El martes de la próxima semana expira el plazo de presentación de ofertas de la Casa del Carnaval y las actividades relacionadas con sus instalaciones, según reza en el epígrafe del concurso convocado por la Sociedad de Desarrollo, área que dirige Matilde Zambudio. El objetivo principal que se traza este departamento es revitalizar e impulsar este templo de la fiesta de Interés Turístico Internacional desde 1980 y catapultarlo como "una tarjeta de presentación del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, transformándose en un lugar de exposición, conservación, aprendizaje y encuentro de diversas asociaciones locales relacionadas con la fiesta".

Casi 30 meses después de que abriera sus puertas -el 28 de junio de 2017-, la Sociedad de Desarrollo saca a licitación la gestión indirecta de la Casa del Carnaval que compromete a la empresa que se haga con la concesión de su explotación durante dos primeros años, que podrían renovarse por otros tantos. Para los 24 meses de gestión, la Sociedad de Desarrollo compromete un canon que abonará a la concesionaria de un máximo de 421.944,69 euros, según establece el techo del pliego de prescripciones técnicas.

Los interesados deberán garantizar la atención al público de lunes a domingo desde las 10:00 a las 18:30 horas durante todos los días del año, a excepción del 25 de diciembre y el 1 y 6 de enero; el personal deberá trabajar de 9:30 horas hasta las 19:00. Además de garantizar la calidad, la Sociedad de Desarrollo compromete la atención a los visitantes, en particular con exposiciones permanentes y temporales que "deberán ser cuidadas al detalle (...) así como los equipos audiovisuales y tecnológicos", fija el pliego.

La encomienda municipal plantea también la puesta en marcha de "una tienda de merchandising de la Casa del Carnaval", y requiere garantías en la prestación del servicio en la sala de exposición permanente, el espacio central de la sala (denominado Serpentina), con la emisión a través de ocho pantallas de reportajes informativos y formativos en diferentes idiomas, así como la exposición de los trajes de los grupos ganadores en cada edición.

Las pantallas táctiles, que permiten hacer una visita de 360 grados, el gran escenario virtual -a través del video wall, de 3 metros de alto por 3 de ancho-, el tour vitual con ganas 3D o la sala taller, como espacio didáctico e interactivo, son algunas de las zonas que deberán prestar especial atención el concesionario. También incide en el protagonismo del hall reina, donde se expone el traje de la soberana o la sala polivalente/salón de actos y área de exposición itinerante Luis Hormiga Suspi. Pone en valor una nueva zona: los exteriores de la Casa del Carnaval, donde permitirá celebrar actividades previa autorización de la propia Sociedad de Desarrollo.

No se incluye en la gestión indirecta ni el centro de documentación y conservación del patrimonio ni la cafetería.

En el momento de asumir la gestión indirecta, la Sociedad de Desarrollo tendrá un inventario del estado de las instalaciones, para garantizar su conservación. Sobre las exposiciones, el pliego obliga a la concesionaria del servicio a realizar un mínimo de cuatro exposiciones temporales los próximos cuatro años.

Especial énfasis pone la adjudicataria del servicio al exigir 150 horas de rutas guiadas al año, que podrán ser tanto en español como en inglés; las rutas autoguiadas deberá ser en cinco idiomas.

También exige que la empresa ofrezca al año un mínimo de ocho talleres didácticos de una duración de dos horas y media para un mínimo de quince participantes cada uno. El personal de la empresa que aspire a la gestión indirecta debe tener estudios universitarios relacionados con el ámbito turístico, la organización y gestión, entre otros; alto conocimiento de inglés -se considera una mejora el dominio de alemán, francés o italiano-, experiencia mínima con el objeto de contrato y conocimiento del Carnaval. El objetivo es profesionalizar este servicio, que pasará de adjudicaciones que se hacían hasta ahora con contratos menores de hasta 15.000 euros a un gran proyecto museístico para promocionar la fiesta con un trato exquisito al visitante y el respeto a la historia de la fiesta.