El primer alcalde de Santa Cruz de Tenerife ‘de concentración’

En 1979 accedió a la alcaldía de la capital tinerfeña como cabeza del cartel de la UCD, pero gobernó junto a UPC, PSOE, PCE y la Agrupación Libre

En 1983 logró su primera mayoría absoluta al fente de ATI

Salvador Lachica

Salvador Lachica

Santa Cruz de Tenerife

«La gente por la calle no me reconoce como expresidente, sino como exalcalde», admitió en multitud de ocasiones Manuel Hermoso. Y es cierto, quizás porque sus 12 años al frente de la Alcaldía de la capital tinerfeña pesan más en la balanza de la memoria colectiva chicharrera que sus seis años como presidente de Canarias

Es sabido que Hermoso, fallecido en la mañana de este martes, fue el primer alcalde democrático de Santa Cruz de Tenerife en 1979. Lo que ha pasado más desapercibido es que encabezó «un gobierno de concentración», como él mismo reivindicó en varias entrevistas: «las alianzas de izquierda habían arrasado en casi toda España, Enrique Tierno Galván era alcalde de Madrid, Narcís Serra el de Barcelona y en Santa Cruz de Tenerife formamos un equipo de todos a contracorriente de lo que pasaba en la mayoría del país».

En aquellos comicios, la Unión de Centro Democrático (UCD) logró diez concejales y se necesitaban cuatro más para la mayoría absoluta. Pero lejos de aliarse con el PSOE (tercera fuerza), la Unión del Pueblo Canario (UPC), el PCE (quinta fuerza) o la Agrupación Libre (tercer grupo) decidió contar con todos «porque nos dimos cuenta que todos ellos conocían más los problemas de Santa Cruz de Tenerife que la propia UCD».

ATI pudo ser FALA

En 1982 se celebró el II Congreso de la UCD, en el que Adolfo Suárez anunció que dejaba el liderazgo del partido que pilotó la Transición y crea el Centro Democrático y Social (CDS): «me quedé sin partido y entonces decidí retirarme de la política», confesó en su día Hermoso.

Pero, como ante le ocurriera en su vida política, sus planes se trastocaron cuando varias personas le pidieron que continuara, al menos, hasta acabar el mandato de las urnas en 1983. Mientras se lo pensaba, recibió a una representación de asociaciones de vecinos y le pidieron que siguiera de alcalde por lo menos cuatro años más, hasta 1987. Hermoso respondió que no tenía siglas que lo arroparan, pues UCD estaba en los restos, y le dieron la solución: que todo su equipo se presentara por la Federación de Asociaciones del Litoral de Anaga (Fala) que ya estaba constituida.

No se puede entender el ascenso meteórico de Hermoso y las sucesivas formaciones políticas que lideró sin comprender la extraordinaria simbiosis entre su persona y los principales dirigentes vecinales de los barrios de Santa Cruz. La propuesta de Fala se entiende mejor si se analiza el primer discurso de Hermoso como alcalde, en el que puso a los barrios como prioridad y aseguró que había que poner en marcha «soluciones y no limosnas». 

«El alcalde debe tomar tiempo para contactar con los problemas de los vecinos», sentenció.

En 1979 las alianzas de izquierda habían arrasado en casi toda España, Enrique Tierno Galván era alcalde de Madrid, Narcís Serra el de Barcelona y en Santa Cruz de Tenerife formamos un equipo de todos a contracorriente de lo que pasaba en la mayoría del país

Plan de Barrios

Ahí empezó el Plan de Barrios y la transformación de la capital tinerfeña, con la creación de toda la zona nueva de Cabo Llanos donde se recuperó para la ciudad terrenos que formaban parte de la refinería. ‘Santa Cruz para vivir’ fue el lema de aquellos años mientras se transformaba la nueva capital. ‘Santa Cruz vive’ fue la consigna -cuyas pegatinas lucían en todos los taxis capitalinos- para los exitosos comicios autonómicos y locales de 1987

Esa idea de «empezar a trabajar por los barrios más alejados y desconocidos» fue el germen en el que se sustentó la acción política de Hermoso -cuando fue presidente transmutó esa idea en «conseguir que a Canarias se la considere desde fuera y que se la conozca no solo en la Península sino entre los propios canarios»- y fue el ADN de la Agrupación Tinerfeña de independientes (ATI): «los barrios eran los que iban a gobernar», afirmó años después.

Los barrios, los «vecinos y vecinas» -así se refería a la ciudadanía Hermoso incluso en la tribuna del Parlamento ante la mofa de sus adversarios, que decían que había confundido la Cámara regional con el ayuntamiento- ,y no el centro de la capital, fue siempre el pilar fundamental de su proyecto político: «mi primer mitin lo di en 1977 en Santa María del Mar junto a María Dolores Pelayo», recordó siempre Hermoso.

Un «grupo de alcaldes»

Mientras los vecinos de la Fala coqueteaban con Hermoso y su equipo para formalizar un proyecto de alcaldes integrado por Elías Bacallado -El Rosario-, Froilán Hernández -Granadilla-, Alfonso Fernández -La Victoria- y Francisco Sánchez -La Orotava- pusieron sobre la mesa las siglas de las Agrupación Tinerfeña Independiente (ATI).

ATI, un «grupo de alcaldes», como de forma despectiva se referían las fuerzas de izquierdas a esta formación política, que Hermoso pilotó al filo de la navaja al usar la incomprensión de la sociedad tinerfeña moderada ante el ‘pacto de progreso’ del Gobierno de Canarias entre el PSOE y los comunistas y lo mezcló con «la desatención a los intereses de Tenerife, que solo recibía de la Comunidad Autónoma agravios y despojos», con lo que resucitó el antiguo pleito insular.

ATI y Hermoso utilizaron en su beneficio la potencia de esa hipotética humillación y el sentimiento de abandono. El resultado fue lograr la mayoría absoluta en Santa Cruz de Tenerife en 1987 con 16 concejales en la lista de capital de provincia más votada de España.

De hecho, y salvo un año de paréntesis con la socialista Patricia Hernández como alcaldesa (2019-2020), los nacionalistas -ATI, AIC, CC- han gobernado la capital tinerfeña desde que Hermoso plantara el germen de su acción política y su ideario como alcalde en 1979. 

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