La murga adulta La Traviata, liderada por Juan Díaz desde el año 2004 y con uno de los directores de cabecera del Carnaval, Josechu Álvarez, tomó anoche la decisión más difícil para un colectivo que ama el Carnaval: no participar. ¿El motivo? Directiva y componentes analizaron el nuevo escenario que deben afrontar con restricciones de ensayos de entre doce y veinte componentes para evitar contagios y, aún así, consideran que no ve viable poder salir con todas las garantías posibles, pues "seguiríamos poniendo en riesgo a nuestros componentes y a sus familiares".

Aunque incluso llegaron a preinscribirse -el plazo expiró a primera hora del viernes-, los integrantes de la sociedad que tiene su sede en la calle San Martín celebraron una reunión por la noche y valoraron que "en nuestra cajita de música (en referencia al local) solo podríamos ensayar un grupo de 16 personas en la actualidad, lo que convertiría en un imposible llegar al concurso con todas las garantías, como se merece el mejor certamen de Carnaval", para admitir que, "siendo realista, es complicado poder controlar las medidas de seguridad a las entradas y salida de cada ensayo".

"Entendemos que hay muchas ganas de Carnaval, respetamos la decisión y el trabajo que lleva desarrollando el Organismo Autónomo de Fiestas para sacar adelante la fiesta, pero la fiesta de la máscara no puede salir a cualquier precio", y en la actualidad "no se dan las condiciones para que se pueda celebrar con todas las garantías", añade el comunicado hecho público, después de hacer constar La Traviata que "nos quitamos el sombrero ante el esfuerzo que van a hacer otros grupos para hacer posible el concurso".

El escrito concluye asumiendo el compromiso de que desde hoy trabajará para poder ofrecer en 2023 el mejor concurso de murgas que jamás se haya realizado, para finalizar con un lacónico: "Nos vemos en 2023. Gracias, Santa Cruz". Y el grito de guerra de la murga, "¡ahora!".

En el escrito no se hace referencia a la marcha a final del Carnaval 2020 de su letrista talismán Carlos Casanova, que recaló de forma virtual en Triqui-Traques para reencontrarse con sus amigos en Ni Pico, de cara a 2022, ni del abandono del que fuera su director musical Adrián Montes de Oca. Y eso, a pesar de que Juan Díaz ya tenía reorientado el regreso a las raíces de La Traviata, con el rescate de José Antonio González El Flaco, en letras y arreglos musicales, y Juani Febles, en el montaje.