Si en un futuro Hugo acaba en una murga podrá presumir de que ha sido siempre murguero. Desde septiembre ha sido protagonista de los ensayos de Marchilongas, murga en la que milita su madre, Jessi Hernández, y que arrancó el año murguero anunciando su embarazo.

Con ocho meses de gestación se subirá al escenario, una circunstancia que ha condicionado en parte su participación en la murga en el año del regreso. Sí admite que durante este tiempo ha llegado a plantearse no salir "porque se ha hecho pesado, sobre todo al principio". Malestar, cansancio, acidez, hinchazón de pies o dolor de espalda son síntomas que le sonarán a cualquier embarazada, pero Jessi añade que "no se puede comer y cantar a la vez".

Aún así, la joven no quiso perderse un Carnaval tan relevante para la murga, en la que cumple tres años, y asegura que "nunca, nunca" llegué a perder las ganas. "Ahora pienso más que sí llegaré a concurso, pero cuando lo noto moviéndose en lo ensayos se me olvida", explica antes de asegurar que "durante el día está tranquilo, pero al oír la percusión se disparata".

Tiene la suerte, dice, de contar no ya con la comprensión de sus compañeras, sino con su ayuda, "ya que siempre están pendientes de mí, tanto que a veces me sacan de quicio porque no me dejan hacer ciertas cosas", comenta entre bromas. Y eso que aspectos tan comunes como el disfraz han tenido que adaptarse: "El mío se hará el último", confiesa antes de asegurar que, lejos de plantearse que su inminente maternidad acabe con su hobbie, ya está pensando en 2021. "Ya me estoy organizando", dice.