Zeta-Zetas se alzó en la madrugada de ayer con el primer premio de Interpretación del concurso de murgas del Carnaval 2020, cartón que la convierte también en la mejor del último lustro, ya que junto a Mamelucos se repartieron el máximo galardón de los cuatro años anteriores, y la final del viernes desequilibró la balanza hacia la murga 3D. La fiesta de la crítica y el pasacalle ha evolucionado hacia el espectáculo, que ha tornado la final en una cabalgata sobre el escenario, con la participación de extras. A esto se ha añadido que murgas como Zeta-Zetas, Diablos Locos o Mamelucos han bordado la legalidad de las bases cuando usaron una orquesta clásica con instrumentos reales o suben una valla que parece ampliar la tarima oficial para realzar su puesta en escena -caso de los chicos de Javi Lemus-, el uso de cañones de confetis -como ocurre con Diablos- o la emisión de música real en lata -como hizo Mamelucos-. Al final, los premios, o algunos, se ganan en el escenario, después de consensuar con Fiestas, en algún caso, el modificado de las bases.

Fue una final con ocho murgas en la que Zeta-Zetas, Diablos y Bambones protagonizaron el duelo de estilos. Se prefirió el espectáculo, por el perfil del jurado, y por eso ganó Zeta-Zetas; de haberse valorado más la crítica murguera el cartón del primero hubiera sido trónico y, de haberse preferido la letra, con ironía y socarronería, se hubiera impuesto Bambones. De resto, el jurado se pudo haber ahorrado el accésit.

Junto a los ganadores, digno de mención el formato, que ha sido la única razón que llevó a la mayoría de las murgas finalistas a modificar sus repertorios -algunos enlatados desde noviembre, y antes-, para responder a la decisión anunciada hace un mes: todo el aforo de la final numerado y la creación de dos zonas de general de pie para ampliar el cupo de 6.200 a las 7.500 plazas del viernes. El resultado: la cola también murió para entrar a la final y el público llegó sin prisas porque tenía su sitio reservado. Tal vez por ese motivo, cuando comenzó la Ni Fú-Ni Fá, el recinto no tenía ni media entrada; a diferencia del momento Diablos, que abrió el tiempo de concurso. Numerar las localidades ha venido a dignificar la gran final con la extinción del público que había acampado desde la tercera fase para 48 horas después entrar corriendo a la silla y reservar los asientos para sus amigos. Y comenzó la gran final.

E Ni Fú-Ni Fá (1960). La Afilarmónica madre de Canarias estrenaba director: Agus Marrero. La Fufa reivindicó, de palabra, su protagonismo en Estamos de moda, para seguir con una canción dedicada a la Televisión Autonómica, donde el director fue más crítico en la dedicatoria que en la letra. Luego El Cubanito y un Himno murguero que interpretaron con la Masa Coral Tinerfeña, que celebra 90 años. Eterna pareció su actuación, tal vez para hacer tiempo a que la Televisión Canaria acabara la retransmisión del pregón del Carnaval de Las Palmas y conectara con la final.

E 1. Diablos Locos (1970). Llegaron, y en ese momento se estremeció el recinto ferial. En el escenario, máxima emotividad. La murga sorprendió a Maxi Carvajal con una presentación que le dedicó con motivo de sus 25 años como director y que ahora deja la batuta a la tercera generación Carby. Primer tema en concurso. Al frente, Tomi Carvajal. El congreso, un musical de risa, que comenzó con una exhibición musical con el sello en las voces de Acaymo Correa. Apoteosis musical. Era el musical del Libro de la selva versión Congreso de los Diputados con parodia incluida. Un excelente tema de fase con la mejor musica de los últimos años y una letra para degustar.

De Tomi Carvajal, a Maxi. Segundo tema. La purga. Luces. Influencia Zeta-Zetas. Despertaron la pasión del público cuando la canción comenzó a reprochar la decisión de la organización al poner las entradas numeradas. Diablos hizo justicia de Carnaval. Orgullo. Corazón y punto. Excelso el momento que renuncian a los micros y se ponen al borde del escenario a cantar a capela para el público. Diablos eleva el infierno al cielo. Espectacular segundo tema, o cuando se activan los confetis desde el público que prohíben las bases hacer en el escenario.

