CRÓNICA PARLAMENTARIA

Entre la pachorra y el escepticismo

Al portavoz de NC que no le toquen a Román, es una adoración, es más propia de una secta suicida que de una organización política

El líder del PP en Canarias, Manuel Domínguez, habla con la socialista Nira Fierro, ayer en el salón de plenos.

El líder del PP en Canarias, Manuel Domínguez, habla con la socialista Nira Fierro, ayer en el salón de plenos. / EFE / MIGUEL BARRETO

Alfonso González Jerez

Alfonso González Jerez

Para variar el pleno parlamentario comenzó casi puntualmente. Entre las imágenes recurrentes de estas felices ocasiones (fotógrafos intentando inmortalizar naderías, diputados contándose chistes, un saludo cariñoso entre Manuel Domínguez y Nira Fierro) se coló una inhabitual: el consejero de Educación, Poli Suárez, que llegó con muletas, concentrado en no caerse, y que en lugar del banco azul, utilizó un escaño muy cercano a su grupo, porque ahí tenía más sitio. Suárez se rompió el tendón de Aquiles pero no quería perderse la sesión, porque tenía una interpelación pendiente. Recibió muchos ánimos y la misma presidente de la Cámara, Astrid Pérez, elogió su responsable esfuerzo de asistir al pleno.

Y sí. Allá arriba, en la Mesa, junto a la presidencia, estaba Gustavo Matos, quien personalmente parece que da su crisis por saldada. Tal vez se equivoque, pero es que no piensa dimitir de nada absolutamente, y ayer estaba muy activo, sonriente y saltarín. Así que junto a la presidenta de la Cámara, de la que sigue sin conocerse los emolumentos que percibe mensualmente, tenemos a un diputado que continúa tan tranquilo en su escaño (y en la Mesa) después de conocerse públicamente una conversación como la que mantuvo con Mohamed Derha.

Y es que todo se ha convertido en irrelevante y la moral, simplemente, en un asunto ridículo que solo concierne a los desgraciados, jamás a nuestra élite política y empresarial. ¿Que me niego a informar sobre sueldos, dietas, complementos y gastos de representación que me pagan con dinero público? Pues a aguantarse, insectos. ¿Que carece de importancia que siendo presidente del Parlamento de Canarias medie entre un individuo patibulario, en prisión durante año y medio, y la Subdelegación del Gobierno? Claro que carece de importancia. Yo soy el que decido lo que carece o no carece de relevancia. Si no se solidarizan conmigo, una víctima, pues circulen.

¿Cuánto durará esto? No mucho más. Un día, no demasiado lejano, entraremos en otro ciclo económico, volverá la crisis en el turismo, subirá de nuevo el desempleo, cerrarán pymes y se arruinarán autónomos. Será indiferente quien gobierne. Pero ya la gente no soportará tasas de paro del 30% de la población activa ni se dispondrá de recursos financieros para sostener los costes crecientes de los servicios públicos ni para las limosnas subvencioneras. Canarias ya no es la sociedad de 2008-2012. Ha sufrido mucho.

La legitimación del sistema político es mucho más endeble que hace veinte años (se ha consumido en las dos grandes crisis del siglo) y hay opciones radicales de rechazo al status quo muy a la derecha y muy a la izquierda, utopías reaccionarias y utopías cuasirevolucionarias. A veces, en los últimos tiempos, la dinámica política canaria se asemeja a un péplum sobre la decadencia del Imperio Romano, como si apurar las sinvergüencerías fuera un instinto desatado por la intuición del próximo acabóse.

También el presidente del Gobierno autónomo, Fernando Clavijo, tenía un dedo lesionado, lo que no le impidió responder rapidito a la sesión de control, porque el presidente ya las despacha con la frescura y rapidez de un after shave . Primero, Luis Campos, portavoz de NC, que estaba ceremonialmente enfurecido, por eso de que por las leyes de la moratoria y la ordenación territorial originasen más de 37 reclamaciones aun vivas que supondrían un coste de mil millones de euros a la hacienda pública. Como en 2001 y 2003 gobernaba Román Rodríguez, Campos acusó al presidente de intentar con una vil mentira a un adversario político.

Es ligeramente demencial, porque Rodríguez, coalicionero por entonces, presidía un Ejecutivo de Coalición Canaria – y apoyado por el PP que ahora provoca dignísimas náuseas a NC – y por tanto, políticamente, CC es responsable de los resultados de ambas normativas. «Usted ha convertido el bulo en una práctica política», sentenció Campos con el réquiem de Mozart al fondo. Lo que hizo el decreto urgente de 2009, con Paulino Rivero de presidente, fue intentar drenar las reclamaciones de constructores y hoteleros derivadas del feroz y sobre todo torpe intervencionismo de la ley de la moratoria y la ley de ordenación territorial, por más que Campos no quiere verlo. Al portavoz que no le toquen a Román, ese archiadversario político que no siquiera revalidó su escaño en mayo de 2023. Esta adoración es más propia de una secta suicida que de una organización política.

Clavijo utiliza a menudo las astracanadas –siempre respetuosas, eso sí – de Nicasio Galván para, por contraste, ganar una estatura casi leninista. El portavoz de Vox clamó contra las multitudinarias manifestaciones de rechazo del modelo turístico –ciertamente nunca exponen el suyo – y advirtió dramáticamente del descenso del turismo británico. Galván hizo un emocionado canto al turismo y casi profetizó el hambre, la tuberculosis y la tiña que nos afligirían si retrocede la actividad turística, que siempre debemos recibir con alfombra roja. Clavijo agarró la alfombra y no la soltó. Primero «alfombra roja para los canarios y los que quieran venir aquí a trabajar e instalarse». Turismo sí, «pero esto no es una barra libre» y cuanto mayor porcentajes se queden en Canarias de los 20.000 millones de euros que genera la economía turística «mejor para todos, para el empleo y para el mantenimiento de los servicios sociales». A su lado Manuel Domínguez parecía muy lejos y abstraído, tal vez revisando mentalmente los últimos temazos de Quevedo.

Lo sustancial del resto de la sesion giró alrededor de las propuestas que llevará Clavijo a la reunión de la Conferencia de Presidentes en Barcelona el próximo día 6, con Salvador Illa como anfitrión, circunstancia que aprovechó el PP para persignarse. Clavijo anunció que llevaría una modificación de la ley de Bases del Régimen Local para que los ayuntamientos puedan entorpecer la adquisición de viviendas para no residentes, en la línea de las RUP, que reclaman medidas específicas para fomentar vivienda pública y acabar con la especulación inmobiliaria. El PSOE, según explicó Sebastián Franquis, prefería perseguir a los grandes tenedores de vivienda, freírlos a impuestos y aprovechar el dinero para construir vivienda social. Pero el problema no es la falta de financiación. Nunca lo ha sido. El presidente del Gobierno se comprometió a atender la propuesta socialista «con mucho cariño». Pero nadie espera nada de la Conferencia de Presidentes. Ni siquiera que se aclare el llamado cupo catalán. Nunca se aclarará. Los robos no se aclaran, se practican y los robados de quedan con cara de pasmados.

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