Defensa

Mezcla de ganas, nervios e incertidumbre en la cuenta atrás para el Líbano

Familiares y amigos se despiden de la Brigada Canarias XVI en un acto en la Base General Alemán Ramírez

La unidad parte a mediados de mayo al país asiático para participar en la misión Libre Hidalgo que desarrollan los cascos azules de la ONU

Despedida de la Brigada Líbano XLIII

La Provincia

Andrea Saavedra

Andrea Saavedra

Las Palmas de Gran Canaria

Mezcla de emociones en la Base General Alemán Ramírez de la Isleta. Se acerca el día, el viaje planeado hace tantos meses está a punto de materializarse y los nervios se apoderan de las familias que calman el miedo con el orgullo que les invade cuando ven la boina azul en la cabeza de sus seres queridos. «Mis nervios aumentan a medida que se acerca el día, ya es la cuenta atrás y aunque estoy muy emocionada, este acto me recuerda que se va», reconoció ayer Johana Santana minutos antes de ver como su pareja, Keret Morales, de la Brigada Canarias XVI participaba en el desfile de despedida del contingente Brilib XLIII que inicia su despliegue en el Líbano a mediados de este mes como parte de la operación Libre Hidalgo de mantenimiento de la paz bajo mandato de Naciones Unidas (Unifil). 

La ceremonia en la base militar de la capital grancanaria, sede de la Brigada Canarias XVI, se celebró ayer para despedir a los más de 600 militares –500 de la unidad con base en el Archipiélago– que formarán parte del contingente español que se encargará de vigilar el cese de las hostilidades entre Hezbolá e Israel y ayudar a las Fuerzas Armadas Libanesas en el sur del país y a lo largo de la separación entre los dos estados, la llamada Blue Line (Línea azul). El acto lo presidió el teniente general Julio Salom Herrera, Jefe del Mando de Canarias del Ejército de Tierra, y a él acudieron autoridades civiles y militares.

Pero los protagonistas ayer, además de los cascos azules, fueron los familiares, que vivieron cada minuto de la ceremonia con máxima emoción y eso que muchos de ellos ya contaban con experiencia en «despedidas». No es la primera vez que el sargento Morales sale de misión en el extranjero, ya estuvo en Afganistán y en el Líbano, pero sí es la primera vez que deja a la pequeña Sofía acompañando a su madre. «Es muy duro no tenerlo, echarlo de menos y no saber cuándo vamos a poder hablar con él para saber que está bien», afirmó Santana, quien explicó que en las otras ocasiones la niña era más pequeña y «menos consciente» de lo que ocurría.

Sacrificios

El militar comparte la pena de dejar a la familia durante seis meses en casa, pero tiene claro que su trabajo conlleva este tipo de sacrificios. «Él trabaja todos los días pensando que lo que hace es un ensayo de la vida real y la realidad aparece cuando se va de misión, es como si estuviera haciendo simulacros todos los días hasta que surge la posibilidad de irse fuera», explicó Santana.

El cabo primero Jesús Santana también tiene todo listo para partir y lleva la maleta llena de «ganas y mucha ilusión». Es su cuarta misión en el exterior, y ahora acude al Líbano como auxiliar de mantenimiento de vehículos. En su caso no hay miedo, pero sí preocupación por lo que deja aquí: su pareja Ainhoa Santana y el pequeño Niam. «Es muy pequeño, le intentamos explicar lo que va a pasar pero no acabar de entenderlo, se dará cuenta cuando vea que papá no está en casa», lamentó el militar. En estos días, antes de partir, los planes están claros: pasar tiempo de calidad con la familia. «Es muy complicado, estoy bastante nerviosa y un poco triste porque una nunca sabe cómo va a estar allí», reconoció Ainhoa.

El cabo Jim Kim se estrena en el Líbano. Es su primera misión en el exterior, pero ya tiene claro que lo más duro va a ser dejar a sus seres queridos atrás. «Todo el mundo dice que es una experiencia muy buena aunque pases un tiempo lejos de la familia», afirmó ayer al soldado tras encontrarse con su hijo Aimar al terminar el desfile. El pequeño no se mostró preocupado, tiene el Líbano localizado en el mapa y sabe que la mejor forma de pasar el tiempo es continuar con su rutina. «Al principio será difícil, pero esperemos que pase rápido», reconoció.

Padre e hijo ya planean estar conectados durante el viaje para ponerse al día de las novedades. «Allí tenemos wifi y facilidades para hablar con la familia», aseguró Kim, quien se mostró tranquilo ya que su puesto, mantenimiento de transmisiones, no implica salidas de la base en la zona de conflicto.

"Apoyo y comprensión"

El jefe de la Brigada Canarias XVI, el general de brigada Ricardo Esteban, quien se encargará de liderar el contingente, aprovechó la ocasión para pronunciar unas palabras y pidió a los familiares presentes en el acto «apoyo y comprensión para sostener moralmente» a los militares durante los seis meses que dura la misión. Explicó que la situación en el país es diferente a la que existía en las dos ocasiones en la que la Brigada Canarias XVI se ha desplazado al Líbano ya que el equilibrio interétnico ha cambiado como consecuencia de que las fuerzas de defensa de Israel hayan eliminado prácticamente al completo las capacidades militares de Hezbolá.

«La situación en nuestra zona de acción no ha terminado de definirse todavía y las incertidumbres son muchas. No se ha alcanzado un statu quo entre las Fuerzas de Defensa de Israel y las Fuerzas Armadas Libanesas, pero esperamos que nuestra presencia allí ayude a cumplir ese objetivo», apuntó.

Todavía quedan algunos días para el viaje de los canarios. La primera rotación sale del Archipiélago el 13 de mayo, pero Esteban no asumirá la autoridad del contingente hasta el día 22.

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