Apenas eran las siete de la tarde y, con la intención de descansar un poco, opté por tomarme una hora de relax antes de abrir mi cantina. Aprovechando la calma previa al temporal de trabajo, me senté en una de las mesas de la esquina con el libro que estoy leyendo: "Decisiones arriesgadas", una novela de intriga del escritor Marc Carrión que tiene tanto suspense como este Carnaval.

Y es que la nueva organización socialista ha tomado algunas decisiones de gran calado, valientes para unos y propias de ingenuos para otros. Una de las que más preocupa es la elección de Marco y María como directores artísticos teniendo en cuenta su pequeño bagaje en actos de tal magnitud. Hay quien piensa que es una locura darles el mando del acto más importante de la fiesta, cuando su experiencia se reduce a la dirección de dos galas en Puerto de la Cruz, de la época del Parque San Francisco. Con todo el respeto para las carnestolendas portuenses, es como si a mí me ofrecieran dirigir un restaurante "MB" con tres estrellas Michelín con la única experiencia de la regencia en mi cantina. Por calmar a mis clientes intento quitar hierro al asunto haciendo un símil futbolístico: "Piensen que el Barça le dio la responsabilidad a Guardiola cuando era entrenador de segunda B y luego llevó al equipo a una de sus épocas más gloriosas". Es por tranquilizar, pero admito que también me inquieta. En nuestro Carnaval, cuando ha habido cambio de director en la Gala, siempre se ha tenido en cuenta su trayectoria en el mundo del espectáculo, bien los ilustres José Tamayo y José Antonio Plaza, o bien Juan Carlos Armas y Enrique Camacho quienes no solo acreditaban una dilatada experiencia en las Fiestas de Mayo, otros carnavales o en eventos internacionales en Venezuela o Cuba, sino que también fueron discípulos y formaron parte del equipo del laureado Jaime Azpilicueta.

Esta noche ya podremos ver en acción a los nuevos directores con el acto inaugural, y podremos intuir, por dónde caminarán las galas del que ya está siendo un Carnaval con suspense.