Diablos Locos no solo será la murga más numerosa de cuantas pasarán por el escenario del recinto ferial, sino que ayer presumió de una afición que desbordó la Casa del Carnaval, donde inauguró la exposición de las bodas de oro de su fundación bajo el título de Alma, corazón y punto.

Fue un acto entrañable, familiar, popular y, sobre todo, multitudinario. En la misma puerta de la Casa, como excelentes anfitriones, agasajan a sus invitados, entre ellos, el presidente y director de la murga trónica, Maxi Carvajal, arropado por la primera teniente de alcaldesa y responsable de la Sociedad de Desarrollo, Matilde Zambudio, así como la alcaldesa, Patricia Hernández, y el concejal de Fiestas, Andrés Martín Casanova, según el orden de colocación.

Ya la sala de exposiciones multidisciplinar Luis Hormiga, Suspi, estaba a rebosar de público, y aún quedaba gente por entrar en la terraza de la Casa del Carnaval.

Ya en la sala de Suspi, Maxi Carvajal dirigió a los presentes unas emotivas palabras, recordando las tres etapas de la murga de la Cuesta de Piedra, desde el primer director, Domingo Santos -que salió solo el año de la fundación-, y al que saludó entre el público, para seguir recordando la entrega y abnegación de su padre, Tom Carby, que defendió sus Diablos Locos desde la década de los años setenta. Recordó que tanto en esa década como en los ochenta fue una de las murgas más premiadas del Carnaval, para luego luchar a comienzos de los noventa por sobrevivir. Casi 16 años sacando la murga y buscando componentes para evitar su desaparición. Junto al boxeo, Maxi Carvajal recordó la obsesión de su padre por sacar a los jóvenes de la calle desde el Carnaval y el deporte. Poco importaba si los premios no acompañaron los Diablos Locos de los últimos años de Tom Carby, el único diablo que ha subido al cielo, como lo definió Antonio Ramírez, Toño Chocolate, director y fundador de Mamelones y Mamelucos.

Tras el fallecimiento de Carby en 1994, Maxi tomó el relevo de su padre, con el objetivo de remontar vuelo. Se encontró entonces con su otra pareja. Junto a Pino, su esposa y baluarte, Maxi Carvajal elogió el esfuerzo y la aportación de Víctor Asensio, con quien celebra 25 años de pareja murguera, sinónimo de éxitos y línea ascendente en los últimos años. Ahora, cuando Diablos celebra 50 años de su fundación, se prepara para ceder el testigo a su hijo Tomi el próximo Carnaval. Maxi agradeció también el apoyo de la afición, recordó a Tom Carby y Mama Loly, "cuando ella salía todos los Reyes, a las 6:30 horas, con una trompeta anunciado a los niños que habían pasado sus majestades". También tuvo un reconocimiento para la madre de Pepito Alayón, la primera de la cola de las entradas; y no faltó la mención a su madre, Bolodia. Cedió la palabra al exalcalde Bermúdez; a la concejala de Sociedad de Desarrollo, al concejal de Fiestas y a la alcaldesa. Imposible no acordarse cuando hace dos semanas jugaban de corto el partido entre políticos y directores de murgas. La alcaldesa resumió el sentir general: "Diablos Locos pone sonido al corazón" y sus recuerdos se exponen en la Casa del Carnaval.