Lo mejor: La fuerza e identidad de Diablos sigue estando intacta en sus bodas de oro. Y la pasión de la grada por ellos, también. Su final del primero rozó el sobresaliente, sacando a escena situaciones cercanas y reconocibles sobre la precariedad laboral. En el segundo invirtieron términos y lo que brilló fue su idea, la del autocorrector del móvil, que salvaron gracias a su garra.

Lo peor: La larga espera para que arrancaran con el fin de alinear sobre las filas a sus más de 110 componentes. Por momentos de su primer tema dejaron varias referencias forzadas de la percha presentada, su agencia de empleo; y en el segundo lo que parecía una fabulosa idea (emulando a La Gramola), estuvo mucho tiempo clavada en el mismo lugar y solo ofreció un par de píldoras con su sello. Además, el que los mensajes del móvil que aparecían en las pantallas para reforzar el tema, entraran antes de tiempo, causó distracción con la grada.

El detalle: Diseño made in Lito Díaz, a la altura de su 50 aniversario. Un disfraz de dos pieles, un llamativo diablo por fuera (aunque solo lo portaron unos cuantos) y un elegante payaso por dentro. En medio de la transición hacia la tercera generación, resulta curiosa la bicefalia padre-hijo (Massi y Tomy Carvajal) en la dirección, con un tema al frente cada uno.

Diablos Locos

Directores: Massi y Tomy Carvajal

Fantasía: Diablo con corazón de payaso

Diseñador: Lito Díaz

Director Musical: Víctor Asencio

Letristas: Idafe González y Víctor Asencio

Temas:

  1. La agencia empleo trónica
  2. El autocorrector