siempre que no se ponga en peligro la seguridad –ante la falta de tiempo para cambiar las bases– y hacer preparar unas nuevas normas de cara al Carnaval 2023.

Hasta Maxi Carvajal, de Diablos Locos, le puso la alfombra roja a Zeta-Zetas para que no le cambiaran ahora las normas del juego cuando ya habían comunicado sus necesidades técnicas en octubre –como otras cuatro murgas, entre ellas Trapaseros–. Juan Antonio Rodríguez, de Bambones, expresó que no tiene nada en contra de Zeta-Zetas, y lamentó que la reunión pareciera enfocada para echar a pelear a los grupos, mientras que Manolo Peña, de Mamelucos, sentenció: «No soy nadie para dar un consejo, pero sí les voy a dar mi opinión: dediquen más tiempo a cuidar a los grupos».

El presidente y el director de Diablos Locos, en primer término; al fondo, a la izquierda, Javier Lemus, de Zeta-Zetas. Andrés Gutiérrez

A Cabello no le gustó que le reprocharan que Fiestas no cuida a los grupos y abrió la caja de Pandora al pedirle a Lemus que explicara qué le pasó en la pasarela en el concurso de 2020. Y Lemus se echó al ruedo y contó que la abogada de Fiestas le advirtió minutos antes de subir a cantar que otra murga le denunció, para añadir que otras formaciones incumplían las bases, lo que despertó el malestar de Diablos, quien lo había defendido. La reuniones acabó entre los apagones de la sala para advertir que se había superado el tiempo y con el compromiso de que en el 2023 habrá nuevas bases desde cero, con el sabor agridulce de que la reunión acabó como el rosario de la aurora entre reproches y la mirada de Cabello.