¿Quién es Airam Bazocchi?

Una persona cualquiera.

Pero que disfruta de las mieles del éxito en las murgas.

Pero trabajado y currado.

¿Está cansado?

¿De qué?

De las murgas.

Cansado de las murgas como están actualmente.

Pero las murgas están donde la ha llevado gente como usted.

Las hemos querido llevar a otro sitio y se ha ido consiguiendo.

Pero este monstruo lo ha alimentado usted, entre otros.

La mayoría de la gente hace lo que se hacía antes. Falta crear, no innovar. Se ha confundido innovar con crear cosas que ya están hechas. Innovar no es coger y hacer un espectáculo que ya está hecho y llevarlo a la murga. Las murgas deberíamos cambiar; ya que somos artistas deberíamos crear.

Pero no son profesionales...

Deberíamos serlos.

¿Eso significaría que los letristas hagan letra y música?

Debería ser así. Siempre hacemos la letra; nosotros en Mamelucos llevamos tres años cogiendo música que nadie ha utilizado. Eso es un paso; y luego hemos creado algunos estribillos.

¿Y qué falta para dar el paso?

Tengo pensado hacer una canción con música propia compuesta por gente que sepa.

Ahora un letrista escribe a varias murgas. ¿Se ha perdido identidad?

¿Cuántos letristas cree que hay?

Dígamelo usted.

Hay mucho letrista -con ironía- y poca letra. Hay 22 murgas y tal vez diez letristas.

Ahora hay murgas que comparten letrista...

También hay gente que empieza a hacer letras, y que cobra más que uno y no hacen ni la mitad, y no se diferencian de otros. Yo a Mamelucos nunca le he cobrado ni un duro; incluso he puesto dinero. Pero es impagable lo que yo he hecho por ellos y lo que ellos han hecho por mí. En otros casos, debería haber cobrado por la matraquilla que dan los grupos; y a otros es verdad que les he fallado por no tener bien ordenada la cabeza; tampoco se las he cobrado.

¿Cuántas letras ha hecho para este año?

Unas nueve; el año que menos he elaborado; he llegado a entregar 25 en un solo Carnaval.

¿Justifica que se cobre por una letra?

Claro, es la única medida de presión para que cada uno se curre su repertorio. No soy amigo de quien me pide letras. Si es un recurso porque te quedas sin trabajo, lo entiendo. El público también te exige y paga una entrada. Yo hago una letra a una murga y con mi trabajo la murga gana dinero.

¿Se prima más cómo canta una murga que lo que canta?

Hay varios tipos de murgas: hay quien te pide letras y te pide que vayas y otras que te la cambian y lo hacen a peor... También es verdad que no haces todas las letras igual que si fueran para uno.

¿Se reinventó con la letra de los Sarymamel’s?

Cumplí un sueño de pequeño, que era tener un año estrella como han tenido cuatro murgas como son Bambones, con Escuelita murguera; Diablos, con La Fasnia; Singuangos, con El Baile de Magos, y Triqui-Traques, con La Posesa. Estamos entre los cinco magníficos. A partir de ahí he intentado hacer otras cosas, como la apuesta del año pasado, cuando intentamos que todo el mundo se disfrazara. Y fue fallida por envidias de murgas que te quieren pisar las canciones antes de llegar.

¿Ha sido un año de desamor con Mamelucos?

No. Las cosas de casa se quedan en casa. Desde este domingo estamos con la ilusión por las nubes.

¿Algún día imaginó ser tan importante en el Carnaval?

No, tampoco imaginé desintoxicarme de la fiebre mala como estoy haciendo de querer estar pendiente del otro.

Pero tendrá en cuenta a Zeta-Zetas, Diablos, Bambones...

No, me da exactamente igual porque lo que tienes ya no lo puedes cambiar.

Pero hace un repertorio para ganar...

Sí.

¿Y cree que va a ganar?

Tengo incertumbre. Estoy desconcertado. Todos los años lo hago diferente, no me copio a mí mismo.

¿Mejor o peor la organización de este año?

Cuando la vea in situ te digo, pero todavía no han quitado la iluminación de Navidad...

¿Le gusta la final de pie?

Es la mayor gilipollez que ha habido en el mundo de las murgas. En un concierto en el estadio, sea de Maná o de quien sea, acabas reventado. Si te pegas seis horas de murga... cuando solo tres o cuatro...

¿Ha llegado el momento de cerrar su etapa de letrista?

No lo sé, cuando acabe el concurso te digo. Para otras murgas, seguro.

¿Por qué suma a Mengíbar en su reperotorio en Mamelucos?

Porque tengo mucho trabajo laboral y hay una idea que me apetece hacer con él y se lo comenté. Ha sido una grata sorpresa. Es gente que admiras desde pequeño y ha sido un mano a mano.

¿Es la canción estrella?

Hacemos canciones top. No hay una canción estrella, sino hacemos lo que queremos.

¿Su estilo es más de Mamelucos o de Zeta-Zetas?

Mi estilo es más de los Bambones, donde lo mamé. En Mamelucos hemos creado un estilo entre todos.

¿Hacia dónde debe evolucionar el concurso de murgas?

A que todos no se muevan igual. Hay una plaga, como yo digo, que hace que parezcan iguales. En segundo lugar, debemos tender a profesionalizarnos un poco más y exigirnos. Se agotan las entradas en 20 minutos y estamos dando una calidad mala en los repertorios en general. Hay demasiadas murgas.

¿Hay murgas malas?

No, pero cuando dicen que hay murgas pequeñas siempre digo que es porque quieren, porque ensayan menos. Hay murgas que deberían dejar de salir en vez de regalar trajes.

¿Con qué va a sorprender Mamelucos?

Con volver a la sencillez. Vamos a intentarlo sin un número.

¿Ha hecho de Mamelucos una murga comercial?

Al público es muy fácil levantarlo de una silla. Es muy barato conseguir su aplauso. Casi todas las murgas lo consiguen; antes era más difícil.

También ha conseguido hacer un final de una estrofa.

Sí, y eso lo he aprendido yo también de otras murgas... Pero creo que deberíamos estar más pendientes de nuestra casa y hablar menos de las de los demás. Creo que hay demasiada falsedad y demasiado machaque desde septiembre. Y eso cansa.

¿Su murga ideal?

La mía, Mamelucos, que va a por todas: presentación, interpretación... que cante bien, vocalice, que tenga buenas letras... Y el señorío por fuera del escenario.

¿Qué ha aportado Airam Bazocchi a Mamelucos?

Ser más comercial, letra y un mayor grado de exigencia.

¿Qué le ha dado Mamelucos a Bazocchi?

Libertad.