Prismáticos, sombrillas y patriotismo para dar la bienvenida a la revista naval

Un imponente desfile por el mar dio arranque a los actos del día de las Fuerzas Armadas con una surtida representación de buques presidida por el Rey

Día de las Fuerzas Armadas: acrobacias de la Patrulla Águila en Las Palmas de Gran Canaria

Esther Medina Álvarez

Benyara Machinea

Las Palmas de Gran Canaria

Sin incidencias y con las expectativas cumplidas culminó este viernes la revista naval presidida por el rey Felipe VI, que se acercó a saludar a los miembros de una surtida representación de los distintos buques que componen las Fuerzas Armadas con motivo de su día nacional, celebrado entre Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife. La marea y el clima dieron tregua al imponente espectáculo bélico, que arrancó a la altura de la catedral de Vegueta y fue seguida con esmero por una muchedumbre entusiasta armada con prismáticos, teleobjetivos y sombrillas.

A partir de las dos de la tarde empezaban a asomarse por la Avenida Marítima y los miradores de los riscos las primeras familias con niños, miembros en activo y retirados de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, fanáticos del mundo naval y vecinos de la ciudad para apoyar el acto. Vinieron preparados para cumplir sus objetivos: conseguir una fotografía del soberano y contemplar con detalle las vistosas embarcaciones, helicópteros y cazas que se asomaban por el mar y por el aire. Muchos de ellos, con la expectativa de partir después hacia Las Alcaravaneras para observar el desembarco final.

Y ya a las tres de la tarde, la hora prevista, se giraron todas las miradas hacia el norte para presenciar la llegada del barco de acción marina Tornado, donde se encontraba el Rey para iniciar su travesía del Día de las Fuerzas Armadas y aguardar a la altura de San Cristóbal a que se asomaran el resto de embarcaciones. Este buque inició su andadura militar en julio de 2012 con operaciones de seguridad marítima en aguas nacionales y de lucha contra el narcotráfico y ha recorrido además las aguas de Somalia y el Golfo de Guinea en sus labores de lucha contra la piratería y de apoyo a iniciativas europeas.

El público destaca la importancia de estos actos para "poner ante los ojos de todos nuestras capacidades"

A Vicente González le hacía ilusión volver a ver al Rey, al que ya tuvo oportunidad de conocer cuando le entregó un primer premio de emprendimiento en el sur de la Isla por sus programas de informática. Pero su otra pasión es la que le animó a contemplar el espectáculo y consiste en realizar maquetas navales de hasta dos metros, las cuales le llevan hasta dos años de minucioso trabajo y ha tenido oportunidad de exponer en espacios como Las Arenas o el Museo Elder.

Para este aficionado al mundo naval es una "buena ocasión venir a ver las embarcaciones de verdad" y decidió llevar su cámara de fotos para capturar los detalles con la intención de plasmarlo más adelante en sus modelos. "Algunos de los que he hecho están desguazados, como el Príncipe de Asturias o el Dédalo, pero forman parte de nuestra historia naval y han ido muy al unísono con el crecimiento del país cuando tuvimos la mejor Armada del mundo", recuerda.

Cúspide de la navegación

El asistente subraya además la importancia del plan de renovación previsto para llevar a cabo nuevos proyectos e "intentar poner a la Armada Española donde siempre ha estado, en la cúspide de la navegación marítima". Su trabajo ahora es reunir todos esos recortes para elaborar un buen modelo y presentárselo a los generales y almirantes que acuden a su casa con frecuencia para ver las maquetas.

Pudo observar, al cabo de unos minutos, cómo se asomaban por el horizonte 23 aeronaves y 14 buques de grandes dimensiones que captaban todas las miradas. Además, era la primera ocasión en la que el público podía observar en Canarias el submarino S-81 'Isaac Peral', que se trata del primer sumergible diseñado y fabricado íntegramente en España, aunque fue el que más tardaron en reconocer porque apenas era visible hasta que se acercó a la Avenida Marítima.

En el desfile también se encontraban los buques de asalto anfibio Juan Carlos I y Castilla, las fragatas Blas de Lezo, Álvaro de Bazán y Santa María, así como el buque escuela Intermares, los cazaminas Tajo y Segura y el barco de acción marina Rayo, todos por parte de la Armada. La Guardia Civil contó con su propia representación en la comitiva con el Bo Río Segura y el BA Río Ara.

El soberano verificó el estado de los buques y saludó a los militares que intervinieron en el espectáculo

Y la presencia por el aire quedó asegurada con cinco helicópteros y cuatro aviones AV-8B de ataque a tierra, los cuales se caracterizan porque tienen la posibilidad de despegar y de aterrizar en vertical. Entre medias, recorrían el paseo marítimo detrás de los asistentes hasta cuatro motocicletas a la vez de la Policía Nacional con las sirenas encendidas que vigilaron el espectáculo.

Todas las embarcaciones quedaron alineadas en sus correspondientes posiciones, mirando hacia el sur, mientras el Tornado del rey Felipe VI volvía a su lugar en dirección opuesta para poder comprobar que todo el operativo se encontrara en orden y verificar el estado óptimo de los buques. Al ver que era así, continuó su recorrido saludando a los miembros de la Armada.

Uno de los afortunados que consiguió sacar esa imagen fue Francisco Guerra, que se hizo con un teleobjetivo para poder seguir de cerca toda la demostración. "La verdad es que ha estado fantástico este desfile militar presidido por el Rey y he podido sacar bastantes fotos", destacó. El asistente acudió acompañado de su familia porque desde niño le interesaron los barcos y los aviones, después hizo la mili en el servicio de aviación y cuando se le presenta una "oportunidad como esta" no la deja escapar.

"Ha sido algo espectacular"

"La última vez fue hace muchos años ya y ha sido algo espectacular", aseguró desde su lugar, especialmente interesado por el Juan Carlos I y el primer submarino de la clase S80 Plus. Para él, este tipo de actos es una forma de "poner ante los ojos de todas las personas cuáles son las capacidades que tenemos" y señala que el desempeño de la Armada en este caso "es absolutamente extraordinario y debemos estar orgullosos de ello".

También decidió acudir a apoyar el acto, aunque no guarda relación con las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, Ruth Melián, simplemente "para ver lo que hay, por curiosidad" y con el propósito de dejar sorprenderse. "Verlo así, con los ojos y desde la calle no es lo mismo que verlo a través de la tele, no se siente igual", explicó, por lo que no dudó en aprovechar que tenía el día libre para salir en familia con su madre y con su tía y "coger aire".

Los asistentes siguieron con interés cada avance de la comitiva y aprovecharon los paraguas que algunos trajeron por lo encapotado del cielo para protegerse del sol cuando empezó a arreciar a partir de las tres y media de la tarde.

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