"Violencia", "excesos" y descoordinación en los saturados centros de menores

Amnistía Internacional incide en la escasez de personal cualificado y la falta de especialización de la policía en materia de asilo

Una embarcación llega al puerto de La Restinga, El Hierro.

Una embarcación llega al puerto de La Restinga, El Hierro. / Antonio Sempere/EP

Lucía Mora

Lucía Mora

Santa Cruz de Tenerife

La saturación de los 86 centros de acogida de menores migrantes en el Archipiélago, donde ya duermen unos 5.800 niños y chicos que llegaron solos a las Islas en pateras y cayucos, ha desembocado en episodios de «violencia, castigos excesivos y descoordinación». Unos centros sobresaturados por la falta de acuerdo para la distribución de los menores entre todas las comunidades autónomas en los que Amnistía Internacional (AI) ha observado casos que evidencian la urgencia de ese reparto solidario para la correcta atención de estos chicos.

Centros sobresaturados

Para hacerse una idea de la realidad que se vive en los 86 centros de acogida que tienen las Islas, ocho de ellos albergan a más de 100 niños e incluso uno alcanza los 330 acogidosUnas cifras que están muy lejos de los 20 menores recomendados para cada infraestructura. 

«En estos macrocentros saturados e infradotados no se garantiza el cumplimiento del principio del interés superior del menor y no se lleva a cabo una adecuada supervisión por parte de las autoridades competentes». Esta es la conclusión de ‘A día de hoy no tengo nada’, el informe de Amnistía Internacional presentado ayer en el que se expone la situación de los menores no acompañados que llegan a Canarias.

Represalias o amenazas

En el documento se recoge testimonios de los propios menores migrantes, así como jóvenes extutelados, que relatan «haber presenciado o sufrido represalias por parte de los trabajadores del centro, tales como castigos, privación de comida, retirada del abono transporte o la confiscación de sus teléfonos que no fueron devueltos». 

Mencionan «amenazas de traslados a centros concretos donde las condiciones son malas o el trato del personal no es el adecuado». El informe apunta la existencia de cuatro investigaciones en curso por presuntos abusos en centros de acogida en Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife.

Trabajadores sin cualificación

A este desbordamiento en las instalaciones , tal y como alerta IA, se le une que los trabajadores «no cuentan con la capacitación necesaria para tratar con niños en situación de vulnerabilidad». 

Una escasa preparación como educadores que fue corroborada, tal y como refleja el informe, por la Fiscal de Trata y Extranjería de Las Palmas al mencionar que «en algunos casos se contratan a personas sin experiencia, como porteros de discotecas, en lugar de profesionales especializados». Todo ello fruto de la urgencia que impone la sobresaturación de los centros.

La policía sin formación

No son los únicos, para IA, que carecen de formación adecuada. Tampoco la policía cuenta con conocimientos en materia de asilo, de asistencia letrada y de interpretación de claridad.

Esto ha provocado situaciones como la falta de identificación de vulnerabilidades o privar a los niños refugiados de la posibilidad de solicitar protección internacional de «una manera pronta y efectiva».

Error en las edades

Amnistía alerta que «algunos menores migrantes han sido considerados erróneamente como mayores de edad exponiéndolos a riesgos como la explotación o la exclusión social».

AI pide mejoras que garanticen un estudio de la situación de cada menor no acompañado y asegurar que las decisiones que se adopten tanto a corto como a largo plazo estén guiadas por el principio del interés superior del menor.

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