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La pobreza severa aumenta en Canarias: 225.000 isleños sobreviven con menos de 700 euros al mes

Pese a que el Archipiélago reduce su tasa de pobreza, el número de hogares en una situación límite (10,1%) experimenta un repunte

Las comunidades autónomas del sur representan tasas de pobreza "extraordinariamente elevadas"

Las comunidades autónomas del sur representan tasas de pobreza "extraordinariamente elevadas" / E. D.

Santa Cruz de Tenerife

En las Islas, una de cada tres personas (31,2%) está en riesgo de pobreza y exclusión social, la cifra más baja de la última década. Mientras este indicador cae por cuarto año consecutivo, el número de canarios que sufre pobreza severa, es decir, que sobrevive con menos de 644 euros mensuales crece cuatro décimas con respecto al curso anterior.

En concreto, cerca de 225.000 isleños (10,1%) afrontan el mes con ingresos inferiores a los 700 euros y un cuarto de la población (550.728 ciudadanos) ni siquiera llega a ser mileurista, según datos del último informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN-ES).

La pobreza también golpea con fuerza a los más peques. Un total de 91.000 niños y adolescentes canarios se encuentran en esta situación. Se trata de una problemática que afecta a cuatro de cada diez menores isleños y que presenta unas cifras especialmente alarmantes entre los más jóvenes, un sector de la población que hereda esta condición de sus padres. Es más, las estadísticas miden la pobreza infantil como una consecuencia directa de las carencias que sufren las familias con hijos a su cargo.

Los niños y las mujeres, lo peor parados

Las mujeres, sobre todo las madres solteras, son otro de los colectivos peor parados. La pobreza afecta a un cuarto de ellas (25,6%), frente al 23,6% de los hombres. El informe constata, por tanto, que la vulnerabilidad tiene un fuerte sesgo de género y también de edad.

Canarias, con 700.000 personas al borde de la pobreza y la exclusión social, cerró 2024 con la tasa Arope –el indicador que mide esta cuestión– más baja de la última década. En comparación con el año anterior, hay 50.000 isleños menos en esta situación, la cuarta mejora más significativa del territorio español. Aunque en el contexto regional parezca un dato positivo, sigue siendo la quinta peor cifra de todo el Estado, bastante por encima de la media nacional (25,8%). Es más, si el Archipiélago fuera un país, sería el más pobre de Europa.

Radiografía de la pobreza

La decimoquinta edición del informe El Estado de la Pobreza. Canarias, 2025, publicado este viernes, ofrece una radiografía detallada del impacto de la pobreza en el Archipiélago, la evolución de esta problemática con el paso del tiempo y su comparación con el resto del Estado. Los resultados del estudio evidencian que, pese a que la tasa AROPE encadena cuatro años de mejora en las Islas, la región ostenta algunas de las peores cifras del país: el mayor porcentaje de hogares sin elementos básicos (11% del total) y el mayor número de personas con dificultades para llegar a fin de mes (1.279.000 personas, más de la mitad de su población).

Por detrás del ritmo de la Agenda 2030

Estas profundas desigualdades, que impiden una recuperación homogénea, empañan la mejora generalizada que ha experimentado Canarias. Otro aspecto importante es que los avances no se producen al ritmo propuesto por la Agenda 2030. Este plan de acción diseñado por Naciones Unidas plantea disminuir a la mitad la tasa Arope de 2015.

En casi una década, el territorio insular solo ha podido reducir sus cifras en 7,2 puntos porcentuales, pasando de tener a un 38,4% de su población en la cuerda floja al actual 31,2%. A esta velocidad sería imposible cumplir con los objetivos internacionales; en realidad, habría que dar un acelerón sin precedentes para acortar la cifra un 12% en cinco años.

Los sueldos suben, los alquileres más

Uno de los factores cada vez más determinante en la exclusión y la pobreza es la vivienda: los alquileres han subido en las islas un 68% en diez años, frente al 39% del conjunto del país. Y aunque el salario medio también haya subido, no lo ha hecho al mismo ritmo, ni tampoco de manera equitativa, ya que la mejora de la renta media por persona se ha concentrado sobre todo en aquellas familias con retribuciones más altas.

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