La Unión Artística El Cabo retomó el pasado lunes sus ensayos, los primeros después del confinamiento dentro de la ‘nueva normalidad’. Primero, el coro; luego, la orquesta de pulso y púa. No habían llegado los componentes al local y ya la directiva que preside Joe Socorro, bajo la batuta del maestro Israel Espino, distribuyó un protocolo con las medidas a tomar en los ensayos para prevenir un posible contagio de Covid-19. En la sede se fija un máximo de 15 personas en el ensayo, con una distancia social de dos metros entre cada uno. Junto a los paneles informativos colocados, se recuerda la “obligatoriedad de asistir al ensayo con las propias partituras”.

Junto a estas medidas de organización, otras de protección. Además de la desinfección del local según la normativa, se regula la ventilación en los cambios de grupos de ensayo y se aconseja a los componentes que se laven las manos a la entrada y salida del local con el gel hidroalcohólico que se les facilita, además de disponer de desinfectante de suela de zapato a la entrada del local, la obligación del uso de mascarilla, y recordar que está prohibido el contacto entre personas y se debe respetar la distancia entre personas de 1,50 a 2 metros.

El protocolo de El Cabo añade la recomendación que dirige a los componentes de la rondalla para que no toquen objetos como atriles, manillas o pomos salgo que sea estrictamente necesario, para acabar advirtiendo que “cualquiera que presente algún síntoma (fiebre, tos, dificultad respiratoria...) así como las personas con enfermedades crónicas o de riesgo no podrán asistir a los ensayos”.