El teatro Guimerá fue el escenario donde se grabó hace quince días la presentación de las veinte reinas del Carnaval que aspiran a convertirse en las tres guardianas de los cetros. Anoche, Fiestas emitió en redes sociales el acto de unos treinta minutos que, presentado por la periodista Laura Afonso, dio paso a cada una de las aspirantes al cetro.

En esta edición virtual, el acto más novedoso es precisamente la gala de las guardianas, espectáculo denominado también Santa Cruz, corazón del Carnaval, bajo la dirección de Enrique Camacho, que se emitirá por Televisión Canaria a nivel regional y por Televisión Española, por el canal internacional.

La principal novedad de este año es que todas las aspirantes a ser guardianas ya son reinas; la más decana, Silvia González, que fue proclamada hace veinte años y vive su segunda gala.

Otra característica del espectáculo que dirige Enrique Camacho –en su reencuentro con el Carnaval, pues estuvo desde 2016 hasta que en 2020 hizo un paréntesis para volver esta edición– es que en un mismo espectáculo se celebrarán los tres desfiles: infantil, de mayores y adulto; hasta ahora uno tenía una gala independiente.

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Aspirantes a Guardianas del Cetro del Carnaval

La tercera y última variante que destaca respecto a lo que ha sido uso y costumbre desde 1965, cuando se celebró la primera elección de reina del Carnaval –antes, en 1935 y 1936 se celebró Miss Carnaval en el Círculo de Amistad– es que el público, que seguirá la gala de las guardianas por la tele, podrá convertirse en jurado si emite su votación a través de sistema de mensajería telefónica SMS.

En los meses previos, la organización del Carnaval y los diseñadores consensuaron también un cambio en el formato de las fantasías, después de dejar claro que este desfile no es un concurso –aunque haya votación–, sino una exhibición para alimentar la llama del Carnaval.

Para evitar el contraste de la suntuosidad y riqueza de las fantasías con la situación que se vive en muchos hogares, los diseñadores acordaron volver a las fantasías sin ruedas, lo que reduce casi a la mitad la majestuosidad y sobre todo volumetría de las fantasías de otros años, que pasan de los seis metros de ancho, alto y fondo de la pasada edición, a los 3,5 que se han fijado este.

Al igual que la participación se ha limitado a reinas infantil, de mayores de adultas que han aceptado volver a desfilar, también se ha regulado la presencia de los diseñadores, pues solo están aquellos que han presentado al menos dos fantasías en los últimos tres años, y además sin permitir doblete.

Como dato curioso, la mitad de las doce reinas adultas que regresan fueron coronadas con trajes de Leo Martínez –cuatro– y Daniel Pagés –dos– en representación del periódico EL DÍA y McDonald’s y La Opinión de Tenerife.