Hace casi cuatro décadas se plantaron por primera vez sobre las tablas para honrar a Don Carnal, primero desde el Cuartel San Carlos y ahora desde el eje neurálgico de la fiesta: el mercado del Barrio de la Salud. Juan Carlos Fuentes fue el primer responsable de la trayectoria de este grupo que ahora, en manos de Celso Hernández, confía en recuperar el esplendor del que gozó en sus primeros años en la fiesta.

Es el propio director y presidente el que recuerda esas ediciones de éxito para Tabajaras: "Era una época de auge, fuimos los primeros en conseguir el doblete de ganadores en presentación e interpretación y éramos, por así decirlo, como los Joroperos ahora". Esa etapa dorada tuvo un fin paulatino que derivó en varios años de sequía, en ediciones en la que el público de las comparsas comenzó a echar de menos las intachables actuaciones de Tabajaras.

"Llegó un punto en el que era necesario hacer frente a las discrepancias internas y yo, con mi ignorancia de 22 años, quise hacerme cargo del grupo", admite Celso Hernández, quien sostiene que durante sus primeras fiestas al frente de la comparsa "no se hicieron las cosas del todo bien". "Era complicado compaginar las formas de trabajar de los responsables más veteranos con la gente que entraba en la comparsa, hasta que se fue equiparando", resume el director del colectivo para explicar por qué ahora Tabajaras comienza a "dar pasitos hacia adelante" para ser aquellos que fueron.

Eso sí, Hernández añade que para llegar a ello no se trata solo del trabajo propio de preparación para el Carnaval, en el que evidentemente ponen todo su empeño, sino que defiende que resulta fundamental "convertirnos en un grupo". "Por eso a lo largo del año vamos realizando actividades deportivas o culturales, para trabajar la relación entre los componentes, porque entendemos que la base fundamental es un buen ambiente y obtener una esencia de grupo de amigos", concluye.

El reto

"Fantástico" o "agradable" son algunos de los adjetivos con los que el máximo responsable de Tabajaras se refiere al clima que se respira en cualquier ensayo de la comparsa. Pero eso hay que trasladarlo al escenario del Recinto Ferial el próximo 15 de febrero o a la calle en el certamen de Ritmo y Armonía el sábado 22 del mismo mes. Celso Hernández lo tiene claro al asegurar que "el reto es hacerlo bien y con suerte optar al cartón porque solo así se animará a la comparsa a seguir trabajando".

Por el momento, asegura que el espectáculo que tienen ya culminado y preparado para ofrecer el certamen se basa en un "estilo muy comparsero pero con alguna incorporación de ritmos más modernos". Si prima la coreografía sobre base latina es porque según entiende Celso Hernández, por un lado es la fórmula que más se valora entre el público y por otro lado porque "los componentes no somos profesionales y hay que hacer algo potente pero en lo que se encuentren cómodos".

De hecho, a juicio del presidente de Tabajaras desde 2007, uno de los principales errores del concurso actualmente es la excesiva profesionalización del espectáculo. "No se debe contratar un ballet", sentencia antes de argumentar que "es verdad que puede dar mayor calidad al colectivo pero se nos olvida que lo mejor que tiene este Carnaval es que lo hace la gente del pueblo". Por ello, afirma no compartir que otros grupos hagan casting para seleccionar su cuerpo de baile o incluso que fijen tallas de peso o altura porque "lo importante es que cualquiera pueda ser partícipe de esta fiesta".

Y ello pese a que reconoce sin tapujos que el concurso de comparsas actual está ofreciendo "su mejor vertiente". "Siempre hay cosas que mejorar, porque siempre se puede uno quejar, por ejemplo, de que hay que buscar fórmulas para que nos libremos de ese desembolso importante para la contratación de músicos", explica el presidente de Tabajaras, quien recuerda que el concurso en el escenario ha ganado "fuerza para el público" desde que se ganó agilidad al fijar un máximo de tiempo de preparación y, sobre todo, con la ubicación de dos set para los músicos".

Eso sí, la joya para espectadores y comparseros sigue siendo "la calle". No se refiere a las noches de fiesta, que bien podría ser, sino al certamen de Ritmo y Armonía, que a juicio de Celso Hernández "es el máximo concurso del Carnaval". "Para la gente porque nada les hace disfrutar más que un buen baile y una buena batucada y a nosotros porque nos permite estar cerca de ellos", argumenta el presidente de Tabajaras, quien asegura que terminar ese desfile "es vaciarse de energía y llenarse de adrenalina".