El Carnaval de la nueva normalidad, al menos en la edición 2021, no tendrá concurso de compasas, sobre escenario -en el recinto ferial-, ni de Ritmo y Armonía -en la avenida de Anaga-, sino que el espíritu competitivo se dejará a un lado para organizar exhibiciones, en vez de certámenes. Así lo acordaron los presidentes y directores de siete formaciones de cuerpo de baile y parrandas en la reunión que celebraron la víspera de la reunión de las comparsas con Fiestas, en una cita convocada la tarde del pasado martes en el local de Cariocas, en Valleseco.

Entonces, los representantes de las siete formaciones reinas del ritmo en la calle hicieron suya la propuesta de Fernando Hernández, director general de Joroperos, que les hizo partícipe de que ellos no participarían en el concurso del Carnaval 2021, si se celebraba. Y fue más allá al anunciar la voluntad de su formación de salir a la próxima edición con un disfraz reciclado. Ambas propuestas fueron celebradas por el resto de directores y presidentes de las comparsas, que vieron con buenos ojos esta fórmula para afrontar un Carnaval diferente y evitar los riesgos del contagio del Covid-19.

Los directores consultados por EL DÍA explicaron que las condiciones sanitarias y la incertidumbre de un posible rebrote obliga a ser prudente y garantizar por encima de todo la salud de los componentes. "Ni los locales están preparados para celebrar ensayos con más de cien personas y se desconoce si existirá un rebrote en octubre. Nos encanta el Carnaval, pero primero tenemos que velar por la salud de nuestros componentes, entre los que tenemos situaciones de riesgo", explicó uno de los representantes de las comparsas, que añadió, incluso, que "algunos componentes son sanitarios y les han obligado a tomar antes las vacaciones para estar operativo en los meses de octubre o noviembre en previsión de un repunte".

Los presidentes de las comparsas hicieron suya la propuesta de Joroperos y refrendaron la decisión de transformar el concurso en exhibición, y seguirán los mismos pasos en el caso de los disfraces. Así, las formaciones de cuerpo de baile y parranda saldrán al próximo Carnaval con fantasías recicladas de ediciones anteriores, aprovechando además que los disfraces confeccionaron para la pasada edición a penas los han usado porque después de la fiesta de la máscara de Santa Cruz se suspendieron la mayoría de contrataciones en las carnestolendas del resto de la Isla por la incidencia del coronavirus. Estas dos propuestas fueron planteadas en la tarde de ayer al concejal de Fiestas, Andrés Martín Casanova, quien les garantizó que desde la organización se les mantendrá los casi 15.000 euros que reciben en concepto de contratación. Las comparsas, que confiaron a Juanjo Monzón, de Rumberos, la portavocía del colectivo para trasladar el acuerdo a la organización -al ser la formación decana-, se comprometen a participar en cuantas actuaciones fije Fiestas para la promoción del Carnaval y se pusieron a disposición de la Concejalía en previsión de que la dirección de la gala decida arropar con su ballet a algún cantante o prefiera contar con ellos para un número que se prepare a la medida del espectáculo de la reina.

Los representantes evidenciaron su descanso porque esta medida les evitará también pagar músicos, y por tanto contribuir a sanear su economía: algunas llegaron a gastar hasta 58.000 euros y ya acumulan pérdidas de 17.000 por la suspensión de actuaciones. Falta por ver si este histórico acuerdo entre Fiestas y las comparsas -que se ratificará el 18 de junio en la elaboración de las bases que regirán la contratación- tendrá un efecto dominó en los concursos de agrupaciones musicales, y en murgas infantiles y adultas, modalidades estas últimas con las que se reunirá el concejal el lunes y martes próximos.