Voces y rostros del Carnaval chicharrero han trabajado con los medios limitados que se puede encontrar en la mayoría de los hogares cuando se decreta un confinamiento para plantar cara a la cuarentena decretada por el Gobierno central en aras de evitar el contagio del coronavirus.

La idea partió del diálogo de dos amantes del Carnaval, a raíz de que David Bisbal, Melendi, Manuel Carrasco, Rozalén, Vanesa Martín y Álvaro Soler, entre otros intérpretes de relevancia nacional, lanzaran en Cadena 100 hace quince días su versión del Resistiré, canción del Dúo Dinámico que se ha convertido en el himno contra la pandemia que azota a la población a nivel mundial. Con el ánimo de dar respuesta desde la familia del Carnaval de la capacidad artística que se demuestra cada mes de febrero en los concursos y en las calles de Santa Cruz de Tenerife y se exporta al resto de municipios de la Isla y en algunos casos hasta la Península o destinos internacionales -como las comparsas-, el diálogo se propuso a un músico de la calidad de Richar Casanova, capaz de tocar diferentes cuerdas musicales dentro de las modalidades del Carnaval, con el aval de haber montado Mamelucos, Zeta-Zetas y Diabólicas o la rondalla Mamel's, por no hablar de su implicación profesional en el mundo de la música.

En la primera semana de abril, Richard trazó la hoja de ruta y encontró en Roberto Amor un cómplice de esta locura, a la que desde el principio se sumó también Pablo Moreno, que fuera director musical de Zeta-Zetas y en la actualidad componente de Bambones y responsable del montaje musical de Twitty's, en Las Palmas. Para los más legos en el mundo de la música, Roberto Amor era un habilidoso a la hora de tocar los cacharritos de la percusión; nada más lejos de la realidad. Conocido por su paso al frente de la batería de Mamelucos y Ni Pico-Ni Corto, entre otros proyectos carnavaleros, también ha participaron en grupos de mayor relevancia musical y, en la antesala del pasado Carnaval, fue el pionero de los talleres de percusión promovidos por la Concejalía de Fiestas con el Aula de Cultura del Carnaval que preside Pedro Mengíbar -otro de los participantes en el proyecto que se presentó ayer- y el Distrito de Salud-La Salle.

Poco a poco, Richar, Roberto y Pablito fueron formando una banda, a la que se sumaron grandes del Carnaval como Juani Febles, referente en la historia de La Traviata -murga a la que se le vincula de nuevo de cara al próximo año- o la agrupación musical Caña Dulce que ha cosechado con él al frente dos primeros de Interpretación. El puzzle musical iba tomando forma con Roberto González (quinto), José Alayón (piano), Víctor Fernández (pandereta, claves y güiro), Luisi Rubbik (trompeta), Jose Luis Salas 'Cachete' (congas), Iván Cacú (campana) y los pequeños Adrián Rodríguez eYlenia Daroca Rosales, que se han adentrado en la percusión con el propio Roberto Amor. A caballo entre la música y su reputada condición de director de murgas infantiles y femeninas y autor de pasacalles archiconocidos, Lolo Tavío, que se volcó en la coordinación de los coros de los niños.

El objetivo inicial era montar Resistiré, hasta que Richar Casanova sorprendió al grupo base musical con un arreglo que mezclaba Yo viviré, de Celia Cruz, con Resistiré, del Dúo Dinámico... Era justo lo que se necesitaba para dar un toque carnavalero a esta particular banda sonora de la pandemia que encontró en las voces del Carnaval el brillo ante el desánimo. Quince días teleensayando desde casa a base de móvil.

Desde una exconcejala a la reina del Tajaraste

Una amplia nómina de personas vinculadas al Carnaval -algunas ya fuera de la organización, como la exconcejala Maribel Oñate, o el periodista Zenaido Hernández, cuya voz fue referente en Singuangos o El Cabo,- se sumaron al proyecto de forma desinteresada, pues el único interés que mueve a todos los participantes de este proyecto que el Carnaval una su voz con dos mensajes claros: Yo Viviré y Resistiré.

Una vez Richar Casanova perfiló con su ingenio el arreglo musical, Roberto Amor hizo magia en el laboratorio que tiene por estudio en su casa, y nació la base musical a la que José Ántonio González El Flaco, archiconocido por su labor en Singuangos, La Traviata..., fue el primero en poner voz que sirvió de guía para los menos avezados.

Frente a rostros más conocidos de la canción como Fran Trujillo La Juana que abre el montaje musical, y siguen otros como Besay Pérez, Alexis Hernández, Vicky López, Fran Baute, el sonero Luis El Cabra, o Víctor Asensio... voces del Carnaval como Carlos Cruz, de Nobleza Canaria, o Roberto Barreto, de Cantares Luz de Luna. Tal vez no tienen el protagonismo por la consabida popularidad de las murgas pero que sorprenden por su calidad. De hecho, el propio solista de Cantares es intérprete de un mariachi, al igual que su esposa. También participan históricos del Carnaval, como Juan José Monzón, de la comparsa madre de Canarias Los Rumberos; o Peque Guiance, cofundadora de la agrupación coreográfica Bohemios y madre del recordado Josema Guiance.

Hasta reinas participan en esta cabalgata que desfila sobre pentagrama, caso de Mónica Raquel Estévez, la reina del Carnaval 1987, o la soberana de la presente edición, Sara Cruz Teja. Las voces de Angy Giusty, quien fuera directora de la murga infantil El Cabito, o Eli Guillén, que hizo esta edición la presentación de Cascarrabias, encogen el corazón frente a otros rostros más populares, como el del director de Zeta-Zetas. Los niños también tienen un espacio especial en este montaje, caso de Evelyn García Yanes y Erika Conde Curra, de Pita-Pitos, o Brenda Arteaga, de Reboblones... Y así, hasta una relación centenaria de la familia del Carnaval en un vídeo para no perder detalle.