La letra de La Posesa marcó un antes y un después no solo en la murga show del Carnaval sino en la historia del género. Los de la calle de La Noria ya habían degustado las mieles del éxito en 1995, de la mano de Félix Padilla y Sor-presa. Entre los primeros compañeros de viaje de esa aventura, amigos de ‘break-dance’ de la plaza de Santiago Apóstol. Once años después, cabía el más difícil todavía, un estilo que estigmatizó a Triquis y que soporta aún.

Hablar de La Posesa, el mejor tema de Triqui-Traques en las dos primeras décadas del siglo XXI, es referirse a sus padres: Quique Medina, Miguel Batista, Aridani Rodríguez, Lolo Tavío y Fran Bermúdez. Fue una canción que representa el boom que se implantó de la mano del equipo de trabajo que desde 2006 lideró en la murga en concurso más antigua Lucas Mujica y que marcó el concurso durante un lustro, un estilo que muchos aún buscan, quince años después en los Triquis de otra época.

Frank y Miguel compartían andanzas en el mundo del break-dance en el barrio de La Salud, donde conocieron a Félix Padilla también quien, en 1994, en una de las quedadas que hacían para bailar en la plaza de Santiago Apóstol, les hizo partícipes de que Triqui-Traques le había ofrecido la dirección de la murga. La invitación la hizo extensiva a todos los jóvenes con los que compartía aventura, y acabaron en el local de Triquis 4 componentes de Soul Sanet.

En paralelo, Aridani Rodríguez había conocido a Paco Padilla, director de Chinchosos, y también a Lorenzo Marichal, quien trabajó con el primero en una multitienda. Por eso, Aridani, estudiante de La Salle-San Ildefonso, tuvo la oportunidad de ver a la murga infantil Triqui-Traquitos en una actuación que hizo en su colegio y en 1989 se incorporó a Chinchositos, de Lorenzo Marichal.

En 1994, Lolo Tavío, que ya participaba en los concursos de disfraces que se organizaban en su colegio, se suma a Chinchosos.

Mientras Frank Bermúdez y Miguel ya habían entrado en Triqui-Traques animados por Félix Padilla, y coprotagonizaron la actuación estrella de Las Monjas, en 1995, la incorporación a la murga show de parte de Aridani y Lolo se hace efectiva en 1997 y 2001, respectivamente. El quinto padre de La Posesa, Quique Medina, conoce a Aridani y Lolo en Chinchosos, donde Quique militó en 1998 y 1999, hasta que decidió abandonar la disciplina en aras de más seriedad en Triqui-Traques, donde ya desde 1995 hacían letras Frank Bermúdez y Miguel Batista; recuerda Frank su primera letra, un pasodoble que ganó Criticón.

En el Carnaval 2002, Félix Padilla dejó la dirección de Triqui-Traques, pero el equipo de letrista continuó haciendo letras, como La comunidad o Los Guanches. En 2003, aunque entonces no existían los accésits, Triqui quedaron en cuarto puesto.

En su evolución hasta 2006, el equipo de letristas recuerda sus esfuerzos por buscar el estilo de la murga afín al suyo: el humor, y recuerdan que la plenitud se logra precisamente en el año de La Posesa, con su aportación de humor cacofónico y las letras argumentadas de Pedro Mengíbar.

El parto de La Posesa no fue sencillo y estuvo amenazado hasta dos semanas antes de caer la letra la cubo de la basura. “La murga fue el peor enemigo de la murga”, reconocen ahora los padres de La Posesa, pues a días antes del concurso se llegó a plantear preparar un chío, chío o un pasodoble para sustituirla; de hecho, hasta algún directivo de la murga se negó a subir a cantarla el día del concurso porque no confiaba en ella.

Frank recuerda que en aquellos ensayos previos invitó a un amigo de confianza, Goli –de Las Palmas de Gran Canaria– quien los animó de forma indiscutible a seguir adelante con La Posesa. “Verlo contento a él nos convenció; y el día del concurso se alinearon los planetas porque la mayoría de las murgas apostaron por un repertorio de crítica y cuando interpretamos nosotros La Posesa fue una bocanada de carcajadas”. Ese año, 2006, Triqui ganó primero de Interpretación y también premio Criticón con el Plan General de Pedro Mengíbar, su letrista de cabecera. “Ya el año anterior, en 2005, habíamos quedado segundos con La Gala y los guiris”, pero... Impactó La Posesa, insisten, después de reconocer Frank su admiración por Pedro Mengíbar como letrista, autor de joyas como Atlanta, recuerda.

