El Carnaval de Día comenzó como un Domingo de Carnaval tradicional. Con la plaza del Príncipe llena del público incondicional de la Afilarmónica Ni Fú-Ni Fá, que estrenaba director, Agustín Marrero, para luego seguir con la agrupación lírica y acompañada por orquesta Los Fregolinos, que entregó su reconocimiento a la rondalla Las Valkirias, que dirige Antonio Hernández, en compañía de la presidenta y solista Vicky López. En primera fila del recoleto aforo, Nicolás Mingorance, el letrista de toda la vida de la Afilarmónica madre de Canarias, y unas sillas más allá, el concejal de Fiestas, Andrés Martín Casanova, que estuvo más atento en la actuación de la Fufa de su móvil que del repertorio.

Y razón no le faltó. Porque ayer se vivió una mañana de móvil. El público que acudió temprano a la plaza del Príncipe para coger sitio para ver la Fufa se encontró que entró con el día claro y salió en medio de una nube de tierra por la rapidez con la que se adueñó de Santa Cruz la calima.

Sobre el mediodía, antes de que subiera a cantar Los Fregolinos, unos centenares de carnavaleros disfrutaban del baile del Águila, que parecía más de resaca -por el poco número de participantes- que en el arranque del primer Carnaval de Día, que se demoró. Aunque había baile también en la plaza de Candelaria, no había el furor de otros años, a pesar de que el primero de los dos Carnavales de Día de cada edición no tiene tanto poder de convocatoria como el que se celebra el Sábado de Piñata.

Pero la mañana de ayer fue una jornada de sobresaltos. Pendientes de la evolución de la calima y la confusión y sobresaltos que se produjeron en menos de dos horas con la sucesión de una serie de incendios en el Norte de Tenerife, hasta el punto de que uno de los incendios provocó el corte de la autopista desde el Norte a la capital, sobre las dos y media de la tarde. En ese momento, los más madrugadores del Norte ya estaban en Santa Cruz, pero luego se les recomendaría no regresar hasta que se garantizara que la autopista recuperara la normalidad, mientras otros estaban esperando que acabara el atasco y la mayoría que había decidido bajar a Santa Cruz por la tarde tal vez decidió cambiar de planes, en buena parte por el consejo de las autoridades, que recomendaron no salir salvo que fuera necesario.

El ambiente tímido del Carnaval de Día se vio oscurecido por la calima que tapó el brillo de la fiesta, y muchas familias decidieron tomar algún refrigerio por el centro de Santa Cruz para ganar tiempo y empatar por la tarde.

Pero este Carnaval de Día, que tuvo la sordina de la incertidumbre de falsos bulos sobre la suspensión, o la polémica sobre si los responsables políticos debían suprimirlo o no, más que de tarde, fue de noche. La tarde fue una transición. Fue tiempo de sobremesa. De muchas redes sociales. De hecho, desde la Ni Fú-Ni Fá a Los Fregolinos se escuchó la batucada de Bloko del Valle frente a las escalinatas laterales del teatro Guimerá. Luego, la música con melodía llegó a la plaza del Príncipe, con Dixieland y Pepe Benavente... Era un tímido desembarco del Carnaval de Día, y ya eran las dos de la tarde. En la plaza Candelaria, era una transición: con Mecánica y Tamarindos y la orquesta Tropin... Hasta que llegaron las cuatro de la tarde. Mejor, hasta que llegó Pepe Benavente y se hizo el sol musical entre la calima, que era más pesada aún. Dos orquestas más y, de nuevo a las seis, Pepe Benavente, que hacía bailar hasta el monumento de La Candelaria cada vez que cantaba. Pero poco más en la oferta musical.

Fue un Carnaval de Día de mucho pasear. Solo la oferta musical despegó, ya a las siete de la tarde, con Las K-Narias en Francisco La Roche. También reinó la confusión sobre si venía Efecto Pasillo, y en particular de Don Patricio, que se hizo de rogar, y luego Michael De la Calle. En cuestión de minutos... No Importa que llueva... toda una provocación a un Carnaval de Día que comenzó con riesgo de lluvia y que remontó vuelo de noche y se estiró hasta las 6 de la mañana porque hoy es festivo.