La Casa del Miedo fue el punto de encuentro del 'café distendido' que promovieron Primi Rodríguez, director de Bambones, y Manolo Peña, presidente de la Sociedad Mamel's, quienes en un primer diálogo compartieron su preocupación por el desconcierto que se fraguó al término de la reunión que celebraron los propios representantes de las formaciones críticas con el concejal de Fiestas, Andrés Martín Casanova. En esa cita parecía que la postura mayoritaria era que se celebraría una exhibición de murgas la próxima edición del Carnaval, lo que no terminó de satisfacer incluso a los propios colectivos por la incertidumbre generada.

Tras la conversación de Manolo Peña con Primi Rodríguez, ambos acordaron hacer partícipe de su preocupación a los compañeros de la modalidad, tomando parte en particular el presidente de la Sociedad Mamel's y alma mater de Mamelucos, que se encargó de convocar a todos y cada uno de los representantes de las murgas adultas a una reunión que se celebró esta tarde, a las seis de la tarde, en la Casa del Miedo, con un guiño no fortuito para que acudieran los 'pesos pesados' de cada formación. La convocatoria fue refrendada por Maxi Carvajal, que acudió con su inseparable y carismático letrista y director musical Víctor Asensio; el propio Primi Rodríguez con Juan Antonio Rodríguez, el hombre de las finanzas y la diplomacia personalizada en El Cardonal. También volvió a la primera fila de las reuniones Fino Díaz, anterior presidente de Ni Pico-Ni Corto; o Juan Díaz, titular de La Traviata, así como el mismímo director de Zeta-Zetas, Javi Lemus. Tampoco la distancia fue un obstáculo para que se trasladara desde Icod de los Vinos Josué González, de Tiralenguas; o de Jonay González, de Trapaseros.

Disculparon su ausencia Domingo López Fumero, de Trabachones, así como las representantes de Desatadas, Tatiana García, o Texe de la Cruz, de Triquikonas, por motivos laborales; los tres fueron informados de los avances de forma telefónica por Manolo Peña.

El 'café desenfadado' que se sirvió en la Casa de las Pizzas (frente a la sede los Mamel's) esta tarde comenzó con una puesta en común de la preocupación y la incertidumbre de los murgueros, que fueron uno al trasladar su precoupación a sabiendas de la responsabilidad que atesoran como murgas y lo que supone su participación en el Carnaval, tanto por la proyección exterior como económica. Eso sí, cualquier decisión debía adoptarse bajo la premisa de la máxima seguridad para los componentes conforme al protocolo que adopten las medidas sanitarias y lleve a cabo la próxima organización.

El turno de palabra lo abrió Primi Rodríguez, que instó a compartir entre todos la reflexión, más allá de la revisión de las bases del concurso que quedará para una segunda etapa. Con la preocupación compartida tanto por Primi Rodríguez como Maxi Carvajal y el resto de portavoces de las murgas todo queda condicionado a que las medidas sanitarias permitan los ensayos y que el protocolo no suponga hacer un ERTE que diezme el número de componente.

Bajo estas premisas, Manolo Peña propuso una “desescalada murguera”. Partiendo del escenario actual, comenzar a trabajar como si hubiera un concurso “como toda la vida”, con sus tres fases y final, y en fechas sucesivas celebrar reuniones de seguimiento a la desescalada que atemperen o adapten a cada comento sanitaria la actuación de la murga. En caso de que se impida ensayar o que las condiciones no permitan tener el repertorio de cuatro temas, en próximas fechas se volverá a analizar esta situación para ir adoptando decisiones conforme cada momento; tal vez la posibilidad sería reducir temas (menos de cuatro)... pero sin precipitarse, sino tomando decisiones conforme a la seguridad sanitaria de cada momento.

Las partes acordaron nombrar un equipo de trabajo que elaborará el acuerdo adoptado esta tarde noche, después de una hora y media de reunión, que le trasladarán al concejal de Fiestas que está prevista para el 23 de junio próximo, mientras otro equipo de trabajo se encargará de ver las posibilidades técnicas del concurso en cada situación conforme a la normativa sanitaria que preserve la salud de los componentes y se combine con los ensayos en cada momento. De no ser así, la 'desescalada murguera' adoptaría las decisiones más convenientes conforme a la situación real de ese momento.

Por ahora y con las condiciones actuales, los murgueros se garantizan a trabajar por un concurso, con fases y final -como siempre-, conforme a las medidas sanitarias que garanticen la salud tanto de los componentes como del público, a sabiendas de cuanto supone el Carnaval para la ciudad y la proyección exterior de Tenerife.