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Empeñado en soñar un futuro realizable

«Adán Martín asumió la presidencia del Gobierno de Canarias en la emergencia de un fenómeno creciente hasta hoy. La crisis migratoria de 2006 situó a las Islas en el foco de atención de Europa».

Fernando Menis, Dulce Xerach, Adán Martín y Pilar Parejo.

Fernando Menis, Dulce Xerach, Adán Martín y Pilar Parejo. / Cedida

Daniel Cerdán

Adán Martín Menis nació en Santa Cruz de Tenerife en la familia conformada por sus padres, Adán y Carmen, y sus hermanos ‘Papry’, María Asunción y Fernando. En los años setenta formó la suya propia con María Isabel Ascanio; y en ella nacieron sus hijos Adán y Pablo.

Después de graduarse en ingeniería industrial en Barcelona, se especializó durante un par de años en la empresa Chrysler en Inglaterra.

Su primer empleo en Canarias fue en la empresa vasca Ibérica de Montajes, que realizaba labores de mantenimiento e instalación en los tanques de la Refinería de Santa Cruz. Comenzó a trabajar a mediados de los setenta en la empresa pública Sociedad para el Desarrollo Industrial de Canarias (Sodican), ya junto a Manuel Hermoso. Desde ese grupo, pronto llegó a ser gerente de Litografía Romero, rescatada entonces por el sector público, desde donde participó en la creación de la Asociación Industrial de Canarias.

Como su padre, Adán Martín fue concejal del Ayuntamiento de Santa Cruz entre los años 1979 y 1987 en el primer equipo de UCD de Manuel Hermoso, primer alcalde de la democracia.

Como concejal de Urbanismo, fue el impulsor y artífice de su Plan Especial de Reforma Interior (PERI), que protegió los edificios de su casco urbano tradicional, y del Plan de Ordenación Urbana que configuró el Santa Cruz de hoy, ya dibujado en las pautas del macroprograma diseñado por Adán Martín y Manuel Hermoso ‘Santa Cruz para vivir’.

La mirada política de Adán era diferente porque era la de un ingeniero, la de a quien le gusta poner a prueba las teorías sometiéndolas a las resistencias que siempre pone la realidad.

Durante más de una década en el Cabildo impulsó 36 planes insulares que transformaron Tenerife, articulados desde dos grandes macroherramientas: el Plan Insular de Ordenación de Tenerife y el Plan Estratégico de Tenerife.

En esos años dejó también su impronta en el Congreso de los Diputados (1993-1996), como miembro del primer grupo nacionalista canario en la Cámara. Allí se implicó sobre todo en el primer Plan Director de Infraestructuras de España, que le sirvió de banco de pruebas para lanzar más adelante en el Archipiélago el Plan Director de Canarias, como el gran ensayo de los planes sectoriales que armó más adelante con todos los cabildos desde el Ejecutivo regional. Y también del conocido Eje Transinsular, paso previo a su gran sueño: la interconexión de comunicaciones marítimas y aéreas con África, para que Canarias fuera bisagra entre el vecino continente y los 27 países de la Unión Europea. Creía en una Canarias canalizadora de la cooperación hacia el África Occidental y facilitadora de un desarrollo que, a la postre, pudiera al menos mermar el trágico fenómeno de la emigración en pateras y cayucos.

Tras su desempeño como vicepresidente en el ejecutivo de Román Rodríguez, en 2003 Adán Martín asumió la presidencia del Gobierno de Canarias en la emergencia de un fenómeno creciente hasta hoy. La crisis migratoria de 2006 situó a Canarias en el foco de atención de Europa: más de 30.000 personas llegaron en cayucos buscando esperanza. El presidente canario defendió la dignidad de esas personas en España y en Europa e hizo ver lo evidente: el problema competía y compete a nuestro país y a la Unión Europea.

