Un total de veintidós murgas participaron en la reunión que se prolongó durante casi dos horas en la sede del Organismo Autónomo de Fiestas con el concejal responsable del área, el socialista Andrés Martín Casanova, de cara a valorar los pros y contras de la próxima edición del Carnaval. Los representantes comunicaron al concejal su preocupación por las dificultades que entraña ensayar en los locales municipales manteniendo el distanciamiento social que fija la normativa sanitaria en la nueva etapa poscovid, salones que si se cumplen las previsiones de Fiestas podrían reabrirse a finales de esta semana o comienzos de la próxima. Los ensayos se podrían retomar a partir del 28 de agosto, siempre con las medidas de seguridad que se fijen.

Después de casi de dos horas de un intenso debate, las murgas se dieron un plazo de al menos quince días para decidir si la próxima edición celebrarán concurso o exhibición, ya que el distanciamiento social dificulta los ensayos y muchos se niegan a reducir componentes. Tanto el director de Zeta-Zetas, Javi Lemus, como el presidente y codirector de Diablos Locos, Maxi Carvajal, defendieron una exhibición si no se respeta la esencia de la murga, mientras la fundadora y máxima representante de Tras Con Tras, Melca Barrera, intervino para pedir que la decisión sobre el formato se adopte en un corto periodo de tiempo para despejar la incógnita y saber qué tipos de preparativos desarrollar en función de la opción por la que se decanten. Desde su Facebook, Airám Bazzocchi, que no acudió a la reunión, prefirió dar su particular lectura: "Las murgas posponen su decisión de concurso según la evolución de la pandemia".

En la reunión de ayer, dieciséis murgas se mostraron abiertamente a favor de celebrar una exhibición, frente a cuatro que es partidario de concurso (entre ellos, Mamelucos y Bambones. El primero en intervenir, Maxi Carvajal, de Diablos Locos, fue tajante a la hora de asegurar que su murga es firme defensora de una exhibición y reiteró que por encima del Carnaval está la salud, "como si no se celebra o se hace algo más austero que no ponga en peligro la salud de nadie". También recordó que las medidas sanitarias obligaría a desinfectar el escenario entre actuación y actuación o a reducir el número de participantes por murga.

En su reencuentro con Santa Cruz, el representante de Tiralenguas, murga ganadora en el Norte 2020, advirtió que el nuevo formato de concurso alterará notablemente el ritmo del formato tal y como se conoce hasta ahora, ya que se tendrían que aplicar las medidas de desinfección sobre el escenario.

La representante de Tras Con Tras, Melca Barrera, insistió en aclarar antes de final de mes el formato y no vería con malos ojos que la exhibición durara cinco días, de lunes a viernes, donde cada murga podría interpretar un tema que cantaría solo un grupo reducido de componentes, según las normas de seguridad que se fijen en ese momento. El presidente de Mamelucos, Manolo Peña, terció para pedir calma a los representantes y no precipitarse en la toma de decisiones, sino esperar a la evolución de los acontecimientos sanitarios.

El concejal tomó la palabra de nuevo para reiterar que va a haber Carnaval el próximo año, a falta de ver cuándo lo permite celebrar la evolución del Covid-19, en caso de que haya rebrote, y dijo que se hará lo que decida la mitad más uno de las murgas inscritas, como si deciden que sea una exhibición.

El concejal de Fiestas, Andrés Martín Casanova, intervino en diferentes momentos para reiterar que la organización planteaba trabajar desde ya en unas bases de un concurso que se pudiera desarrollar en un escenario idílico, una normativa que se iría ajustando a las normas sanitarias que dije el ministerio según la evolución. Pero los murgueros prefieren determinar en un breve periodo de tiempo si hacen concurso o exhibición, como quedó de manifiesto en un debate donde se expresaron los representantes de la veintena de murgas adultas con referencias veladas al supuesto incumplimiento de las bases de la pasada edición del Carnaval. Sobre este particular, el propio responsable de la Concejalía recordó que las murgas tienen la posibilidad de designar a un representate sin voz ni voto que supervise la deliberación y que, en el ejercicio de la defensa de los intereses de los grupos, pueda advertir al jurado del incumplimiento de la normativa, y sin embargo nadie promovió la designación de su representante.

Entre los asistentes, Javi Guadalupe, en representación de la Afilarmónica Ni Fú-Ni Fá, que participa tradicionalmente fuera de concurso. La única ausencia de las murgas que participaron en la pasada edición de la fiesta, la representación de Desatadas, formación que se estrenó en 2020 y que su directora comunicó a este periódico su deseo de continuar dando la murga, y disculpó su ausencia por motivos laborales.

Después de los encuentros celebrados por el concejal de Fiestas con rondallas, comparsas y murgas infantiles, tocó el turno a los representantes de la modalidad reina de los certámenes, con un lleno hasta la segunda planta del organismo: se aplicaron las medidas de seguridad y, junto a la mascarilla, el distanciamiento social se llevó hasta el extremo el portavoz de la Fufa o el director de la ganadora Zeta-Zetas, Javi Lemus, acabó en la "grada" de las oficinas.

Llamó la atención la presencia del secretario de La Traviata, quien advirtió que acudía a la reunión en calidad de oyente, y ratificó la decisión que ya hizo público su colectivo de no participar en la próxima edición por miedo al contagio del Covid-19 y para evitar poner en peligro la salud de los componentes.

La reunión contó con la presencia del mismísimo presidente y codirector de Diablos Locos, Maxi Carvajal, o el máximo responsable de la Sociedad Mamel's, Manolo Peña, quien en las 24 horas se ha prodigado más en reuniones con Fiestas que desde 2016, cuando acudió por última vez a una cita de estas características con las murgas infantiles y la organización. Bambones estuvo representado, como es habitual en estas citas, por Juan Antonio Rodríguez, codo con codo -con la distancia social-, con el representante de Mamelucos, en primera fila, mientras desde la puerta del patio de Fiestas seguía la reunión Maxi Carvajal a dos metros de la presidenta de Burlonas, Amelia Tavío, y esa a otros tantos metros de separación de Javi 'Gaviota', de Triquis.

Entre los pocos rostros nuevos de la reunión, Hucho Rodríguez, que la pasada edición participó en el relanzamiento de Trabachones, y que en esta oportunidad representó a Ni Pico-Ni Corto. En el tercero año de Trapaseros en su apuesta por Santa Cruz, a costa del certamen del certamen del Norte que fundó, la nueva directiva se reencontró con Tiralenguas, de Icod y ganadores comarcales en 2020, en su retorno a Santa Cruz tras volverse a hacer con las mieles del primero de Interpretación.

Durante la reunión, el concejal de Fiestas explicó a las murgas adultas los tres escenarios que baraja la organización de cara a la próxima edición, y que ya les ha hecho saber a rondallas, comparsas y murgas infantiles: "si lo permite la nueva normalidad, el Carnaval se celebrará el 15 de enero con las medidas que fije la autoridad sanitaria y que se implementarán para el buen desarrollo de las fiestas. La segunda opción, caso de que se existan algunos casos activos de Covid-19 en el territorio canario, "se podrían celebrar los concursos y el Carnaval con un aplazamiento y siempre con las máximas medidas de seguridad". O sea, se podría aplazar a febrero o celebrar al aire libre. Y la tercera opción, "si la pandemia estuviese aún activa, habría que aternerse a lo estipulado por la autoridad sanitaria y se pospondrían las fechas donde se pudiera celebrar con las máximas garantías", dejando abierta la posibilidad, en el peor de los escenarios, de celebrarlo después de las Fiestas de Mayo de la próxima edición, en el mes de junio.