E 2. Mamelucos (1980). Arrancaron con una presentación con las voces temblorosas al principio, pero poco a poco fueron ganando seguridad. Rápidamente lo mejor de Mamelucos se adueñó del escenario, con ese popurrí de pasacalles que son perlas engarzadas. Primer tema: Mamelucos hizo spoilers. Guiño genial al spoiler cuando un componente se adelanta al Medusa y hace su grito de guerra: Duro. De ahí, hacen spoilers, al advertir a Patricia Hernández lo que le va a pasar con el pacto de Ciudadanos, e incluyen un batiburrillo político con letra atropellada. Una idea original y atropellada por momentos en la dicción. Desde el año pasado intentan emprender un camino a ninguna parte tras la borrachera de éxito de la era Sarymánchez. Tal vez confundieron potencia con volumen. Segundo: Me pongo en tu lugar. Comenzó cantando qué hubiera hecho cada persona del público de haber sido Manny Manuel y le hubiese pasado lo mismo. A continuación, 30 segundos de música original incrustada mientras la murga ponía la coreografía. Y como si fuera un todo, pasan a defender a las murgas que con un mínimo de 40 componentes actúa -llamativo ver a Mamelucos entrar en ese juego-, aunque sin tanta aceptación popular. El tema iba a peor y acabaron pidiendo tiempo al final. Parecieron haber ensayado como si el tema se hubiera roto y lo clavaron.

E 3. Desbocados (2006). Su premio, estar en final. Su primer tema, El cambio climático, con una entrada larga para defender al planeta. La mejor parte llegó cuando empezaron a desgranar los contenedores: el amarillo, al canarión; el verde, al botellón del Carnaval... El ingenio lo dejan atrás, multiplican las voces en calidad, pero no la reciclan y la hacen buenas. La calculadora humana fue una crítica al reparto presupuestario del Gobierno, mientras la situación vive otra realidad en la calle. El premio de Desbocados: disfrutar por primera vez del ambiente de una gran final, y acaban con una cabalgata de Carnaval sobre el escenario con miembros de Bohemios y Cariocas, y hasta un entrañable cameo entre vecinos de la Cuesta de Piedra: Tomi y Maxi Carvajal. Lección de compañerismo.

E 4. Zeta-Zetas (2003). Ganadores de dos de las últimas cuatro finales, comenzaron con una presentación espectacular poniendo al límite las bases del concurso. En esta oportunidad, la música comenzó en las sillas, donde se encontraban unos músicos, pero el tiempo de concurso no había comenzado a contar. Pletóricos en su presentación con Besay Pérez dándolo todo. Tres minutos que definen lo que es el Carnaval: murga, rondalla, agrupación y comparsas... Cualquier primer premio de esas modalidades podrían ganar. Primer tema, Un tema con letra, un juego en el que la puesta en escena de las palabras parecía más ambiciosa que la letra, incurriendo por momento en el efecto rey león de Trapaseros, que desvió la atención. Musicalmente impecables. En el segundo tema montaron su propia valla publicitaria. De nuevo, Zeta-Zetas bordeando las bases porque la valla aparecía montada detrás de la murga. Y se hizo la luz. En la valla, diez miembros de la Brifor. Luego alineaciones de la UD Las Palmas y del CD Tenerife, aficionadas del fútbol... y minuto de oro: el talento canario, como los bailarines de bachata o cantantes, y aparecen Los Sabandeños, Pepe Benavente y hasta Manolo Vieira. Cabalgata de Carnaval e ingenio. Entre todos los artistas canarios que desfilaron hubieran ganado la Eurovisión murguera.

E 5. La Traviata (2004). Los componentes comenzaron con una presentación en la que hipotecaron sus voces. Y comienza la cabalgata de La Traviata, hasta con una mujer lactante que lucha por conciliar la vida laboral y familiar. La murga, dirigida por Josechu Álvarez, gana enteros según avanza con el montaje de su nuevo responsable musical. Concluyen formando el cartel viviente del Carnaval. Solo ese fragmento merece ser el anuncio del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife 2020. Su segundo tema, Las esquelas, con el riesgo de no cavar su tumba. Comienzan a desgranar sus argumentos con un rajazo a CC, otra de Manny Manuel y tributo a los grandes del Carnaval. Un tributo al corazón: "Gracias a ellos brilla en el cielo nuestro Carnaval". Más comercial que nunca. Día de finados en final de murgas.

