Diablos Locos con la canción The Fasnia Ande Está (2014) logró el 24,41% de los votos; en segunda posición quedó Bambones (2003), con el 16,44% de los votos para Escuelita murguera; y en tercera posición quedaron Mamelucos, con Canción de Ida y Vuelta (2018). En total se validaron 3.388 votos.

'The Fasnia ande está', de la murga Diablos Locos, se ha alzado la madrugada de este sábado 6 de marzo con el título de mejor tema murguero de las últimas décadas en el espectáculo televisivo 'La Canción del Siglo'. La murga ha recibido el 24, 41% de los votos (827 de los cerca de 6.000 registrados).

En segunda posición quedó Bambones, con el 16,44% de los votos para Escuelita murguera (2013); y en tercera posición quedaron Mamelucos, con Canción de Ida y Vuelta (2018). En total se validaron 3.388 votos.

Se da la paradoja que Diablos Locos, con Maxi Carvajal y Víctor Asensio al frente, quedaron en tercera posición en el concurso de 2013 y pasarán a la historia de este concurso virtual como los intérpretes de la mejor canción de las dos décadas del siglo XXI que se han presentado en esta edición virtual.

El plató de televisión del que se ha disfrazado esta edición el recinto ferial de la capital tinerfeña acogió anoche el primero de los tres concursos que se han diseñado con motivo del Carnaval virtual y que estuvo protagonizado por las diez murgas finalistas Bambones, Burlonas, La Traviata, Diablos Locos, Trapaseros, Mamelucos, Tras Con Tras, Triqui-Traques, Triquikonas y Zeta-Zetas. Fueron las diez formaciones críticas que reunieron mayor votación en las respectivas propuestas que presentaron para aspirar La mejor canción de murgas del siglo XXI. Se trata del formato que se inventó el director artístico, Enrique Camacho, para alimentar la llama del Carnaval .

Como cualquier final de murgas, el espectáculo, que arrancó a las 21:30 horas por Televisión Canaria, arrancó con la Ni Fú-Ni Fá. Con Alexis Hernández –un clásico de las finales de murgas a la americana desde el primer formato, en 2017, y con Laura Afonso, como maestros de ceremonia– el alcalde de Santa Cruz de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, hizo una entrega virtual de una metopa conmemorativa del 60 aniversario de la Afilarmónica y murga madre de Carnaval en nombre del pueblo de Santa Cruz que recogió de una peana el presidente de la sociedad, Cristóbal Reyes.

De la murga, al tributo a las once murgas participantes en la pasada edición –con la salvedad de Desbocados, que prefirió no secundar la convocatoria– y que no llegaron a la final virtual de anoche. A continuación, Alexis Hernández y Laura Afonso presentaron las dos mesas desde las que se alimentó el debate murguero de la velada, por una parte, la formada por murgueros: Pedro Mengíbar, letrista y director de Trasnochados, sin olvidar sus aportaciones en Triqui-Traques o Ni Fú-Ni Fá, entre otras; José Antonio González El Flaco, director y letrista de Singuangos, y Sandra Ramos, quien fuera componente de Marchilongas durante diecisiete años, de ellos nueve al frente de la dirección de la murga.

Junto a la visión de quienes han estado delante del grupo, compañeros de los medios de comunicación, desde Natacha Llarena, periodista y enamorada del género murguero, a Manoj Daswani, que alterna el deporte con el género rey del Carnaval en Radio Club Tenerife o Humberto Gonar, del periódico EL DÍA.

A partir de ahí, Alexis Hernández y Laura Afonso tuvieron la responsabilidad de marcar el ritmo a un espectáculo que amenazaba con prolongarse durante casi tres horas; cerca de la una de la pasada medianoche.

Primi Rodríguez, Adela Peña, Josechu Álvarez, Maxi Carvajal, Juanka López, Xerach Casanova, Melca Barrera, Jose Otero, Almudena Domínguez o Javier Lemus, directores en sus respectivas murgas, fueron los encargados de explicar los temas finalistas. Un dato llamativo, algunos de ellos no ocupaban la dirección artística en la edición que la interpretaron, caso de Juanka López, que sustituyó a Domi González, o a Jose Otero, que tomó el relevo años después a Lucas Mujica.

