Javier Nóbrega (Santa Cruz de Tenerife, 1968) hizo realidad la idea que le surgió por primera vez hace cinco años, cuando el entonces concejal de Fiestas le invitó a formar parte del jurado encargado de la selección de las diez obras presentadas al concurso del cartel anunciador del Carnaval y que luego se sometieron a votación popular en internet, en la que ganó la obra La gota de agua. Letrista y diseñador de murgas, este componente de la murga Bambones reconoce que cuando estuvo viendo las propuestas le surgió la idea que hoy da forma y color al cartel oficial: un homenaje al Carnaval en la calle, "un homenaje a ti y a mí", más allá de la promoción exterior o del uso de la imagen de una mujer o una estampa más clásica de la fiesta de Interés Turístico Internacional desde 1980.

"Cuando me llamó el concejal de Fiestas, Andrés Martín Casanova, pensé que en realidad me iba a proponer volver a ser jurado de la selección del cartel anunciador del Carnaval, y me sorprendió cuando me planteó que yo fuera el autor. Lo primero que le dije fue: ¿Tú sabes la que te va a caer encima por hacerlo por designación directa?, pero dio alas para que Nóbrega volara con su imaginación y cumpliera el sueño de su vida.

Como si se tratara del grupo de amigos que se reúne para preparar el disfraz, Javier Nóbrega improvisó una reunión de trabajo en la cafetería del TEA y, junto a Mary Paz -su esposa- y Anju -una de sus antiguas alumnas especialista en publicidad, a la que también pidió asesoramiento- les planteó su idea, y a partir de ahí se pusieron manos a la obra y elaboraron una relación de 120 disfraces "inspirados en la vida" del Carnaval chicharrero. La lista pasó una criba, y Nóbrega seleccionó un centenar de personajes que dibujó a lápiz, de los que finalmente seleccionó cincuenta, un particular tributo al lema de la próxima edición: El Carnaval de los Coquetos años 50.

El cartel de Nóbrega tiene su magia. Todos parecen sentirse identificados: desde la anterior concejala de Fiestas, Gladis de León, al tesorero de la sociedad Bambas y Bambones Juan Antonio Rodríguez -compañero de fila del propio autor del reclamo-; hasta el actual responsable de la organización, Andrés Martín Casanova, se sacó con una gitana que recreó Nóbrega -que se hizo a tamaño real para el sorteo del orden de actuación de los grupos- y en el que edil identifica con Pedro Ortega, presidente de la agrupación Sabor Isleño. Del medio centenar de personajes que integran el cartel, solo uno tiene ADN propio: la cantante tipo Diana Ross, que se identifica con un disco en la cabeza y que aparece escondida al fondo de la multitud de carnavaleros, licencia que se tomó Nóbrega en homenaje al grupo de amigos con el que sale en Carnaval; de hecho, dibujó su disfraz de la pasada edición.

Disfraces documentados

Curiosa es también la elaboración de cada uno de los cincuenta dibujos, pues, aunque se pierden en la marabunta, cada uno está elaborado al completo, de los pies a la cabeza, porque Nóbrega ya era consciente del juego que permite su obra. Más allá de hacer un cartel, sirven de recursos para la papelería y los programas oficiales de la fiesta o de la Casa del Carnaval. También pintó completo a cada personaje porque quería darle movimiento y simular un baile de las noches de la fiesta.

Para que no faltara detalle, a la relación inicial de disfraces propios de Santa Cruz le siguió un trabajo de campo, acudiendo a las revistas del Carnaval de EL DÍA o a fotografías encontradas en internet, como ocurrió con el hombre vestido de gitana, que recrea la imagen de uno de los miembros de la Afilarmónica Ni Fú-Ni_Fá en su tradicional salida del Lunes de Carnaval, o alguno de los participantes del Entierro de la Sardina, o las Celias, tal vez el único colectivo oficial que se identifica con mayor facilidad.

Dada su condición de murguero, como componente de Bambones, Nóbrega quiso huir desde el principio de centrar o dar protagonismo sobre una modalidad en particular. Mientras hace esta explicación muestra los dibujos de unos murgueros que parecen intercambiar experiencias. Tenía claro su objetivo: un cartel que rindiera homenaje a la gente de la calle. Y además, incluir dos guiños, uno provocado y otro que surgió de forma fortuita con el arte de su pintura cómica.

Nóbrega admite que quería incluir una referencia ecologista, hacer un guiño en defensa del medio ambiente. De ahí que diera protagonismo a la Sirena de los plásticos, un disfraz que se encontró una noche de Carnaval y que plasmó en el cartel. También tiene su intrahistoria la pareja de pitufos, que precisa que no es un guiño a la homosexualidad, pero que el resultado final del dibujo queda libre a la interpretación, como ocurre en las noches de la fiesta cuando el carnavalero se pone una peluca y unas pestañas, explica.

¿Quién no se ha disfrazado alguna vez de pirata, niño chico, policía, miss, viuda, guiri, abeja, Blancanieves, cocinero, astronauta, hada madrina, sirvienta, azafata, abuela, marinero, albañil...? Son solo alguno de los personajes que aparecen en el cartel de Nóbrega con los que todos se identifican, porque un día han vestido alguna de esas fantasías, y si no... hasta sirve de revista para inspirarse de cara a sucesivas ediciones.

Uno de los momentos más complicados para Javier Nóbrega fue hacer un todo con todos los personajes recreados del Carnaval. Admite que más fácil habría sido haberse centrado en una imagen, pero insiste en su idea de rendir tributo a la calle, donde el protagonismo no recae en un personaje en particular. De nuevo, echó mano del asesoramiento de su equipo de trabajo -Mary Paz y Anju- para ordenar y distribuir los personajes que bailan en la noche de Carnaval que recrea el autor desde una visión cómica, combinando los colores y posiciones.

Hoy, cuando se cumplen dos meses de la presentación del cartel anunciador que se celebró a los pies del monumento de la plaza de España, Javier Nóbrega define su obra como un puzle de disfraces para rendir tributo a la gente que hace el Carnaval en la capital tinerfeña.

Aunque para él, hace años, crear el cartel era un sueño y un reto inalcanzable a priori, ahora quiere seguir soñando de esta edición inolvidable a nivel personal y en la historia de la fiesta, al ser la primera vez que un letrista, y un murguero en activo, asume el reto de hacer el reclamo de la fiesta de sus amores.

Admite que se emocionó el día que iba a su casa y se sorprendió al ver el cartel colgado en un escaparate de su barrio natal de El Toscal... Era solo el inicio del largo recorrido que le espera a la obra que promociona a nivel mundial el Carnaval que hace la gente en las calles de Santa Cruz de Tenerife.

Entre sus satisfacciones, el sello de calidad que le dio su madre cuando le mostró el primer boceto que hizo. "Ella es muy crítica"; tal vez por eso acude a ella en busca de consejo o corrección. La idea le agradó, pero cuando le mostró el resultado final, antes de que fuera presentado de forma oficial, visó el sueño de su hijo: "Está bien hechito". Todavía hoy Nóbrega se muestra entre agradecido, sorprendido y emocionado por la cantidad de vecinos que lo identifican por las fotos del autor del cartel para felicitarlo y agradecerle el homenaje. Hasta sus alumnos del colegio La Salle-San Ildefonso le han puesto nota. Ajenos a las entretelas de la fiesta, algo le ha dado su sobresaliente con un "te la mandaste, profe".