E 6. Bambones (1982). Con 7.597 componentes, y uno desde el cielo, Falo Santana, a quien hicieron presente con la proyección de unas imágenes en las pantallas. Y luego, otra de las bandas sonoras del Carnaval: el pasacalle. Llegaba la murga a la que acompaña la fama por cuidar sus letras. El primer tema, Los porcentajes, en los que desgranan los componentes que no van a ensayar... Luego sacan porcentaje con los autónomos; el vividor, que es el concejal, pobres en Canarias. Su joya... el viaje a la alcaldesa: "La próxima vez te pones tú de pie y todo el pueblo sentado"... 90% murga.

Bambones comienza su segundo tema con un apagón, pero no de ingenio, en el que hasta usa la luz al estilo Zeta-Zetas y parece una ironía. El público se hace murga y alumbra el recinto con sus móviles. El tema despunta ingenio, con referencias al Ayuntamiento, afirmando que Patricia Hernández no tiene luces. Es la demostración de cómo la luz puede estar al servicio de la murga, y no viceversa. Una letra para volver a escuchar. Solo con poner las letras sobre la mesa del jurado ya superan a la mitad de las murgas.

E 7. Burlonas (2002). Tenían que tomar el testigo a Bambones, un reto complicado. Pero sonaron como una bomba y su pasacalles está ya en la lista de los grandes éxitos del Carnaval. El primer tema, a las órdenes de Adela Peña, una ristra de pasodobles que interpretan a la carta del público. Lo peor, mantener el cénit en el que Bambones había sumergido al público. Los espectadores se decantaron por que Burlonas dedicaran la primera estrofa al Carnaval, hicieron referencia al concierto de Juan Luis Guerra y abogaron por la tradición de la fiesta. La segunda estrofa elegida por el público: el pueblo. Cargaron contra los políticos que se encargan de enfrentar a los vecinos, después de recordar que la Patrona de Canarias está en Candelaria. El tema da un giro y se vuelve en contra de Burlonas, que canta fuerte, pero... las horas pasan factura. Y eso que cantan al Carnaval, y hasta hacen un guiño a Diablos Locos. Un tema que, lejos de sumar, podía sumar. Faltaba el segundo, pero era cuestión de comenzar de cero. Traía al recuerdo a la Lotería que cantaron Pita-Pitos y luego ella transformaron en los Números.

De forma plástica, Burlonas forman el cartel anunciador de Javier Nóbrega. Como si el mismísimo comenzase a cantar sobre el escenario del recinto ferial. El tema al final se desploma porque, como le pasó en el primer, el letrista de Burlonas argumenta bien, pero su fuerte no es el cierre de las canciones. En cualquier caso, es una letra para disfrutarla. Dignas finalistas. La puesta en escena fue muy superior a la interpretación.

E 8. Trabachones (Refundados en 2019). Dirigidos por Yone Expósito, la murga revelación del Carnaval 2020. Su peor enemigo era el puesto que les deparó la suerte para cerrar en octavo y último lugar en la final de anoche. Apostaron por su presentación, para sacar punta a su fantasía y calentar voces. Luego, su pasacalles, una joya llamada a mayores .

Su primero, El síndrome de Truman, que consiste en aquella persona que cree que su vida forma parte de un reality, también da cabina a quienes ayudan a gente muy necesitada, y a protectoras de animales. La final, o mejor el final de la final, se ponía cuesta arriba, y no precisamente por el alto nivel. Ocurrió en fases, que Fiestas pudo haber convocado este año una final a seis. A falta de que Trabachones cantara su segundo tema, el jurado solo tenía tres murgas para repartir cuatro premios de Interpretación: Zeta-Zetas, Bambones y Diablos. Trabachones cerró su tiempo de concurso con El Congreso de los disgustados. Era el segundo congreso de la noche; ocurrió también con el cartel viviente, con el que coincidieron otras murgas. En El Congreso de los Trabachones, Yoné Expósito mostró su dominio del lenguaje y el pareado para reprochar la falta coherencia de los diputados. Tanto desfile y efectos especiales diluyó a la murga pura para dejar paso al espectáculo.