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Así funcionan los avisos de la Aemet y las alertas en Canarias: quién decide, cuándo se activan y qué significan realmente

Cada temporal activa un complejo sistema de avisos entre la Aemet y Protección Civil o el organismo que cuente con esas competencias. En Canarias, la coordinación es clave ante fenómenos costeros, calima o lluvias torrenciales

Una imagen de Santa Cruz de Tenerife tras una lluvia torrencial y el color de los avisos de la Aemet

Una imagen de Santa Cruz de Tenerife tras una lluvia torrencial y el color de los avisos de la Aemet / E. D.

Víctor de Castro

Víctor de Castro

Santa Cruz de Tenerife

Con la tragedia ocurrida en la Comunidad Valenciana hace poco más de un año en la memoria de todos, se ha vuelto a poner a debate los métodos de la Aemet y las distintas comunidades autónomas ante las inclemencias meteorológicas. Voces autorizadas como la de Ángel Rivera, meteorólogo, portavoz durante años de la Aemet e inventor del término 'DANA', apuntan a la necesidad de modificar el plan de avisos tras veinte años de vigencia. Por el momento, hay que tener claro cómo funcionan los avisos y las declaraciones de prealertas y alertas en cada uno de los puntos de la geografía española.

Si miramos a nuestro Archipiélago, cuando el tiempo amenaza con desbordarse en Canarias, ya sea por lluvias torrenciales, calima o un temporal marítimo, comienza un protocolo bien definido. La Agencia Estatal de Meteorología es quien da el primer paso: analiza modelos, radares y satélites, y si detecta riesgo, emite un aviso meteorológico. Este aviso tiene un objetivo preventivo y se representa con colores según el nivel de riesgo previsto: amarillo, naranja o rojo.

Los avisos de la Aemet son siempre técnicos, no jurídicos. Informan del peligro meteorológico, pero no activan por sí solos una “alerta”. Esa segunda fase corresponde a Protección Civil, ya sea la estatal o, en el caso de Canarias, la Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias.

Cómo se interpretan los colores de aviso

Cada color representa un umbral distinto y se define de forma específica para cada zona del país. En Canarias, por ejemplo, un aviso amarillo puede activarse si se prevén rachas de viento de 70 km/h o lluvias de 20 mm en una hora. Un aviso naranja indica un riesgo importante —olas de 5 a 6 metros, lluvias de más de 30 mm/h—, mientras que un aviso rojo solo aparece en casos extremos, como temporales de viento huracanado o precipitaciones que pueden provocar inundaciones.

La AEMET publica esos avisos en su mapa oficial, los actualiza cada pocas horas y los comunica directamente al Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (CECOES 1-1-2) y a los cabildos y ayuntamientos.

De aviso meteorológico a alerta oficial

El Gobierno de Canarias es quien decide si activa una prealerta, alerta o alerta máxima, según los criterios del Plan Específico de Emergencias por Fenómenos Meteorológicos Adversos (PEFMA).

  • Prealerta: vigilancia sin medidas extraordinarias.
  • Alerta: riesgo claro para la población o servicios básicos.
  • Alerta máxima: situación grave que requiere coordinación regional.

Por ejemplo, un aviso naranja de AEMET por viento fuerte puede derivar en una alerta regional si coincide con festividades, eventos al aire libre o riesgo de incendios.

Ejemplo realista en Canarias

Imaginemos un temporal marítimo en invierno.

  1. AEMET detecta mar de fondo del noroeste con olas de hasta 6 metros y emite un aviso naranja para todas las islas.
  2. El Gobierno de Canarias, tras evaluar el riesgo, declara alerta por fenómenos costeros a través del PEFMA.
  3. Cabildos y ayuntamientos cierran playas, suspenden rutas marítimas y avisan a pescadores y clubes náuticos.
  4. Los medios y redes sociales difunden la alerta a la población para extremar precauciones.

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