La sede del Organismo Autónomo de Fiestas acogió por la tarde una reunión de trámite entre los representantes de las agrupaciones coreográficas del Carnaval y la organización de la fiesta para avanzar en los preparativos de cara a la próxima edición.

El concejal de Fiestas, el socialista Andrés Martín Casanova, volvió a explicar a esta modalidad las tres opciones que el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife baraja de cara al año próximo, dando por hecho que habrá Carnaval sí o sí. O cosa será la forma. La primera alternativa pasa por organizar la fiesta con las limitaciones sanitarias actuales y en la fecha que está prevista, a partir del 15 de enero próximo; la segunda, con menos aforo en el recinto ferial, y la tercera, aplazando el Carnaval a junio, después de las fiestas patronales de la capital.

De las catorce formaciones coreográficas que salieron el pasado febrero, faltaron cuatro alegando motivos de trabajo. Solo la portavoz de Bohemios, Mabel Guiance, dijo que su formación se plantea no inscribirse, pero aseguró que queda a disposición de Fiestas para colaborar en cuantos actos se les requiera, dejando claro que volverá a salir con el mismo disfraz de la última edición. De ahí que no garantice su inscripción, sino que oferta salir con el traje de la pasada edición si se precisa su colaboración. El resto de grupos mostraron su deseo de mantener el concurso de grupos coreográficos, que el pasado febrero puso en marcha el modelo de tres premios de Presentación.

Otro de los asuntos que se dejaron sobre la mesa se refiere a la posibilidad de reducir el mínimo de componentes, que actualmente está fijado en 35, y limitarlo a 25, una decisión que contribuiría a sortear la falta de componentes que afecta a esta modalidad en algunos casos y que podría tener mayor incidencia dado que muchos componentes son menores de edad y los padres han mostrado su temor a que participen en los preparativos.

El concejal de Fiestas invitó a los representantes de los grupos coreográficos a presentar sus alegaciones por escrito en un formato de enmiendas que se les facilitó de forma digital para que, en el plazo de quince días, se vuelvan a reunir para revisar las bases de cara a un concurso ideal, que en función de la evolución de la incidencia de la crisis sanitaria adoptará las medidas para garantizar la salud de sus componentes. En este sentido, Andrés Martín Casanova reiteró que se mantendrá las contrataciones a los grupos participantes, como ha dicho al resto de las modalidades, y que causar baja este año no se contemplará ni si informará de manera negativa, al entender que se trata por una situación sobrevenida por la Covid-19.

El inicio de las clases y el protocolo de seguridad que se adopte será determinante en septiembre para que los grupos coreográficos tomen su actividad, si bien desde hoy mismo está previsto que los directivos ya acudan a los locales que durante tres meses quedaron cerrados por el confinamiento dictado por el decreto que pidió extremar las medidas de seguridad desde el 14 de marzo pasado.

Los grupos coreográficos avanzarán en los preparativos del próximo Carnaval, a la espera de evolución de acontecimientos que condicionarán si hay rebrote o no del virus.