Aunque es lo menos conocido de sus ocho años en el Gobierno, lo que a la postre de dos décadas ha resultado más transformador para la vida de Canarias fue el proyecto de Estatuto de Autonomía que dejó aprobado en el Parlamento canario y que fue refrendado años después en Madrid con algunos cambios. Y también un despliegue diplomático intenso en las relaciones exteriores de Canarias: fue decisivo para el anclaje del Archipiélago en el Tratado de la UE que entonces se gestaba. Canarias, junto al resto de los territorios ultraperiféricos, selló dos artículos en Europa que nos dan derecho a recibir ayudas de Estado independientemente de la renta; una singularidad en la Constitución Europea.

Para Adán Martín, Canarias no era periferia: era un puente, un punto central entre Europa y África sobre todo. Con esa visión integradora trató de articular al Archipiélago como ‘Una tierra única’, un territorio muy unido por unas ágiles comunicaciones que le hicieran polo y enclave tricontinental para el desarrollo y la solidaridad.

En 2007 Adán decidió no volver a presentarse a las elecciones después de 28 años de intenso servicio público.

Lo había sido todo en su ciudad, en su isla y en su ‘tierra única’. Había sufrido con los problemas que afectan más a las personas, haciéndolos suyos. Y había disfrutado mucho con los hallazgos de cada día y con el roce y el calor de las personas.

Adán Martín soñó e hizo realidad sus sueños. También el del amor con Pilar Parejo, alguien que le hizo fuerte cuando la debilidad física le asediaba, contagiándose ambos de la misma luz. Premonitoriamente, Adán y Pilar adelantaron su boda prevista para mayo, a enero de 2010, antes de entrar durante meses en una dura espiral hospitalaria que acabó con su vida el 10 del 10 del 2010; pero no pudo acabar con el inmenso ejemplo de su bondad, de su decencia, de su esfuerzo, de sus habilidades para allanarnos el camino a todos hacia mejores oportunidades.

Adán y Dulce

Dulce Xerach Pérez y Pilar Parejo aparecen en la imagen de la izquierda con sus esposos, Fernando y Adán Martín Menis. Dulce murió el pasado 25 de septiembre, por un fallo cardiorrespiratorio, al lado de su inseparable portátil. En cada proyecto en que se embarcaba lo hacía como lo aprendió de su mentor, maestro, amigo y cuñado —dándole vueltas a todo lo potencialmente mejorable—, pero con un plus de pasión muy propio, ese que emplean los artistas en búsqueda de la perfección.

Justamente, Dulce había sido uno de los impulsores del homenaje que se tributa hoy a Adán Martín. Porque lo había acompañado de cerca desde el final de los años ochenta, cuando llegó al Cabildo de Tenerife, muy joven, con un excelente expediente académico y se integró en su equipo de gestión. Pasó luego a gestionar los diferentes planes culturales del Cabildo. No solo se circunscribían al Auditorio o la Orquesta Sinfónica, sino que desplegaron una vasta actividad en la recuperación del patrimonio histórico de todo tipo, en lo que iba a ser un pequeño museo de arte moderno y acabó siendo el Tenerife Espacio de las Artes TEA. Fue este, junto al Recinto Ferial y la red de nueve museos, otro de los iconos arquitectónicos de la etapa de doce años de Adán Martín en el Cabildo.

Y es curioso que, tras la muerte de Adán Martín, se produjera una singular coincidencia o pirueta histórica. El expresidente del Cabildo había sido en los primeros años setenta un joven ingeniero industrial de Ibérica de Montajes, una contrata vasca de la Refinería de Cepsa especializada en calderería, en la instalación y mantenimiento de conducciones y tanques metálicos. Es curiosamente en los terrenos ya liberados de la Refinería donde se localiza hoy la avenida Adán Martín, junto a El Tanque, un rescatado vestigio industrial —el único— de inmensa planta en el que Adán trabajó, ahora reconvertido en espacio cultural. Años después de su muerte, el proyecto de restauración de ese tanque en que trabajó corrió a cargo del estudio ‘Fernando Menis’, su hermano.

El Cabildo de Tenerife propuso hace días al Gobierno que El Tanque llevara el nombre de la ex consejera insular de Cultura. Si así fuera, el Auditorio de Tenerife Adán Martín y El Tanque Dulce Xerach seguirán viéndose mutuamente en la fachada marítima de Santa Cruz que tanto enaltecieron.

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