Entrevista | José Segura Director de Casa África

José Segura, director de Casa África: "Canarias puede ser la proa de la Unión Europea en el Sahel"

Doctor en Ciencias Químicas, catedrático de Termodinámica, político español y director de Casa África, protagonizó este lunes la ponencia titulada '¿Por qué Canarias debe mirar al Sahel?'

José Segura, director de Casa África.

José Segura, director de Casa África. / La Provincia

Las Palmas de Gran Canaria

Estuvo en Tenerife para dar una ponencia que se titulaba 'Por qué Canarias debe mirar al Sahel', empecemos por ahí. ¿Por qué el Archipiélago debe prestar atención a esta zona de África?

En la franja del Sahel se han producido hechos humanitarios muy importantes. A la zona han llegado yihadistas procedentes de países como Siria o Irak. La mayoría pertenecían a Al-Qaeda. Ha pasado de ser un espacio de cooperación internacional a convertirse en un tablero de juegos geopolíticos. Actores tradicionales como Francia, España o la Unión Europea han perdido terreno y otros como Rusia lo han ganado. La inestabilidad política ha influido en los flujos migratorios. Antes, la mayoría de las personas que llegaban a las costas canarias lo hacían desde el Magreb. Hoy lo hacen desde el Sahel. Especialmente desde países como Mali o Senegal. Pese a la proximidad, en las Islas existe cierta miopía referente a este tema. Si la franja del Sahel se pudiese extender, nos llegaría a Canarias. Mirar a la región es una necesidad estratégica, humanitaria y geopolítica. Es mirar al origen de los flujos migratorios. 

Según datos del Global Terrorismo Index, en 2024 el Sahel concentró más de la mitad de muertes relacionadas con terrorismo a nivel mundial, ¿supone esto una amenaza para Canarias?

Entre 2012 y 2013 hubo un auge del yihadismo. El norte de Mali cayó bajo el control de grupos vinculados a Al-Qaeda. El terrorismo se extendió, en años posteriores, hacia Burkina Faso y el este de Níger. El Sahel está en ebullición. No es solo una región en crisis. Es una región en llamas. Se ha consolidado como el epicentro del terrorismo global. Esta violencia no es episódica ni localizada. Es estructural y sostenida. Canarias no puede permanecer indiferente a la multiplicidad de conflictos armados e insurgencias yihadistas. Las Islas están a menos de mil kilómetros del Sahel. Lo que ocurre allí tiene un impacto directo en nuestra realidad y seguridad

Hay una relación directa entre la crisis del Sahel y las migración que recibe el Archipiélago, ¿también la hay entre la situación de la región y la insurgencia de grupos terroristas en la zona?

La explicación es muy compleja. Los yihadistas se mueven por intereses económicos. El Sahel es un corredor clave para los tráficos ilícitos. Vale tanto por lo que tiene como por lo que deja circular a través de sus recorridos. Es muy fácil caer en redes por dinero. Muchas veces se decide entre dos opciones: o te integras o te vas. En muchos casos, los jóvenes están atrapados entre la desesperanza y la inseguridad. 

¿Por dónde pasa la solución para alcanzar la estabilidad en la zona saheliana?

Si lo tuviese claro me nombrarían secretario general de Naciones Unidas. Es deseable que se alcance una estabilidad. La situación del Sahel obliga inexorablemente a los países de la Unión Europea a reconsiderar sus políticas exteriores. Deben crear una política de cooperación, de entendimiento y de diálogo. Si en Costa de Marfil se produce cacao, ¿por qué no hay una fábrica de chocolate en el país? El producto natural que poseen los países sahelianos ha de ser objeto de transformación tecnológica. Bajo su suelo se encuentran minerales estratégicos como el oro, el uranio o el cobre. El Sahel es una oportunidad para construir una relación más justa y equilibrada con los vecinos del sur.

Las estrategias que Occidente ha llevado a cabo han fracasado. De hecho, las misiones de paz de la ONU como Minusma o de la UE como la EUCAP, no han logrado la seguridad en la zona. ¿A qué se debe este fracaso?

Una de las voces más lúcidas a la hora de analizar la situación del Sahel es la de la periodista Beatriz Mesa. En su libro El fracaso de Occidente en África, plantea una tesis incómoda: “Ni Europa ni Estados Unidos han sabido entender la complejidad del Sahel”. A la región no se ha ido a construir industrias ni universidades. Se ha ido a luchar por la seguridad. Todos eran soldados con metralletas. Las poblaciones no se han visto protegidas por las misiones internacionales, sino vigiladas o incluso traicionadas. Las estrategias han fracasado. No se ha logrado frenar el avance del yihadismo ni estabilizar políticamente los países. Tampoco han conseguido generar confianza entre las poblaciones locales. El fracaso estaba garantizado. 

Algunos autores hablan del Sahel como un espacio clave para la estabilidad de gran parte del planeta...

Sin duda. En el Sahel se están ensayando nuevas formas de influencia. De poder y de confrontación entre bloques políticos. En el territorio se cruzan las ambiciones de actores globales y se prueban estrategias de intervención para medir la capacidad de las potencias. El Sahel es uno de los espacios más reveladores para entender cómo se está reconfigurando el orden mundial. Es el auténtico laboratorio de la geopolítica global. 

Asistimos a un contexto global complicado, en el Sahel actores internacionales de gran relevancia como Rusia - a través del grupo Wagner - tienen una gran presencia militar, ¿dificulta esto la seguridad?

Rusia se ha ganado la voluntad de los gobiernos africanos. Durante años, Europa y especialmente Francia lideraron la presencia internacional en el Sahel a través de misiones militares. Ahora hay un rechazo hacia Occidente y eso ha generado un vacío que ha sabido llenar Rusia. Una narrativa antifrancesa ha calado en el Sahel. Eso ha arrastrado a los restantes países europeos. Rusia, China, Turquía, Irán y las monarquías del Golfo han intensificado su presencia. No solo compiten por influencia política o militar, sino por el acceso a materias primas estratégicas. 

Entonces, ¿imaginar la paz en la región, donde la insurgencia de grupos armados, el terrorismo o las salidas forzadas tienden al alza, es una utopía?

El mosaico de intereses convierte al Sahel en un microcosmos de las tensiones globales. Para alcanzar la paz hay que evitar repetir errores. Se necesita una política propia basada en el respeto. En este contexto, Canarias puede ser un puente entre Europa y África

¿Algún aspecto positivo u oportunidad que destaque de la cercanía con Canarias?

Estoy convencido de que Canarias puede ser la proa de la Unión Europea en el Sahel. Nuestras universidades pueden potenciarse con las suyas. El Sahel se puede convertir en el granero energético de Europa. Puede producir lo que el continente necesita: hidrógeno verde. Las Islas tendrían un papel estratégico porque el hidrógeno verde se transportaría en barco. Esto puede pasar dentro de muy pocos años. Es un espacio estratégico para nuestro futuro.

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