El director presentaba el tema y seguía la actuación grabada, que permitiría revivir la actuación que en algún caso se grabó con VHS, como el particular de Bambones, la murga que planteó la canción más antiguas de cuantas se emitieron anoche, hasta un sistema tan revolucionario que hizo suyo Zeta-Zetas: El croma.

Al término de la emoción de las diez canciones, tiempo de debate de veinte minutos para amenizar la votación SMS en una noche en la que los murgueros, por primera vez, cambiaron las tornas y en la final virtual... cantaron desde sus casas, como obliga el Covid.

Escuelita murguera, 2003, de Bambones.

Rebeldía murguera porque el entonces concejal de Fiestas quiso impedir que las murgas de Santa Cruz fueran el encuentro de Candelaria. Bambones sienta cátedra con una genialidad para despistar el fondo de la crítica y nace Escuelita, una forma de ser murga.

La letra de números, 2017, de Burlonas.

La murga de Adela Peña se hace sitio de un codazo desde ese año y se saca su certificado de residencia en la final con un estilo propio: crítica argumentada y toques comerciales. Los justos.

El quiosquero, 2015, de La Traviata.

Carlos Casanova, hoy en Triqui, firma esta poesía que evidencia su dominio con la jerga del asunto que desarrolla como hilo conductor. Plenitud.

La Fasnia, 2014, de Diablos Locos.

Para definir a Diablos lo mejor es ver la Fasnia. Locura, diversión, orgullo, pasión, espectáculo y píldoras de letras comerciales. Más que una murga fue una orquesta, un espectáculo de Carnaval que quiso cantar Óscar de León. Una obra maestra.

Los militares, 2012, de Trapaseros.

Al frente estaba entonces Domi González, que con el paso de los años milita en Diablos Locos. El tema lleva la firma de Raquel Chávez con montaje de Julio Alexis Fernánde z, también director musical de Bambones. Fue un año histórico. No solo por ser la segunda final del estadio, sino por la conquista de un segundo premio para las murgas del norte.

Sarymamel’s, 2012, de Mamelucos.

Máxima expresión del ingenio de Airám Bazzocchi con el aval de Xerach Casanova. Una joya para el Carnaval que nació en un villancico y acabó compartiendo escenario Nietos de Sarymánchez y Mamelucos.

Letra tuiteada, 2018, de Tras Con Tras.

La magia de Gara García ha devuelto a la segunda murga femenina más antigua del Carnaval al candelero. Ingenio y chispa, avales de su nueva fórmula que dirige Melca Barrera con el aval de Cristo Casas.

La Posesa, 2006, de Triqui-Traques.

El mayor homenaje a sus autores (Frank Bermúdez, Miguel Batista, Aridani Rodríguez, Quique Medina y Lolo Tavío) es volver a estar sobre una final aunque fuera virtual. Fueron unos adelantados y demostraron que sus detractores se equivocaron; hoy están de actualidad.

Quinquiañeras, 2013, de Triquikonas.

Este tema, de Yerai Lorenzo, Naara Hernández y Yurena Delgado La Negra es el credo de por qué enamora Triqukonas. Es la fórmula del éxito, un encanto que atesora su directora, Almudena Domínguez, que mantiene vivo el estilo y el humor que encanta. Lograron un cuarto puesto y lograron un Criticón con un tema de humor, lo cual ya tiene mérito.

El Croma, 2019, de Zeta-Zetas.

Profetas murgueros; unos adelantados que consiguieron teletransportarse en 2017 y nada más bajarse del escenario se propusieron volar y lo consiguieron en 2019, como la calidad del concurso gracias a su estilo y trabajo, de la mano de Javier Lemus y Santi Martel, y entonces con Pablito Moreno en una pieza clave del tridente de la murga 3D que hoy ocupa otro grande, Richar Casanova. Anoche no ganó la murga; ganaron los estilos.