Después de habérmelo dicho más de treinta veces, anoche vino a verme mi amigo Bolorino Armani, bueno, a verme y a mandarse un plato de garbanzas de las de mi madre. Después de dejar el plato limpio me reconoció que el condumio de mi viejita es de cinco estrellas Michelín.

No se si la generosidad de su opinión es porque le encantó el manjar o porque últimamente anda dando saltos de alegría por la llegada de un retoño que garantizará su apellido, y su "Informe Bolorino" a futuro. Cada vez que pasa por mi negocio hablamos largo y tendido de lo que es su especialidad: Las redes sociales, eso que da tantas satisfacciones como quebraderos de cabeza porque, bien utilizadas son de gran provecho pero mal usadas hacen mucho daño. Y esto último, desgraciadamente, es lo que abunda en el Carnaval. Hay clientes de mi cantina que mantienen que, Facebook, Twitter, Instagram y demás plataformas, han servido de altavoz a los comentarios de barra de bar de toda la vida donde mucha gente sin el más mínimo decoro vierte comentarios con la intención de hacer daño y mentiras a borbotones con la finalidad de desprestigiar a algo, o a alguien. Mención aparte merecen aquellos que, haciendo alarde de una cobardía sin límites, hacen uso de pseudónimos para mentir sin dar la cara, para desprestigiar sin asumir sus consecuencias. Hay incluso quien, no contento con ello, crean lo que en el argot de las redes se conoce como "troll" que vienen siendo cuentas falsas creadas para echar más porquería en unas plataformas que se acaban convirtiendo en cloacas virtuales.

Muy pocos hacen como mi amigo Bolorino, o tantos otros, que opinan con nombre y apellidos, dando la cara públicamente cuando alguien cuestiona sus opiniones. Lástima que lo que abunda es todo lo contrario y, por ello, se producen fricciones y malos rollos que le dan a nuestro Carnaval ese aroma a Salvame de Lux que tanto rechazo produce en mi Cantina, donde la gente prefiere opinar en las conversas que nacen alrededor de un plato de garbanzas, antes que en esas redes que tanto enredan.