Globos de colores de la afición animaron el inicio del Carnaval, iluminados por la escenografía de Javier Torres Franquis. Arrancó así ayer la primera fase de murgas infantiles, acto que contó con la participación de seis pequeños grupos críticos.
Ya en el escenario los encargados de iniciar los acordes llegaron directos de Granadilla, con una apuesta clara por la presentación de su elaborada fantasía. Tras una entrada con coreografía incluida, Retorciditos desplegaron todo su ritmo en el pasacalle bajo la batuta de Amanda Conde. La fábrica de juguetes fue su primera apuesta de la murga de Granadilla, que destacó más por la puesta en escena, no sólo por el atrezo empleado, que por la interpretación, en la que los arreglos musicales impidieron el total entendimiento de la letra. Aún así, este reparto de juguetes fue suficiente para arremeter contra diferentes aspectos del Carnaval, siendo el más destacable el regalo de "bases nuevas para el concejal para que no desaparezcan más murgas". Muy aplaudido su guiño final en el que hicieron un llamamiento claro a la donación de juguetes viejos.
Inventos como mezclar Coca Cola con Mentos era la clave del segundo tema, en el que reiteraron su descontento con Fiestas, a la que acusan de hacer experimentos con las murgas infantiles. Como buenos científicos, recordaron la tabla periódica a su manera: haciendo un juego entre los símbolos y de nuevo una queja al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.
La veteranía de Pita Pitos relevó a Retorciditos, con uno de los pasacalles más míticos de entre los grupos infantiles. La exposición final del curso de la murga fue el hilo conductor del primer tema, que ya arrancó con fuerza con las "cinco horas explicando a mi madre qué es Instagram" y la ganó aún más reivindicando mayor presencia de contenidos canarios en el aula.
Mucho mejor la segunda letra que siguió la estela de la película Inside Out, interpretando a personajes de diferentes emociones. Asco para las verduras y las playas llenas de basura; rabia por el exceso de los materiales escolares o la falta de contenedores para reciclar; miedo de la "tonga de ropa" por colocar en la silla; tristeza para la violencia en los partidos de fútbol y sobre todo el bullyng; y la alegría, que para terminar reprendió al resto de personajes con un tono optimista. La energía de los componentes y una letra tan rica en contenido infantil hicieron olvidar tanto el número exiguo de murgueros en la fila como algunos errores en la interpretación musical.
Lenguas Largas fue la tercera en intervenir en esta primera fase y propusieron un caja de sorpresas durante su primer tema, emulando a una muñeca que se agarran "fuerte juerga cuando no hay humanos en el cuarto". Un serio llamamiento a luchar contra el maltrato fue el final de este tema antes de dar paso a un segundo que anunciaban como una comparativa entre Carnaval de antaño y actual. Especialmente destacable la capacidad de incluir en esta canción varias estrofas respecto al revuelo generado tras la presentación de su fantasía y en las que a ritmo de pasodoble mostraron su dolor por las críticas dañinas a su murga: "Somos felices en Leguas", aseveraron.
Aniversario
Celebrando nada más y nada menos que 40 años se plantó El Cabito, con la incombustible Angelita González Ledesma tras la murga y con una excelente Johanna Neira en la dirección. La defensa del reciclaje y la naturaleza fue el fin del primer tema que quiso emplear como excusa las manualidades. Con un arranque dudoso en musicalidad, El Cabito se fue recomponiendo en interpretación.
Bastante mejor el inicio del segundo tema a ritmo de la banda sonora de Piratas del Caribe, que dio paso a un popurrí mundial. Y es que emulando a los pequeños de todos los continentes del planeta a modo de "patrulla infantil" denunciaron la situación del colectivo infantil en esas zonas: "en Asia nuestro juego es trabajar de sol a sol". Lo mejor, una presentación en distintos idiomas por cada grupo.
Frikywiky's, dirigida por Nerea Rodríguez y quinta en intervenir, apostó por una crítica directa y seria en su primer tema, en la que aludieron a cuestiones medioambientales: "respirando veneno" o "si esto es el progreso no lo quiero" fueron algunas de sus frases tan contundentes como mejorables en voces. En el segundo, completaron su repertorio con una particular carta a los Reyes Magos, en la que optaron por obviar los juguetes sino que incluyeron cuestiones para ellos relevantes como "llegar al concurso".
Cerraron la primera fase los componentes de Sofocados. Llegados desde María Jiménez y con la batuta de Paola Tosco, la murga mostró la mejor musicalidad de la noche y logró además hacer participar al público, al que repartieron "puntos", concepto que enmarcó su primer tema. Levantar los puntos para valorar un aprobado o poner la lavadora se mezcló con un "si usted levanta los puntos seguro que al jurado le gusto".
Una excursión al "museo" del Carnaval envolvió su segunda canción, en la que más allá del contenido destacaron los cambios de registro musical, así como los guiños a momentos cumbres de Zeta Zetas y Mamelucos. Tiraron de emoción en su final, un homenaje a las fotos históricas de ese "museo". Hicieron un cierre a lo grande.
