Unos en el escenario intentan poner la cara colorado a otros que están en la grada. Se repite cada año en Carnaval pero será la Navidad lo que una en un mismo espacio a dos colectivos que, a priori, parecen antagónicos: políticos y murgueros.

La cita será en el pabellón municipal de deportes Quico Cabrera, en la capital tinerfeña, que acogerá el domingo 29 de diciembre una de esas citas que solo se ven por estas fiestas: un partido benéfico entre políticos y murgueros. Rodará el balón con un objetivo solidario, ya que el encuentro, sin corbatas ni trompetas, pretende recaudar juguetes para los niños más necesitados.

La iniciativa está promovida por Diablos Locos dentro de su programa de celebración del 50 aniversario de la fundación de la murga y ha sido acogida con gran entusiasmo por todos los invitados, tanto desde las filas de los grupos críticos como de aquellos que ocupan un cargo público.

Si llamativo puede resultar ver sobre el césped a políticos, habituales de la tribuna de oradores de salones de plenos, no lo es menos ver el mano a mano entre la fuente de inspiración de las letras -los políticos- y quién las cantan, los murgueros.

La convocatoria de Diablos Locos permitirá ver jugar en el mismo equipo a Fernando Clavijo, senador de CC, y Asier Antona, del PP; o a Patricia Hernández, del PSOE, y José Manuel Bermúdez, de CC. Frente a ellos, alguna de las caras más conocidas de las murgas tinerfeños que también en estas fechas aparcan la rivalidad del escenario para ser un solo equipo sobre el terreno de juego.

La cita, el domingo 29. El precio de la entrada, un juguete.