El plató instalado en el recinto ferial de la capital tinerfeña fue presentado ayer como el prototipo de futuras ediciones, en una apuesta por sacar algo bueno de una edición en la que el Covid ha silenciado a los grupos, limitando su participación a grabaciones en estudio para luego recrearlas con mascarilla y distanciamiento social. Enrique Camacho plantea un cambio de ubicación del escenario -si lo permiten las medidas sanitarias en 2022-, colocando el decorado a lo ancho, con el público en grada y sillas frontales para evitar ángulos muertos y un sonido envolvente sobre el que las murgas piden garantías.

El director artístico del Carnaval 2021, Enrique Camacho, celebró en la tarde de ayer un puertas abiertas al plató en el que se ha convertido el recinto para explicar a los directores musicales de murgas adultas e infantiles, como comparsas y agrupaciones musicales para presentarles los parabienes del lugar y testar su opinión de cara a futuras ediciones.

Camacho quiso que los representantes de los grupos pudieran pisar en la tarde de ayer el plató para plantear una reflexión de cara a 2022. Después de dar por hecho que los espectáculos con presencia multitudinaria de público tardarán aún varios años, les presentó la posibilidad de que en el futuro, si continúa en 2022 y 2023 –como todo apunta–, la distribución del plató, o escenario –si el Covid lo permite– sea a lo ancho y no a lo largo, como se hizo en 1996, año de México, o 2009, con la gala del mundo del terror.

La distribución supone un escenario frontal y suprime los ángulos muertos para el público, cuya capacidad siempre estará en función de la evolución de la crisis sanitaria actual.

Camacho tenía especial interés por escuchar la opinión de los responsables musicales de las murgas hasta le emitió un pasacalles, el de Diablos Locos. a un auditorio integrado por representantes de todas las murgas. El director artístico destacó el sonido envolvente, con la disposición de la infraestructura de sonido entre las pantallas, para destacar también la amplitud de la plataforma, que gana más profundidad a la vez que permite acercar el grupo al público. En el diálogo con los murgueros, Camacho explicó el uso de técnica para evitar el efecto rebote. Después de invitarlos a dar una vuelta por la plataforma, los murgueros advirtieron que no se oye por igual en toda la plataforma, momento en el que el técnico de sonido –especialista en conciertos de Malú o Pablo Alborán dijo que todo precisa de un diseño en función de si los grupos son estáticos, para referirse a las murgas.

No faltó quién preguntó si este salto a sonido envolvente estará apadrinado por Carlos Mas, una decisión más administrativa que artística, dijo Camacho. De momento, ayer se dio el primer paso para un escenario con menos gritos y más calidad musical, como definió el director artístico.