El concejal de Fiestas, Andrés Martín, dejó para la próxima edición del Carnaval la propuesta que elevaron algunos representantes de murgas adultas de admitir a menores de edad, de entre 16 y 18 años. Esgrimió que se trata de una decisión de mayor calado que obliga a alterar las bases del concurso ya aprobadas -en realidad, se heredan las de 2019- y apostó por evitar retoques de calado en las normas, para agilizar el expediente del primer pago de la contratación, previsto para la primera semana de noviembre.

En la reunión, celebrada el día antes con las murgas infantiles, el concejal se mostró como albacea defensor del espíritu del concurso, cuando representantes de los colectivos críticos de la cantera pidieron que se admitiera que el batería de la murga infantil pudiera ser mayor de edad, a lo que se negó el edil de Fiestas comprometiéndose a poner en marcha escuelas de percusión, incluso por distritos de la ciudad, para formar a la cantera de la fiesta.

Sobre las puntuaciones, en el encuentro con las murgas adultas se precisó que "para el pase a la final se propone que el jurado decida en caso de empate, constando en acta". Por otro lado, en el resultado de la final se decide por asentimiento que el jurado tenga en cuenta la puntuación de la fase a efectos de desempate, si fuera necesario.

Fiestas y murgas acordaron que el número máximo de figurantes en las parodias sea 85, igual que el máximo de componentes.