Aridani aporta la sabiduría de quien hace letras sabiendo que el humor es algo muy serio: “Nunca tendrás una segunda oportunidad para protagonizar una primera impresión”. Por eso, sabían que tenían que aprovechar la oportunidad; era disfrutar de la gloria con La Posesa o quedarse en el infierno. Esa fue su apuesta en medio de la desconfianza de muchos del grupo.

La idea de La Posesa surgió porque en el Carnaval 2005, la edición en la que Félix Padilla dejó la dirección, Frank Bermúdez y Miguel Batista se hicieron un disfraz de La Posesa para el día de las chochas que celebra tradicionalmente Triqui-Traques. “Aquel disfraz estaba mucho más currado que el que sacamos nosotros al año siguientes, porque ellos llevaban hasta una cama de gomaespuma detrás”, cuenta Quique Medina.

“Yo siempre he dicho que, utilizando un símil futbolístico, Frank Bermúdez sería el entrenador, Aridani se encargaría de repartir juego y yo sería el Julio Salinas, que tiene que tirar quinientas veces a puerta para ver si tema un gol; a mi me llevaban para que contara chistes, descartaban 499 y se quedaban con uno”, se ríe Quique Medina, que hace un alto en Madrid, donde se encuentra en la grabación de una serie de televisión que protagoniza José Coronado para hablar de La Posesa, que hoy aspira a ser el mejor tema del siglo XXI. “La prueba del algodón de que un golpe iba a funcionar era cuando lo contábamos y nos reíamos todos”, precisa Frank.

Lolo y Ari advierten que La Posesa tienes dos formas de verlas: una en televisión y otra en directo. “Recuerdo que la gente se aprendió el tema”, apostilla Frank, mientras Lolo demuestra su memoria: “Fue impresionante cuando fuimos a Santa Úrsula invitados a cantar y cuando dimos los primeros tonos el público comenzó a interpretarla con nosotros; tanto se la sabían que nosotros nos sentamos en la tarima y cantaron gran parte del tema. Fue impresionante”.

Frank engrandece el mito de La Posesa. “En la canción se nombra las costillas de Casa Tomás; un día fuimos a almorzar allí y nos enteramos que la dueña había estado afectada por una dura depresión a consecuencia de la muerte de un hijo, y alguien nos comentó que había vuelto a sonreír con la canción; es de las cosas más bonitas que te pueden pasar”.

El éxito de los Triquis de comienzo de siglo para adelante es que “no los podías ver y acabar sin decir no me he reído”; eso define la esencia de un equipo de letristas que nunca cobró, a pesar incluso de en los últimos años tener ofertas desde la directiva para regresar a su casa y restituir el estilo que tanto se ansía. “La letra la debe entender una señora que esté en la grada”, como resume Frank, sencillo pero complicado de parir.

De nuevo, Ari, que admite que él desconecta de las murgas con letras densas de la misma forma que le ocurre con las películas oscarizadas. Los padres de la Posesa se definen como amantes de las letras espontáneas; tanto disfrutaban escribiendo los temas que “disfrutaba más cuando nos reuníamos para hacerlo que cuando iba a ensayar”, una confesión de Lolo que refrenda el grupo.

El estilo de Triquis siguió con Tino y Nino, Frankestein, Natación Sincronizada, Orquesta Sinfónica... y en 2007 entró en el grupo de letras Yeray Lorenzo y Marquitos González, colaboración que mantiene hasta 2011 –aunque Ari se fue en 2007–, cuando Lolo dirige en fase y Lucas Mujica, en la final del estadio. Esta noche, el mejor reconocimiento, es volver a ver su actuación.

Esta noche, la final virtual

Televisión Canaria emite hoy, a las 21:30 horas, “La mejor canción del Siglo” a la que optan los diez temas elegidos por el público. Las diez finalistas son: Bambones Escuelita Murguera (2003); Burlonas y Letra De Números (2017); La Traviata con El Quiosquero (2015); Diablos y su Fasnia (2014); Trapaseros y los Militares (2012); Mamelucos y Sarymamel’s (2018); Tras con Tras y Canción Tuiteada (2018); Triqui y La Posesa (2006); Triquikonas y Quinquiañeras (2013) y Zeta-Zetas y El Croma (2019).